La no binariedad plantea posibilidades polivalentes: Margo Glantz

17 marzo, 2021

En esta entrevista la escritora Margo Glantz, desde su asumirse feminista, plantea que las posiciones binarias del género polarizan y rechaza la transfobia como un mecanismo que busca borrar a mujeres

Texto: Ever Aceves*

Foto: Misael Valtierra / Cuartoscuro 

La multigalardonada escritora Margo Glantz, a sus 91 años reafirma entre palabras que la edad no es sinónimo de conservadurismo, sino de sabiduría. Durante esta entrevista, la académica compartió sus opiniones con respecto a los cuerpos trans y no binarios en la literatura y en el contexto actual, así como su postura frente al feminismo y la candidatura de Félix Salgado Macedonio.

El cuerpo es, para la autora de Las Genealogías (1981), el núcleo de su escritura. Ha escudriñado el cuerpo como nadie más, analizando sus matices estéticos desde contextos históricos, filosóficos y literarios, así como en la cotidianidad —en el dentista, por ejemplo; basta mencionar Por breve herida (2016), La cabellera andante (2015), o bien, sus innumerables aportaciones en Obras reunidas (Tomos I-IV) (2006-2016), o en sus más recientes publicaciones: El texto encuentra un cuerpo (2020) y Cuerpo contra cuerpo (2020).

Virginia Woolf y Orlando

La ganadora del Premio Xavier Villaurrutia (1984), comenzó por hablar sobre la novela de Virginia Woolf: Orlando (1928); explicando la situación del personaje homónimo.

¿En dónde se encuentra el cuerpo transgénero y el cuerpo no binario en la literatura y en el mundo contemporáneo?

–Me gustaría mucho hablar de Orlando. Es un hombre que transcurre por varios siglos de la cultura inglesa y hace un recorrido histórico importante, pero al mismo tiempo, un recorrido sobre los cuerpos: es el cuerpo masculino que de repente se encuentra convertido en un cuerpo femenino […] Virginia Woolf trabajaba mucho la idea de la androginia, es decir, que hay seres humanos en donde los dos sexos están presentes. He leído mucho últimamente respecto a los no binarios: los que no quieren ser hombres ni ser mujeres, o ser de repente uno u otro […], mantienen una especie de apertura física, emocional e imaginaria.

“Hay seres que pueden albergar dos sexos”

¿Cuál es su percepción sobre el cuerpo andrógino?

Hay seres que pueden albergar dos sexos [personas intersexuales], pero no es muy habitual; es abundante en la representación escultórica en la Antigua Grecia y en la Antigua Roma. Y algunas reproducciones posteriores a lo largo de los siglos, en las que aparece un personaje, generalmente de espaldas, que tiene oculto, escondido de una manera misteriosa, los dos sexos. 

Para la española María de Zayas, el alma no tiene sexo, es andrógina; y lo mismo decía Sor Juana: a ella no la podían buscar como mujer porque estaba en el convento y, en realidad el alma no tenía sexo. El alma tiene los dos sexos al mismo tiempo, es andrógina.

Hablando sobre la escultura y la androginia, me gustaría proponer la obra de Saturnino Herrán; esas pinturas en las que retrata a figuras exquisitamente andróginas, por ejemplo, en la La Tehuana, la modelo fue su esposa, pero realmente no se alcanza a distinguir si es un hombre o una mujer, y así es bellísima.

–Pienso ahora en Thomas Mann, “La muerte en Venecia” y el bello Tadzio, cómo la adolescencia puede ser un momento muy importante en donde los sexos todavía no están determinados. El enamoramiento que siente [Gustav Von Aschenbach] por el joven Tadzio es un amor indefinido porque, aunque es un adolescente, en la adolescencia no quedan muy bien definidos los caracteres sexuales y hay una belleza maravillosa que es casi ideal. Este libro trata un tema que ahora es fundamental: la sexualidad plural, que abarca una multiplicidad enorme de variantes dentro de la sexualidad, que es muy interesante analizar y que no está siendo analizada del todo, pero está sucediendo, es un hecho. Desde el punto de vista biológico hay dos sexos, pero culturalmente, hay muchos sexos y muchas variantes, la no binariedad plantea posibilidades polivalentes.

Hay toda una tradición griega, en donde había una especie de aprendizaje homosexual, los hombres mayores los introducían a la sexualidad y a la adultez, aunque esos jóvenes no fueran homosexuales [una especie de heteroflexibilidad cultural, aunque en ocasiones de aquí surgían enamoramientos]. El amor homosexual también está presente en las numerosísimas pinturas de las vasijas griegas, así como la relación plurisexual y plurimorfa.

“El fanatismo produce nazismos”

En la FIL de Monterrey del año pasado, mencionó usted una frase que me hizo eco, a propósito del feminismo: El fanatismo produce nazismos. 

