Protestaban por el asesinato de Aranza Ramos, en #Sonora, quien buscaba a su esposo Bryan, desaparecido en diciembre de 2020. Se sumó la familia de Monserrat Uribe Palmeros, quien desapareció el 24 de julio de 2020 en Iztapalapa…
Texto y fotos: Heriberto Paredes
CIUDAD DE MÉXICO.– Salieron de la estatua del Caballito. Avanzaron sobre Reforma y se dirigieron por la parte posterior del Palacio de Bellas Artes hasta alcanzar 5 de mayo y continuar hasta el Zócalo, justo frente a Palacio Nacional. Eran unas 50 personas, miembros de distintos colectivos de búsqueda de personas desaparecidas.
Protestaban por el asesinato de Aranza Ramos, integrante del colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora, quien buscaba a su esposo Bryan Celaya, desaparecido el 6 de diciembre de 2020. El crimen de la buscadora ocurrió el pasado 15 de julio de 2021 en el Ejido Ortiz, municipio de Guaymas, donde estaba su casa.
Se le sumó el reclamo de la familia de Monserrat Uribe Palmeros, quien desapareció el 24 de julio de 2020 en la alcaldía Iztapalapa.
Las familias colocaron lonas y mantas frente al palacio, velas y flores, y pintaron de rojo unos cráneos de cartón junto a cruces de madera, finalmente se hizo un pase de lista de algunos nombres de personas desaparecidas. Pocas personas se enteraron de la marcha silenciosa de este jueves 22 de julio en la capital del país.
Por la riqueza de la información y la claridad con la que expresan sus ideas y denuncias, presento la transcripción de dos entrevistas realizadas durante esta movilización, se han modificado algunas frases para evitar la repetición y para dar coherencia en la lectura, pero la palabra de estas dos mujeres da cuenta de lo que está ocurriendo respecto a muchas fallas y riesgo dentro del proceso de búsqueda de personas desaparecidas.
Aranza Ramos, buscadora sonorense asesinada el 15 de julio de 2021. Miembros de su colectivo afirman que para los criminales que cometen las desapariciones, las búsquedas representan algo negativo, ya que atraen la mirada de autoridades externas y de especialistas, por lo que sus actividades económicas ilegales se ven interrumpidas. Ellos se la llevaron de su casa y la mataron.
Sin embargo, a este contexto se suma el ambiente de riesgo y asesinatos en toda la entidad, por ejemplo, la reciente desaparición de 10 indígenas yaquis, el asesinato de dos opositores a las actividades mineras y el despojo de tierras a cargo de la empresa Penmont, así como los asesinatos de 7 comunicadores en lo que va del sexenio, siendo el más reciente, Ricardo López, asesinado este 22 de julio en el puerto de Guaymas.
En Sonora, los colectivos de búsqueda realizan labores diariamente para localizar a 4 mil personas (según datos oficiales), y como se puede ver en las distintas redes sociales de estos, se han localizado miles de restos humanos y sitios de exterminio. Según un comunicado firmado por 12 colectivos de búsqueda sonorenses y difundido el 16 de julio de 2020, el Ejido Ortiz, es considerado «un lugar de exterminio activo». Esta es la palabra de una mujer, que como Aranza, busca incansablemente:
Mi nombre es Marité Valadez Kinijara, fundadora de colectivos de búsqueda en el estado de Sonora, de Guerreras Buscadoras de Sonora, y busco a mi hermano Fernando Valadez Kinijara, desaparecido el 11 de agosto del año 2015 en Guaymas, Sonora.
Cuando me preguntan sobre lo que está pasando en mi estado, mi respuesta sigue siendo la misma, la problemática de inseguridad no es solamente en Sonora, es en todo el país, simplemente que allá no era muy sabido y de muy bajo perfil por las autoridades. En Ortiz, mi pueblo, no existían fosas, no existían desaparecidos, sin embargo, hasta que desaparece Fernando, se convierte en la primer denuncia a nivel estatal.
Queríamos justicia y no teníamos miedo, bueno teníamos la necesidad y teníamos miedo de que siguieran desapareciendo más personas, incluso de la misma familia. Al poner una denuncia no sabes a qué te estás enfrentando, no sabes contra quien vas a enfrentarte al poner una denuncia, es por eso que muchas familias en el estado tenían miedo, no sabíamos si eran los buenos o los malos.
Por eso no era muy sabido cuántos desaparecidos había en el estado de Sonora. Hay demasiados hallazgos, la cosa era empezar para seguir el caminito.
