Al menos 34 millones 595 mil 999 pesos fueron los que el gobierno de Baja California pagó entre 2014 y 2019 a empresas fantasma por servicios y compras sin licitar y sin contratos de por medio. La mayoría de los contratos se firmaron en el gobierno de Francisco Vega de Lamadrid, pero la operación de empresas fantasma también permeó a la administración de Jaime Bonilla
Texto: Elizabeth Rosales y Eduardo Jaramillo / Newsweek Baja California
Ilustración: Carlos Mendoza
BAJA CALIFORNIA.- En el Cañón Bugambilias, un barrio popular en Tijuana, vive la señora Ignacia Cruz Rodríguez Adame con su esposo, Gilberto Muñoz Moreno.
Ambos son dueños de una empresa que facturó millones de pesos al gobierno de Baja California entre 2015 y 2016, pero no lo sabían.
Su casa es un cuarto en un cerro al que se llega subiendo escaleras hechas con llantas.
No tienen piso, ni baño o servicios básicos, más que luz, y lejos de encabezar una empresa que se dedica al desarrollo, asesoría y suministro de servicios profesionales, Ignacia vende champús, sandalias y estropajos en un mercado sobreruedas los fines de semana.
En papel, la pareja es socia de Grupo Viarpa SA de CV, una de 51 proveedoras del gobierno estatal que emitieron facturas falsas en la administración de Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, según el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
En total, Grupo Viarpa recibió 2 millones 874 mil 935 pesos por la venta de productos de la canasta básica, aunque ese no es el giro de la empresa, que ofrece reclutamiento de ejecutivos y servicios corporativos, entre otros, según su acta constitutiva.
“Vivo en el cerro, ahí es mi casita, ¿ustedes creen que si hubiera tenido dinero, no hubiera vivido mejor?”, dice Ignacia, de 47 años.
El SAT identifica a Grupo Viarpa como una Empresa que Factura Operaciones Simuladas (EFOS) y cada mes actualiza una lista definitiva donde exhibe a todas las que detecta por distintas irregularidades.
Por ejemplo, que son ilocalizables, emitieron facturas por bienes y servicios que no entregaron, o que no tienen infraestructura y recursos humanos para dedicarse al giro que registraron.
Entre 2014 y 2019, el gobierno de Baja California pagó al menos 34 millones 595 mil 999 pesos a 51 EFOS que emitieron 568 facturas falsas, de acuerdo con Facturanet, herramienta desarrollada por el Data Lab del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte.
El SAT implementó en 2014 una reforma al Código Fiscal de la Federación (CFF) para detectar a esos contribuyentes, porque llegan a incurrir en delitos como la defraudación fiscal, lavado de dinero y cohecho, advierte José Antonio Melgar Díaz, presidente de la Asociación Mexicana de Contadores Públicos.
Por eso, estar en la lista negra del SAT conlleva sanciones que van desde la cancelación de los sellos digitales de la empresa señalada, hasta una pena de dos a nueve años de prisión a quien expida o reciba comprobantes fiscales por operaciones inexistentes, según el CFF.
Esto último es el temor de Ignacia, quien no cuenta con los recursos para defenderse legalmente.
Además, Grupo Viarpa no es la única empresa a su nombre ligada al gobierno de Baja California.
Sus datos personales también fueron usados para crear la empresa Oliza Comercializadora, que recibió dos contratos para organizar eventos masivos, en 2016, por la cantidad de 400 mil pesos.
“La verdad me siento nerviosa, ¿de dónde voy a pagar ese dinero?”, pregunta Ignacia, en entrevista desde su puesto en el tianguis de la Zona Norte de Tijuana.
Si antes se les llamaba empresas fantasma, hoy podríamos decir que son ilusionistas, porque aparecen y desaparecen a conveniencia.
En Baja California, al menos tres socios o apoderados de Empresas que Facturan Operaciones Simuladas (EFOS) regresaron al padrón de proveedores del gobierno estatal, entre 2019 y 2020, con Jaime Bonilla como gobernador.
Aunque fueron boletinados por el SAT, uno de ellos representa a una empresa no sancionada con la que sigue participando en procesos de contratación.
Los otros dos tienen al menos un vínculo con una contratista de este gobierno.