–Yo creo que las posiciones binarias, más bien maniqueas —sólo hay blanco o sólo negro—, polarizando brutalmente la inteligencia y la concepción de todas las cosas, es terriblemente grave. Yo soy muy feminista, me parece fundamental el feminismo, es un movimiento clave en este momento, todavía las mujeres pelean por derechos fundamentales, como lo es el derecho a su propio cuerpo para que no las metan a la cárcel si quieren abortar, por las diferentes causantes, ¡cómo es posible que no se les permita! El Congreso de Aguascalientes recientemente negó el derecho al aborto. Las mujeres están siendo agredidas en todos los niveles, desaparecen para convertirse en trata de personas, se prostituyen de manera obligatoria porque las esclavizan; la violencia doméstica que se reproduce durante la pandemia de manera brutal; los asesinatos de mujeres por celos; la terrible pederastia; la violación; y ahorita tenemos un problema muy serio porque Salgado Macedonio es candidato para un estado cuando está acusado por cinco intentos de violación y muchísimos más agravios que no han sido denunciados de manera directa.

No puede decírseme a mí que no soy feminista. Siento que hay muchas cosas del feminismo a ultranza que comprendo, pero no lo apoyo.

El terrorismo de la transfobia

–Recientemente, mujeres, en su mayoría escritoras, se pronunciaron en contra de la transfobia: aquellas mujeres que atacan a las mujeres trans que han decidido dejar de ser hombres para convertirse en mujeres y no son aceptadas plenamente. 

Esa también es una forma de terrorismo […] Decir que hay que hacerlas desaparecer de la sociedad es verdaderamente aberrante.

Todos los días, personas de todas las edades iban a dar al campo de concentración y morían de una manera atroz en la cámara de gas. Cuando uno ve las fotografías de esos niñitos recién nacidos que van al crematorio, es verdaderamente imposible de creer. Yo creo en las acusaciones de violación que hacen las mujeres, mismas que han sido mal acogidas, mal revisadas, mal legisladas. Pero al mismo tiempo, siento que con el #MeToo se han desatado casos extremos en los que no matizan, no se dan cuenta que lo que se está criticando en ocasiones no es cierto […] 

Atacar a todo aquel que disiente, atacar la disensión, la incapacidad de aceptar la crítica, la incapacidad de aceptar ideas diferentes, me parece gravísimo en todos los niveles: políticamente, sexualmente, anímicamente…

El futuro de Margo Glantz

“Yo corrijo poco los libros que ya publiqué porque siento que tuvieron su tiempo, su sentido; se fueron gestando de una manera específica que ya no puedo gestar ahora porque son otros tiempos, soy otra persona. Soy yo, pero al mismo tiempo no soy yo…”

Margo me tomó por sorpresa cuando le hice saber mis deseos por que pronto apareciera la reedición de Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador (2005), anunciándome que la segunda edición está por publicarse en la editorial Trilce. Asimismo, anunció que después de 40 años de haber autopublicado su libro Doscientas ballenas azules (1981) a consecuencia del rechazo de las editoriales, puesto que no eran canónicos, se volverá a publicar en Chile:

“Me parece una justicia poética. Estamos confinados, y los libros son una buena forma de vivir el confinamiento. Las librerías [físicas] son una fuente importante para conseguir libros, porque uno no sólo va por un libro, sino que ve otros libros que también le pueden interesar. El confinamiento ha sido muy dañino para las librerías”.

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La literatura de Margo Glantz es fundamental para conocer el cuerpo desde una perspectiva multidisciplinaria. La prosa poética, la historia, la filosofía, la religión, la pintura, los viajes, la tecnología; dialogan entre sí a lo largo de toda su escritura —tanto ensayística como narrativa— para proveernos una mirada disidente, arriesgada y no binaria. Margo Glantz es una estudiosa del cuerpo que escudriña a lo largo de su obra —así como en su discurso hablado— la multiplicidad de posibilidades corporales heterodoxas existentes en la naturaleza humana: del guardapelo al calzado, de los dientes al vello púbico, de la peluca egipcia al manto de Sor Juana. Es por eso que vale la pena leer y releer a Margo Glantz, figura insoslayable de la persistencia en la escritura sobre temas poco hablados, como el erotismo o la autobiografía; y lo hace utilizando con frecuencia textos experimentales, hasta muy recientemente acogidos por editoriales abiertas al espacio diverso, al diálogo de lo no polarizado, de lo no binario.

* Ever Aceves Escribe poesía, cuento, ensayo, reseña y entrevista; fotógrafa autodidacta. Licenciada en Psicología por la UAEM. Blogger en Milenio. Ha publicado en Nexos, Replicante, Praxis, La Lengua de Sor Juana La libreta de Irma; así como poemas y fotografías en revistas locales. Asistió a talleres literarios con Alberto Chimal, Rosa Nissán y Jorge Humberto Chávez. En 2018 fue entrevistada para la extensión del documental Pita Amor: Señora de la Tinta Americana (TV UNAM). Ese mismo año participó en la recitación de poemas durante el Natalicio de Guadalupe Amor en el Teatro María Tereza Montoya, en la Ciudad de México. Ha realizado un par de exposiciones fotográficas individuales: México Seductor (2015) y Anacronismo de la Cotidianidad (2017). De 2016 a 2017 impartió la asignatura de Historia del arte en el siglo XX, nivel básico con enfoque de género.

Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.