Entre 2000 y 2019 fueron asesinadas en México más de 42 mil mujeres y otras 62 mil han sido desaparecidas. En estos casi 20 años, algunas cosas han cambiado -una guerra transformó los patrones y niveles de violencia-Pero otras permanecen, como la misoginia y la precariedad donde germina la violencia feminicida*
Quizás ahora sea difícil recordarlo, pero en febrero de 2020 el tema de género estuvo en la agenda pública prácticamente cada semana. La atención que tuvo no fue de a gratis. Estábamos hablando de violencia contra las mujeres porque tuvimos tres casos en la Ciudad de México que a muchas nos dejaron desoladas. Estos casos fueron los de Abril Pérez, Ingrid Escamilla y Fátima Cecilia.
La violencia contra las mujeres no es novedad en México, pero esta vez la reacción de nosotras sí lo fue. Las calles se llenaron de mujeres exigiendo a las autoridades que no nos fallaran más. Las redes se atiborraron de fotos de perritos, de jardines y de amaneceres que miles subieron para evitar que las fotos del cuerpo mutilado de Ingrid Escamilla se siguieran compartiendo.
En este contexto desolador y a la vez esperanzador nació este proyecto; de la certeza de que la violencia contra las mujeres es antiquísima, pero aún no la hemos entendido lo suficiente para evitarla.
Anteriormente, en Data Cívica habíamos investigado los patrones de homicidios y desapariciones de mujeres. En febrero de 2020 decidimos aliarnos con Pie de Página con el propósito de generar una serie de materiales que nos ayudaran a entender a profundidad muchas de las dudas que aún teníamos sobre los datos de violencia contra las mujeres.
¿Por qué desaparecen a más mujeres adolescentes, pero asesinan más a adultas jóvenes? ¿Cómo son las mujeres que asesinan y desaparecen diferentes? ¿Cómo ha cambiado la violencia en estos años? ¿Cómo se entrecruza la pobreza y la precariedad con los contextos de violencia de género?
Aún tenemos mucho por entender; estos textos son una apuesta por comprender aún más. Durante nuestras primeras conversaciones nos percatamos también de que en este agujero sin fin que parece ser la violencia hay un rayo de esperanza. Ese rayo somos nosotras mismas. Las mujeres para quienes la rabia se ha convertido en fuerza, alegría, ternura y motor. La historia de la violencia no estaría completa sin nosotras.
Estos textos son un intento de entender cómo llegamos aquí.
Más que matar porque puedo, matar para ser alguien. Juárez, el laboratorio
Por: Daniela Pastrana
¿Cómo fue que pasamos de hablar de “las muertas de Juárez” a contar mujeres asesinadas en todo el territorio del país? ¿Cómo pasamos de los feminicidios íntimos a los cuerpos de mujeres expuestos?
La precarización de la vida y el recrudecimiento de la violencia
Por: Lydiette Carrión
Intersecciones. Ahí donde se juntan diversas vulnerabilidades hay más riesgo de sufrir violencia, y hay más posibilidades de que las violencias permanezcan impunes.
Mantenerlas vivas para explotar su cuerpo Valle de México, una biopsia del país
Por: Daniela Rea
¿Qué pasó a partir del 2007 cuando las desapariciones de mujeres tuvieron un repunte en la estadística nacional? ¿Cómo pasamos de contar feminicidios a intentar registrar mujeres ausentes? ¿Qué podemos entender de cada uno de esos crímenes sobre la violencia contra las mujeres?
El amor de mujeres para todo el barrio: Nos queremos vivas Neza
Por: Vania Pigeonutt
Pasaron 10 años desde la última vez que el pueblo Yaqui realizó la Danza del Coyote. Una danza tradicional de guerra que dejaron de realizar por la falta de recursos, desinterés de las autoridades tradicionales y el desplazamiento de su modo de vida. Ahora solo los viejos la saben. Pero en uno de los ocho pueblos, la danza renació.
Siempre vivas. “Tejer la memoria por las que ya no están”
Por: Vania Pigeonutt
Lesvy Berlín Rivera Osorio tejió las vidas de decenas de mujeres.
Poner el cuerpo: Mujeres en la periferia para la periferia
Por: Vania Pigeonutt
“Yo soy Michel, Joseline, Lupita, Daniela, Rosita, una niña de la orilla. Yo soy la embolsada, la violada y quemada, la niña arrojada al río de aguas negras. Yo soy la niña pobre de la periferia. Yo soy fuego, aires de estas tierras, voz de las nuestras que surge entre polvareda para llegar aquí, a dar voz en otras que insisten vivir y jugar mientras sueñan”.
De las muertas de Juárez al #NosQueremosVivas es un proyecto de Data Cívica y Pie de Página elaborado con el apoyo de Fundación Ford.
Los reportajes son de Daniela Pastrana, Lydiette Carrión, Daniela Rea y Vania Pigeonutt.
El diseño del sitio estuvo a cargo de Alejandra Nava y Nelly Ramírez desarrolló el sitio.
Los datos los procesaron Adrián Lara y Georgina Jiménez.
Las voces son de Lucía Uribe, Ixchel Cisneros, Eréndira Derbez, Vivir Quintana, Karen Jocelyn Monzón, Alma Delia Murillo y Daniela Rea.
Georgina Jiménez coordinó el proyecto.
Las fotos son de:
María Ruiz
Ecos del desierto
Archivo hemerográfico Cedimac
Compilación Alejandra Aragón
Itzel Aguilera
Archivo de Ramona Morales
Archivo de Hemeroteca de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
* Puedes consultar la versión original del multimedia en este link
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