Salir del clóset no es sencillo, menos en una sociedad conservadora. El primer paso que deben hacer les familiares es informarse sobre la identidad de género y la orientación sexual, para aceptar y apoyar una situación natural sin prejuicios
Texto: Valeria Rodríguez / LadoB
Fotos: Tim Samuel / Pexels
PUEBLA.- “Como mamás y papás, [también] tenemos errores y no siempre tenemos la razón. No somos quién para juzgar. Ha sido difícil [comprender la identidad de mi hijo], sí, pero si es feliz…”, comenta Maricruz Herrera en entrevista para Lado B.
Maricruz comparte su experiencia como madre de un chico bisexual. Cuenta cómo ella no tuvo ninguna sospecha de la orientación sexual de su hijo hasta que él decidió platicar con la familia. Y, aunque en ese momento se sintieron tristes y no estaban totalmente de acuerdo, pensaron que debían apoyarlo.
De acuerdo con especialistas, la comprensión familiar hacia las personas de la diversidad sexual o LGBTTTI+ (siglas que incluyen lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgénero, transexuales e intersexuales, pero que no se limitan a estas expresiones de la sexualidad, pues hay muchas más) puede evitarles graves consecuencias y sufrimientos, pues el rechazo y la exclusión puede llevarles a abusar de sustancias, a caer en depresión, o suicidarse.
El tener una orientación sexual distinta a la heterosexual o asumirse desde un género fuera de lo normado es una variante natural de la sexualidad que está presente en muchas personas, explica Moisés Hernández, coordinador de La hora Segura en It Gets Better México y del área psicosocial de Casa Frida.
“No se trata de decir que es genético y, por lo tanto, decir: ‘ya ni modo’; es parte de la personalidad en todas sus dimensiones, el cómo configuras tu cuerpo, cómo sientes los deseos y cómo sientes tus afectos. Ser LGBTTTI+ no le hace daño a nadie, no es un defecto, no es una enfermedad y no se puede cambiar, simplemente hay que respetar y amar a las personas como son”, aclara.
Un primer paso para comprender a las hijas e hijos que forman parte del colectivo LGBTTTI+, es que las familias se informen sobre el tema. Al respecto, Hernández explica en entrevista para LADO B que la diversidad sexual es la variedad de identidades de género y orientaciones sexuales, es el reconocimiento de que todos los cuerpos tienen derecho a existir y a manifestarse; para esto, se debe aprender a diferenciar los elementos que la componen, como la identidad de género y la orientación sexual.
La identidad de género, añade, es cómo se percibe la persona a sí misma, cómo vive y cómo siente su cuerpo desde su género, lo cual podría o no corresponder al sexo con el que nació. Por otro lado, la orientación sexual es la atracción que siente afectiva y sexual hacia otra persona.
Todo esto es algo que siempre ha existido, aunque antes se ocultaba, y no depende de los genes, ni del sexo, ni de la reproducción.
Explica, además, que desde que las personas tienen conciencia y empiezan a desarrollar su personalidad –incluso aún siendo pequeñas y pequeños– saben que no son heterosexuales, aunque no pueden definirse como LGBTTTI+ porque aún hay un proceso de autodescubrimiento –como todas las personas en general– pero no saben cómo definirlo.
Cuando estaba en la universidad y después de algunos intentos, Armin* decidió decirle a sus padres que es homosexual, aun cuando se sentía temeroso, pues sus padres son muy religiosos. La respuesta no fue muy buena: le insinuaron que preferirían tener a un “hijo drogadicto” que aceptar su orientación. Sus palabras hicieron que Armin se distanciara de ellos.
“Los psicólogos nos hemos dado cuenta que las niñas, niños o jóvenes no les dicen a sus padres lo que están pasando, no porque no se los quieran decir, sino porque a veces los padres no tienen las herramientas informativas y emocionales para manejar esta situación, ya que la reacción es evitando el tema o poniéndoles obstáculos”, detalla Moisés Hernández.
