Seis años después de movilizarse por sus derechos, los trabajadores agrícolas de San Quintín lograron su afiliación al IMSS y visibilizar los abusos en contra de las mujeres. Pero aún carecen de acceso al agua, de un hospital de especialidad y guardería para sus hijos. Algunos patrones aún conservan cuotas de tres años atrás
Texto y fotos: Kau Sirenio, con aportes de Daniela Pastrana
Actualización: 17 de abril de 2021
CIUDAD DE MÉXICO.- La madrugada del martes 17 de marzo, los jornaleros salieron de sus casas, se fueron a la carretera transpeninsular, pero no llegaron a la parada de los camiones que pasa para por ellos para llevarlos a los campos agrícolas, sino que se agruparon para mover piedras y palos para cerrar el paso a los automovilistas. Después de una hora lograron cortar la vía de comunicación en más de 70 kilómetros.
Así empezó la protesta de los migrantes de los estados del sur que llegaron a los campos agrícolas del Valles de San Quintín hace seis años. Los trabajadores denunciaron maltrato, acoso sexual y salarios de hambre por parte de las empresas agrícolas asentadas en esta región, sin embargo, la movilización fue reprimida cuando cayó la noche de ese día de 2015.
Seis años después los activistas que tomaron la carretera transpeninsular dicen que no se ha cumplido con el pliego petitorio. La directora de la Asociación Civil de Mujeres Jornaleras de Todos los Colores A. C., Lucila Hernández, y el secretario general del Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas (Sindja), Lorenzo Rodríguez Jiménez, coinciden que solo se ha cumplido con la mitad de la demanda original.
“De las demandas de 2015, se avanzó muy poco, logramos visibilizar los abusos que se cometen en contra de las mujeres en los surcos. La gente está denunciando la violación de sus derechos. Los menores ya no están trabajando como sucedía antes de la huelga de los jornaleros. Aunque debemos de reconocer que no hemos podido resolver lo de saliendo y pagando, es un asunto que no se ha atendido como debería de ser”, contesta a bocajarro la activista Lucila Hernández.
La promotora de los derechos de las jornaleras denuncia que además algunas decisiones del gobierno federal les han perjudicado: “Con el actual gobierno federal nos quitaron el apoyo para estancias infantiles. Ahora los hijos de las jornaleras están abandonados, cuando bien les va, los niños se quedan en la casa de algún familiar. Esto es un retroceso para la mujer trabajadora”.
Una de las demandas que los jornaleros llevaron en la mesa de trabajo fue el derecho al agua, que por cierto fue el tema del agua que los llevó a organizarse hasta llegar a la toma de carretera, sin embargo, esto no se ha resuelto, en todo el Valle de San Quintín el agua que llega a la cocina de las jornaleras es salada.
La jornalera exhibe al gobierno de Baja California en el desabasto del agua: “Seguimos sin el agua a pesar de que era una de la demanda que presentamos en la mesa de trabajo en marzo de 2015. Por si fuera poco, en plena pandemia el gobernador incrementó el costo del agua a pesar de que era muy necesario para el lavado de mano. En este rubro seguimos igual que antes”.
La movilización que empezó hace seis años en el Valle de San Quintín aparte de visibilizar las problemáticas que enfrentan las jornaleras y jornaleros en los campos agrícolas también fue el motor que llevó la creación del sexto ayuntamiento en Baja California. El municipio de San Quintín.
Sin embargo, el naciente municipio aún no logra conformar su estructura y tampoco ha resuelto unos de los problemas más añejos en esa región: la infraestructura de salud, educación, agua potable, drenaje y mejores condiciones laborales son temas pendientes.
“Las mujeres demandamos educación, salud, hospital de especialidad y estancia infantiles porque son muy necesarias para las compañeras jornaleras. Estamos abandonados porque no hay apoyo del gobierno. Esto se debe a la lentitud en que se da la transición del municipio de Ensenada al nuevo municipio de San Quintín. El concejo fundacional no ha podido avanzar debido a la pandemia de la covid-19”, dice Lucila.
El logro más sustancial para las y los jornaleros en palabra de Lucila Hernández es la afiliación de 34 mil de 60 mil trabajadores agrícolas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), además ahora cotizan 235 pesos frente a los 80 de antes de 2015.
“Muchos ni siquiera cotizaban, esto es un logro. Aunque seguimos en espera la construcción del hospital de especialidad, esto en memoria de nuestras compañeras que fallecieron en el camino de San Quintín a Ensenada, porque en el Valle no hay hospitales de especialidad”.
Por su parte, el secretario general de Sindja, Lorenzo Rodríguez Jiménez, sostiene que hay avances en tema salarial, pero que esto aún no se concreta como debiera de ser, porque hay empresas agrícolas que aún conservan las cuotas de hace tres años.
“Hasta ahora estamos en plática con la Comisión Nacional de Salario Mínimo (Conasami) para resolver el asunto salarial, esto con el fin de se aumente el pago de las cajas de fresas, así como las jarras de mora. Muchas empresas agrícolas siguen con la paga de 15 pesos, cuando esto debería aumentar”, reclama el líder sindical.
Lo cierto es que en los campos agrícolas de San Quintín el salario sube a cuentagotas, pero solo en las jornadas, mientras que trabajo por destajos, así como botes de jitomate, pepino, cajas de fresas y jarras de mora no han tenido incremento.
Rodríguez Jiménez agrega: “Solo dos empresas pagan a 22 pesos la caja de fresas; los demás ofrecen de 16 a 18 pesos. Mientras que el kilo ejote lo pagan a 3 pesos; la arpilla de cebollas oscila de 5 a 10 pesos; el bote de pepino de 2.30 hasta 3.50; y un promedio de 10 pesos la jarra de Mora. Cuando este debería de incrementar, al igual que el salario”.
El líder sindical dice que en término generales hay avances porque se ha visibilizado los abusos que se cometen en contra de los jornaleros, así como el aumento de salario. “En el tema de salario, todos pusieron su parte para avanzar en la agenda. Pero estamos atorados en seguridad social. Aquí hay una simulación, hay compañeros afiliados, pero no cuentan con todos los derechos que deberían tener”.
Lorenzo Rodríguez sostiene que algunas empresas mantienen salarios integrados: “Trabajamos en este conflicto patronal. Cuando un compañero es despedido y reclama su indemnización, nosotros los acompañamos para que se les pague todas las prestaciones que le corresponde como la parte proporcional del aguinaldo y de utilidades”.
Otro de los problemas que enfrentas las jornaleras en San Quintín es la violencia intrafamiliar: “La compañera Avelina Ramírez López trabaja con las mujeres para atender el tema del acoso sexual en los surcos, se les capacita para que denuncien cuando sea necesario. Como sindicato hemos detectado que las jornaleras enfrentan violencia intrafamiliar. Hemos documentado casos de compañeras que tuvieron que refugiarse en centro para atención a mujeres maltratadas”.
Cuestionado sobre el tema en la conferencia matutina de este 17 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que en cuanto pase el período electoral irá a San Quintín a inaugurar la ampliación del hospital del IMSS-Bienestar y a revisar las demandas pendientes de los jornaleros.
«Tengo que ir allá, hice el compromiso porque vamos a inaugurar la ampliación del hospital del IMSS-Bienestar, nada más que ya va a iniciar la veda electoral y ya no me va a alcanzar el tiempo para ir ahora. Pero la primer quincena de junio voy a ir a San Quintín y vamos a ver lo del agua y lo de las estancias infantiles para trabajadoras jornaleras, agrícolas, vamos a ver eso».
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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