“Puede ocurrir porque la empresa es la que está inhabilitada y propiamente no vamos a ir a verificar los nombres de los socios. Ahí sí tendríamos que verificar. Tendríamos que ver una herramienta que nos permitiera también filtrar los nombres de los socios para que no se mezclen en otras empresas”, dijo en marzo pasado, Vicenta Espinosa, cuando todavía era secretaria de Honestidad y de la Función Pública, y se le buscó para hablar sobre los proveedores fantasma de “Kiko” Vega.
Para esta investigación se documentaron los casos de Omar González Chávez, Martín Eduardo Ortega Chávez y Óscar Odín Medina Carrillo, sancionados por el SAT que siguen ligados a proveedores, gracias a los puntos ciegos del gobierno estatal.
Grupo Viarpa, por ejemplo, ya no puede emitir facturas, pero su apoderado Omar González Chávez es gerente administrativo de Comercializadora Empresas Baja, que se dio de alta como proveedora del estado en mayo de 2020 y recibió tres pagos ese año por un monto de 370 mil 630 pesos, según la Secretaría de Hacienda estatal.
Dos facturas fueron por el servicio de construcción a la Fiscalía General del Estado (FGE) y otra más por proveer productos de salud al Sistema Penitenciario.
Tanto Grupo Viarpa como Empresas Baja comparten un domicilio en la Zona Río de Tijuana, distrito financiero y comercial de la ciudad, sin embargo, el equipo de investigación constató que ahí no existen ni oficinas ni personal de esas empresas.
Empresas Baja además factura con la dirección 1528 de la calle Madero, en Zona Centro, pero tampoco se encuentra en ese lugar.
Un hallazgo de esta investigación es que Omar ha sido una figura constante en las empresas ligadas a Ignacia Cruz, aunque ella dice que no lo conoce.
El Registro Público de Comercio arroja que Omar es administrador único de Oliza Comercializadora y tiene facultades de cobranza. El equipo de Newsweek Baja California trató de localizarlo por diferentes medios para obtener su versión, pero tanto el número telefónico como la dirección electrónica registrados en el padrón de proveedores no eran válidos o no estaban en funcionamiento.
Otro caso es el de Martín Eduardo Ortega Chávez y Óscar Odín Medina, personas físicas boletinadas por el SAT que comparten domicilio en Tijuana con la Constructora Inmobiliaria Loreto SA de CV.
La constructora se dio de alta como proveedora en 2019, ha participado en 242 licitaciones y recibió al menos un pago en 2020 por la construcción de un andador vecinal en Pórticos del Lago.
El monto pagado fue de 183 mil pesos, según la Secretaría de Hacienda de Baja California (SHBC).
Alma Medina es esposa de Martín Eduardo Ortega Chávez, una persona física que llegó a la lista negra del SAT y rechaza ser responsable de la emisión de facturas apócrifas.
No concedió entrevista, pero días antes de la publicación de este reportaje informó que está recibiendo asesoría legal.
De acuerdo a Medina, su domicilio coincide con la dirección de dos EFOS y de una proveedora estatal porque un antiguo inquilino abusó de su confianza e hizo el registro.
Medina y Ortega viven en los límites de una colonia popular y de la Zona Dorada de Tijuana, una de las preferidas por la clase alta.
“El inquilino al que le rentábamos la casa hizo uso de mis recibos para facturar […] no entiendo cómo el SAT le permitió facturar con un recibo que no estaba a su nombre”, dice Alma Medina.
Las EFOS que usaron su casa como domicilio fiscal son el propio Martín Eduardo y Óscar Odín Medina Carrillo, el inquilino que tomó sus recibos y de quien no sabe nada.
“Se desapareció, ni el teléfono contesta”.
Según el SAT, Martín le facturó al estado 14 mil pesos por trabajos de jardinería, limpieza y fumigación en 2015.
Pero ese mismo año, emitió 21 facturas por un monto total de 305 mil pesos al Ayuntamiento de Tijuana.
Por su parte, Óscar Odín Medina Carrillo le facturó al gobierno estatal la cantidad de 199 mil 150 pesos por conceptos de reparaciones de construcción, pinturas y útiles escolares, entre 2014 y 2015.
Al Ayuntamiento de Tijuana también le facturó 606 mil 531 pesos por cobertores, dulces y renta de camiones, entre otros conceptos.
Martín Eduardo Ortega además aparece en el Registro Público de Comercio como socio mayoritario de otra proveedora del gobierno estatal, la Compañía Constructora Haramz SA de CV.