Antes no te tomaban una denuncia por desaparición sin antes revictimizarte, de señalarte que tu en qué andabas o en qué andaba tu familiar que desaparecieron. Al final del día te querían juzgar a ti por poner una denuncia de desaparición.
Antes para hacerte una prueba de ADN te cobraban, antes tenías que tener una carpeta o un número de expediente para poderte hacer una prueba genética, ahora con el simple hecho de que tengas un familiar desaparecido ya te toman la muestra. Si se llega a hacer un match con algunos de los familiares con alguna osamenta sí tienen que interponer una denuncia ante el Ministerio Público para que puedan liberar el cuerpo y puedan regresar y darle una sepultura.
¿Qué pasa en mi municipio? El Valle de Guaymas y el Valle de Empalme, inclusive, es como un solo municipio, nada más se diferencia por nombres. Empalme está en medio de Guaymas y ese valle está intercalado entre los municipios. Brincas de un poblado a otro y cambias de municipio, es la misma situación.
Acá es bien sabido que los grupos delictivos se pelean la plaza, porque se pelean el paso a la frontera, pero a fin de cuentas sufrimos lo mismo: desapariciones, muertes, levantados. Desafortunadamente, antes de la muerte de Aranza, hubo 18 muertos en un día, entre Guaymas, Empalme y sus valles, eso fue tres días antes del asesinato de ella.
Ellos, los criminales, nos hacen ver que vamos y calentamos el terreno, cuando abrimos una fosa con muchos cuerpos es calentarles el terreno porque llega la autoridad y ya no les dejan hacer su tratos, sus ventas y todo eso, es más por eso.
Ellos no quieren que sigamos buscando porque llegan muchas autoridades, llega Guardia Nacional, llega la estatal, la AMIC [Agencia Ministerial de Investigación Criminal], la Fiscalía, peritos, antropólogos y ellos dicen ‘se me va a acabar mi negocio’.
Me siento fatal porque Aranza era una integrante, era una compañera, una madre, una amiga, una hermana del colectivo y de la localidad. Lo que hacía lo hacía por amor, por regresar a su esposo y por darle un futuro a su hijo al lado de sus padres. Me siento con coraje, con rabia, frustrada.
Desafortunadamente yo pude haber sido Aranza, yo tengo Mecanismo, estoy desplazada, intentaron matar a mi familia hace dos años, por encontrar la primera osamenta de personas calcinadas, en Ortiz.
Está reviviendo mi situación de hace dos años, pero yo alcancé a poner tierra de por medio, porque primero está mi familia y es de ahí de donde empezamos a sacar la frase de ‘voy a parar más no voy a dejar de buscar’. No quiero desenterrar muertos para enterrar vivos, a mi familia y a mis hijos. Eso fue lo que me orilló a empezar a trabajar en lo de escritorio. Dejé de buscar en campo un año porque tenía miedo de que mataran a mi familia.
En verdad, a uno ya lo matan, te matan desde el principio, te matan en vida. Ya no sabes si te duele un balazo o una puñalada, ya no sabes si te duele que te quemen, el dolor que arrastramos desde que te desprenden ese pedacito de tu sangre es matarte en vida.
Yo no tengo miedo ahora, pero no voy a arrastrar a mis hijos, a mi mamá, a mi familia, a mis compañeras. Ahora me dedico a buscar en todo el país porque en mi rancho no puedo, de ahí nació el colectivo Unidas Siempre Buscando, que somos 11 estados de la república y lo hicimos porque sabemos dónde los desaparecieron más no dónde los vamos a encontrar.
No sólo es la búsqueda en fosas, está la búsqueda en vida, pertenecemos a la Red de Enlaces Nacionales y a la Brigada Nacional de Búsqueda. Una vez que empiezas ya nadie te puede parar, yo no puedo buscar en mi tierra, pero voy a buscar a otras personas y dar paz o un poco de tranquilidad cuando tu le regresas un tesoro –como nosotros le llamamos a su familiar–, es sentir un poquito de paz. Yo quisiera ser la persona a quien le entregan un cuerpo, a quien le regresan una osamenta, unos restos, como les quieran llamar.
Quiero decirte que no vamos a parar y que la muerte de Aranza tiene que valer la pena, se oye feo, pero si ya la mataron, si ya nos la quitaron, que sirva de algo y que no sea en vano su muerte y no quede impune su muerte, que se haga justicia, queremos justicia por la muerte de Aranza, queremos que se investigue y que no se haga simulación de búsqueda con los responsables de la muerte de nuestra compañera.
