En el año 2020 migrantes y pepenadores fundaron la escuelita Bicentenario en la periferia de Culiacán. La infraestructura fue financiada por “los hijos del Chapo”; después maestras con iniciativa decidieron impartir clases. Hoy, la falta de falta de atención y recursos amenaza su existencia
Texto: Marcos Vizcarra
Fotos: Revista Espejo
SINALOA.- La escuelita Bicentenario, ese centro educativo en una de las lomas de la colonia fundada por migrantes y pepenadores al norte de Culiacán, está a punto de cerrar. No hay una sola autoridad estatal que se haya hecho cargo.
Esmeralda Núñez Terán sigue con esa iniciativa. Ha dejado todo: sus bienes, trabajo y tiempo están empeñados para no dejar caer este lugar debajo de una techumbre de lámina, pero el tiempo se está acabando.
“Eso pasa porque los niños no votan”, dijo mientras extendía una lona en la explanada de Palacio de Gobierno, a donde fue acompañada por tres niñas y niños de secundaria.
La escuelita se creó como una demanda común de niñas y niños con ganas de abrir los libros mientras sus padres están en la pepena de basura, escarbando entre las montañas de residuos para escoger y separar, luego vender e irse a sus casas para bañarse, cenar y dormir.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Social, para 2015 se acumulaban hasta 2 mil 500 toneladas de basura en Sinaloa, es decir, al mes se acumulaban hasta 75 mil toneladas y al año 900 mil. Sin embargo la capacidad de recolección y depósito está rebasada en el estado.
En el caso de Culiacán, se producían en promedio diario entre 900 y mil toneladas por día.
En este desierto de basura, donde no crece absolutamente nada, hay mujeres y hombres que trabajan en uno de los peores lugares de Culiacán, entre los desechos de miles de personas de la capital de Sinaloa.
“Sus padres lo hacen para vivir honradamente y eso han aprendido sus hijos”, señaló Esperanza hace un año, cuando se le preguntó sobre su apuesta de hacer un centro educativo al filo de la ciudad.
Este lugar creó tanto comentario de especialistas educativos y de seguridad y no es para menos, confrontó todo el sistema de educación que se hizo para resistir la pandemia de covid-19 y los “benefactores” fueron criminales.
En los periódicos se leía “Los hijos de El Chapo hicieron una escuela en Culiacán”. Fue una noticia mundial y no porque más de 100 niños eran atendidos por tres maestras rebeldes que decidieron educarlos aun sin tener internet, tabletas, celulares o una televisión.
Los criminales mandaron hacer la techumbre, la instalación de luz eléctrica y un baño. También dieron un par de televisiones y mobiliario. Luego las dejaron solas.
Hubo ciudadanos que leyeron la noticia y decidieron “quitarle” la escuelita a los criminales. Se propusieron a hacer colectas y actividades de recaudación de fondos para llevar materiales y útiles escolares.
La Secretaría de Educación Pública se pronunció también, resistiéndose a llamarle escuelita por no estar regularizada.
“El centro no está regularizado, pero atendemos a niñas y niños e la escuela Bicentenario y de la Loma de Rodriguera. Las maestras nos dan los cuadernillos y ya me quedé yo sola con la televisión, porque ya no tengo ni papel para imprimir las tareas”, contó la mujer de forma desesperada afuera de las puertas de entrada al Palacio de Gobierno.
Se extendió la techumbre y se dieron útiles de parte de la Secretaría. Nada más. También hubo fotografías y promesas para hacer de este centro un lugar digno.
Ahora está a punto de cerrar.
“Ya solo van 62 o 63 niños. Yo ya lo cerré el viernes, pero los niños no me dejaron y por eso ya vengo a pedirles otra vez ayuda. He estado así nueve meses”, señaló Esmeralda mientras mostraba su celular, el que ya intentó vender o empeñar pero no encuentra comprador por lo desgastado y viejo.
Si este centro educativo cierra, las niñas y niños deberán esperar el regreso a clases presenciales, que quizás podría darse el 7 de junio, como se anunció de parte de la Secretaría de Educación a nivel federal, o quizá más tarde, según lo que planee el gobernador Quirino Ordaz Coppel, según dijo el secretario local de Educación en Mazatlán.
Este trabajo fue realizado por REVISTA ESPEJO, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar el original.
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