Aunque Alma Medina sí la reconoce, asegura que su esposo trabaja de forma independiente desde hace años y que ya no existe una relación con Haramz.
Esa constructora obtuvo cinco contratos por adjudicación directa, por la cantidad de 2 millones 655 mil pesos, en la administración de gobierno de “Kiko” Vega, según el Portal Nacional de Transparencia.
Desde que era candidato a gobernador, Jaime Bonilla, ha repetido que meterá a la cárcel a su antecesor, Francisco Vega de Lamadrid, por defraudar a la ciudadanía.
En el 84 aniversario del “Asalto a las Tierras”, un movimiento agrarista contra los latifundios en Mexicali, en enero pasado, Bonilla reiteró su compromiso de encarcelar al responsable de los desvíos de recursos y de la deuda millonaria que dejó la pasada administración estatal.
“Lo que debo de hacer es meter a la cárcel al que es responsable y para mí ese es “Kiko” Vega”, dijo Bonilla.
Tras ganar la elección de 2019, el gobierno de Bonilla interpuso una denuncia penal contra Kiko Vega y al menos 14 ex funcionarios más por peculado y fraude.
La denuncia incluyó al exsecretario de Planeación y Finanzas Bladimiro Hernández Díaz, la ex Oficial Mayor y ahora diputada local Loreto Quintero Quintero, y dos funcionarios menores de los departamentos de Normatividad y Adquisiciones de la administración estatal, entre otros.
Loreto Quintero fue contactada para este reportaje, pero se limitó a decir que la responsabilidad fue de Finanzas.
También se buscó la versión de Bladimiro Hernández, pero no respondió a las llamadas ni a la mensajería instantánea, aunque la aplicación WhatsApp sí registró que Hernández leyó el mensaje solicitando la entrevista. Después, el reportero fue bloqueado en WhatsApp y ya no pudo enviar más mensajes.
El día en que se presentó esa primera denuncia, el secretario General de Gobierno Amador Rodríguez Lozano habló de un desvío de más de mil 200 millones de pesos, que se habría hecho mediante el pago de asesorías entre 2017 y 2018 a casi 40 empresas.
“Muchas de estas empresas se constituyeron el mismo día en que se hizo el pago. Hemos investigado en la Ciudad de México, y hemos visto que hay varias que tienen el mismo domicilio, en apartamentos inexistentes, en casas abandonadas”, afirmó Rodríguez Lozano en noviembre de 2019.
La investigación continúa su curso y la próxima audiencia está fijada para el 11 de junio, según Rodríguez Lozano en una atención a medios que dio el 23 de abril.
A pesar de los esfuerzos por señalar responsables en la administración pasada, este reportaje encontró coincidencias entre socios y apoderados sancionados por el SAT y el padrón de proveedores de este gobierno.
El SAT reconoce a 51 empresas fantasma que facturaron al gobierno de Baja California entre 2014 y 2019.
La razón social que obtuvo el trozo más grande del pastel se llama Bufete de Consultoría, Asesoramiento y Análisis de Laboratorio SC.
Obtuvo 8 millones 157 mil 044 pesos en dos pagos por los conceptos de “Servicios profesionales para el análisis, revisión, seguimiento y solventación de U023, correspondiente a la Cuenta Pública 2012” y por un “Diagnóstico de Reingeniería en los principales procesos”.
Se les contrató sin que existiera un proceso de licitación, aunque la Ley de Adjudicaciones, Arrendamientos y Servicios para el estado de Baja California lo exige para compras mayores de 13 mil UMA (Unidad de Medida y Actualización), que hoy serían 1 millón 129 mil 440 pesos.
Además, el gobierno estatal dice que no existe ningún contrato en su archivo firmado con esa empresa.
El domicilio fiscal de ese Bufete lleva al séptimo piso de un edificio en Polanco, una de las zonas más exclusivas en Ciudad de México.
En ese piso se encuentra un despacho jurídico, una agencia de mercadotecnia y una constructora.
El Bufete de Consultoría, Asesoramiento y Análisis de Laboratorio no se enlista en el directorio de ese edificio, pero al tocar a la puerta de la oficina que fue registrada ante el SAT, se encuentra Grupo ASVE, una oficina virtual que responde por decenas de empresas.
“Ponle que tienen 70 empresas, pero nosotros nada más conocemos una”, dijo el empleado de un negocio vecino, sobre Grupo ASVE.