Su consejo hacia papás y mamás, para tener conciencia y disposición para hablar de esos temas con sus hijas e hijos, es escuchar y tratar de entender las cosas desde otra perspectiva. Lo segundo, es reconocer que no lo saben todo y, si saben algunas cosas, a veces son inexactas, por eso recomienda buscar información o ayuda confiable con expertos. La tercera es no olvidar que son sus hijas e hijos y esperan ser recibidos y aceptados con amor. Por mucho que sea el desacuerdo, es fundamental nunca rechazarles ni herirles.
Para Vanessa, quien se identifica como lesbiana, por ejemplo, no fue complicado la aceptación de sus padres. “Mi familia asumió mi identidad y orientación desde pequeña, aunque esperaron a que yo se los dijera. Desde ese momento siempre he tenido su apoyo”. La única preocupación que tiene su madre es que ella muestre su afecto en público, y le hagan algo por la homofobia que hay en la sociedad.
Por su parte, para Araceli, quien se dio cuenta de su orientación sexual desde los doce años, el tener una relación seria con su actual pareja fue lo que la impulsó a contarle a su madre sobre su identidad, quien desde ese momento la ha apoyado bastante. Cuenta que “ser LGBT no es algo que elijas de la noche a la mañana, es algo que tienes desde pequeña y debe ser respetado”, dice.
“Los padres tienen expectativas sobre sus hijas o hijos, pero deben aceptar sus propias elecciones porque son personas con derechos, y no están para cumplir con las expectativas que ellos desean. Una de las cosas importantes para superar los prejuicios es que al final de cuentas lo importante es acompañarles y buscar su bienestar, no importando la religión que escojan, la carrera que quieran o cómo decidan amar, sino finalmente deben respetarlos porque los aman y no son de su propiedad”, comenta Hernández.
Maricruz agrega que al morir su hijo menor –lo cual ha sido muy doloroso– le hizo pensar más la situación. “No me importa cómo sea mi hijo, porque finalmente lo amo. Hay padres que no saben lo que dicen cuando rechazan a sus hijas o hijos, ellos son nuestra sangre y les dimos la vida. Sé que hago lo correcto en apoyarlo, porque seré su madre para toda la vida. Yo les aconsejo a las familias que vean con el corazón a sus hijos. Porque antes de ver una orientación sexual o una identidad, son nuestros hijos y merecen comprensión”.
Si hay apoyo y amor familiar, las demás personas lo verán también: “Donde la familia apoya, la sociedad no discrimina”, coinciden Hernández y Raúl Caporal, codirector del refugio LGBTTTI+ Casa Frida.
Las mamás y los papás que necesiten apoyo para comprender a sus hijas e hijos deben acudir a una psicóloga o psicólogo con formación en diversidad sexual, con formación en terapia familiar o acercarse a las distintas organizaciones que se dedican a la educación y al acompañamiento de personas LGBTTTI+ y sus familias.
Casa Frida, ubicada en Ciudad de México, da refugio –hasta por 90 días– a cualquier persona LGBTTTI+ de todo el país, que ha sido expulsada de su casa por su identidad de género y/u orientación sexual. En este refugio se ha construido un programa psicosocial de acompañamiento que brinda servicios integrales. A lo largo de la estadía ofrece mediación con familiares de personas refugiadas si estas lo permiten, les apoyan para que identifiquen las violencias en su contra y dan acompañamientos en terapia psicoterapéutica familiar.
“Lo que interesa es que las personas LGBTTTI+ y sus familias sean felices, tengan acceso a derechos y estén bien entre ellos. Eso es para lo que se lucha, para que las dos partes se sientan libres y puedan amarse incondicionalmente”, destaca Raúl Caporal.
En su opinión, no hay una manera mágica para acabar con la homofobia, lesbofobia, bifobia y la transfobia familiar, pero sí debe haber información al respecto y, ante todo, visibilidad, porque en algunos casos la persona LGBTTTI+ puede llegar al suicidio ante el rechazo. Es un conocimiento que se construye, incluso un poco desde la experiencia y la vivencia, y no es que de un día para otro se comprenda todo, pero empezar desde esos dos puntos es un paso para hacerlo, dice Caporal.
Si necesitas, como madre o padre, alguna asesoría familiar, aquí dejamos estas opciones:
Asociación Internacional Familias por la Diversidad Sexual
Este trabajo fue publicado originalmente en LADO B que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original
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