Monserrat Uribe Palmeros se encuentra desaparecida desde el 24 de julio de 2020 en la Ciudad de México. Su familia señala una serie de irregularidades y de amenazas a raíz de haber denunciado la mala actuación de la policía capitalina. A un año de ocurridos los hechos, y cobijada por el colectivo de búsqueda Una Luz en el Camino, la madre de Monserrat, sale a las calles para exigir que las autoridades hagan su trabajo:
Mi nombre es Miriam Jaqueline Palmeros Rosas. El 24 de julio del año pasado (2020) desapareció mi hija en la alcaldía Iztapalapa. Ella abordó un vehículo que fue captado por las cámaras de C5 y obviamente esos videos quedan en resguardo de la Fiscalía. Estos videos se pidieron a los 8 días –después de que mi hija desaparece– por petición propia, porque no empezaron a hacer ellos las diligencias correspondientes, tuvieron muchas omisiones, hubo muchas negligencias.
Después, cuando supuestamente se fue a sacar el video, pedí que se le hiciera un estudio de fotograma –un peritaje–, para que me dieran las placas y el modelo y las autoridades me dijeron que el video lo habían perdido los mismos policías de investigación. Pero esto me lo dijeron hasta finales de diciembre de 2020, ya cuando la Fiscalía había salido de vacaciones.
Cuando yo me doy cuenta, levanto una denuncia en Asuntos Internos y lo que hacen es cambiar a los policías, resguardando su plaza, ellos siguen trabajando, pero en otras dependencias.
Mi hija no fue buscada en otros estados, eso lo tuve que hacer yo por mi propio pie, lo he tenido que seguir haciendo porque las colaboraciones que mandan de otros estados a Fiscalía no le dan seguimiento. Nosotros como familiares tenemos que hacer su chamba, ir a buscar a nuestros hijas, a nuestros esposos, a nuestros familiares en general a otros lugares.
Con nuestros propios recursos, porque CEAVI [Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de la ciudad de México], que se debería de encargar de darnos esa calidad de víctimas y apoyarnos, lo hace hasta que se le da la gana o hasta que te hacen un estudio a ver si eres candidata a que te apoyen. He recibido amenazas después de que recibí esta denuncia contra las autoridades que cometieron las omisiones y negligencias, me empezaron a amenazar de muerte, con mis hijos, con mis nietos y no solamente una vez, sin embargo, sigo aquí.
A nosotros nos matan desde el momento que se llevan a nuestras hijas.
Muchos colectivos me han apoyado, los de otros estados han estado, apenas se organizó una brigada en coordinación con la Comisión de Búsqueda [de Personas de la Ciudad de México], que, por ser una dependencia autónoma, nos apoya. Se han hecho búsquedas en la CDMX, en comedores, hospitales, ese tipo de búsquedas y se hizo esta brigada en el Ajusco, donde se encontraron positivos.
Sin embargo, la Fiscalía no les da el seguimiento, sabiendo que en el Ajusco hay muchas fosas clandestinas no le dan la importancia. Esta búsqueda fue del 21 al 25 de junio de este 2021.
Luego se viene el asesinato de Aranza. Terminando la búsqueda me llega una amenaza, nosotras vivimos así todo el tiempo cuando sólo nos dedicamos a buscar. No buscamos culpables. La sociedad y las Fiscalías no nos han entendido que sólo queremos a nuestros seres queridos, no estamos buscando quién hizo.
Nosotros queremos que el presidente nos escuche, que nos reciba, a una comitiva, no pedimos una audiencia con 200 integrantes de colectivos de personas desaparecidas, que él reciba una comitiva y que él se de el tiempo para recibirnos y saber qué es lo que está pasando y ver lo que necesitamos.
Realmente ellos no tienen una estrategia de búsqueda para nuestros desaparecidos, no hay un apoyo, ellos se encargan de otras cosas y las necesidades reales de la sociedad no las atienden. ¿Qué está pasando, por qué hay tantos desaparecidos? Esto es un fenómeno y a partir del gobierno de este señor ha habido muchos más, ¿qué pasa? Él nos tiene que dar una respuesta, nos tiene que dar estrategias. Queremos una Fiscalía realmente especializada, no que meta a gente de dedo, queremos que meta a gente especializada en las búsquedas.
Inclusive son los propios policías los que nos amenazan, los que desaparecen, los que cometen negligencias y omisiones, ¿bajo qué yugo estamos? Andrés Manuel López Obrador, ¿qué pasaría si tus hijos fueran los desaparecidos?
Fotógrafo y periodista independiente residente en México con conexiones en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Cuba, Brasil, Haití y Estados Unidos.
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