Entre los clientes de ese grupo se encuentra la EFO que facturó más de 8 millones al gobierno del estado.
“Sí, aquí estaba, pero se dio de baja el 29 del 05 de 2019”, respondió la recepcionista, luego de buscar el nombre en su computadora.
El Bufete de Consultoría, Asesoramiento y Análisis de Laboratorio se dio de alta ante el SAT el 19 de enero de 2007, pero no aparece inscrita en el Registro Público de Comercio de la Secretaría de Economía.
Tampoco tiene contratos con el gobierno federal o con otros gobiernos locales en los que exista una participación federal, según registros de la aplicación web QuienEsQuien.wiki de la organización Poder.
Y aunque en febrero pasado Newsweek Baja visitó el Registro Público de la Propiedad y de Comercio de la Ciudad de México, las búsquedas de antecedentes registrales están detenidas por la situación de pandemia por el COVID-19.
El registro público local informó que el servicio se reanudará hasta que el semáforo epidemiológico de la Ciudad de México cambie a color verde.
En la capital de Baja California se encuentra el segundo proveedor más grande entre las EFOS detectadas por el SAT.
Se trata de Juan Martínez Arredondo, quien registró su domicilio en el Cóndor, una colonia de viviendas populares con alta incidencia delictiva.
Las viviendas en el Cóndor son de 67 metros cuadrados de construcción, con la pintura roída, y calles con baches.
Al igual que sucedió con Ignacia Cruz en Tijuana, la fachada del domicilio de Juan contrasta con los ingresos que percibió como contratista del gobierno estatal.
Entre 2014 y 2015, Juan Martínez obtuvo 5 millones 730 mil 855 pesos por 79 facturas que describen la venta de paquetes de construcción, alimentos y artículos para las festividades de eventos masivos.
Juan vivía en el tercer piso de su edificio en El Cóndor, según el señor Antonio, un vecino que vive en el primer piso y tiene un pequeño cuarto donde corta el cabello.
“Por aquí vivió en algún tiempo, hace como 5 años. Se fue y ya”.
Para Vicenta Espinosa, ex secretaria de Honestidad y de la Función Pública, es complejo identificar al beneficiario final en el esquema de empresas fantasma, pero señala indicios de colusión entre servidores públicos en casos como el de Grupo Viarpa, que tienen un giro y emiten facturas por uno distinto.
“No pueden estar haciendo eso, esto es un claro ejemplo de que tienen información privilegiada y es una falta grave en la ley de responsabilidad administrativa”, dijo en entrevista en los primeros días de marzo pasado cuando era todavía la titular de Honestidad.
Detalla que el gobierno estatal tiene registro de las cuentas bancarias que recibieron transferencias por servicios y compras simuladas, pero asegura que hay redes que intentan complejizar la ruta del dinero.
“Son prestanombres. Muchas veces la persona que retiró el recurso utilizó un nombre o una cuenta de una persona que nada tiene que ver”.
Ignacia Cruz piensa que robaron su identidad el día en que su compadre, otra persona en situación vulnerable, la invitó a solicitar empleo en una supuesta agencia de autos nuevos ubicada en Zona Río de Tijuana.
Engañada, y motivada por su necesidad económica, entregó documentos personales y fue llevada ante el SAT, pues le dijeron que era un requisito para ser contratada.
“Me dijo que consiguiera gente y me daban mil pesos por cada persona que metiera”, cuenta Ignacia un sábado en su puesto del mercado sobreruedas.
Llevó alrededor de diez personas, incluyendo a su esposo, Gilberto Muñoz Moreno.
Dice que no recuerda los nombres de quiénes llevaron a cabo la operación y tampoco la fecha en que sucedió, pero Grupo Viarpa fue dado de alta en 2015.
“No nos dieron ningún papel, no nos llamaron. Nomás nos dijeron que si llegaban a preguntar íbamos a ser trabajadoras”, agrega.
En el Registro Público de la Propiedad y el Comercio, 20 de las EFOS detectadas por el SAT continúan activas y 25 no muestran su estatus.
Tres ya fueron cerradas o están en proceso de disolución, una tiene anotación por embargo, y otra más registró cambio de domicilio.
La investigación contra los contratistas falsos de “Kiko” Vega sigue abierta en la Fiscalía General del Estado. Hasta ahora, ningún funcionario ha recibido, por su participación u omisión, sanción ni condena por las prácticas señaladas en este reportaje.
*Este reportaje forma parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.
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