¿El fin de la era Trump? «Lo que más me sorprendió fue la ausencia de la gente»

22 enero, 2021

foto: Netnarin Padungjirapuntip

Tres fotógrafos provenientes de minorías raciales en Estados Unidos narran y retratan la singularidad de la toma de posesión de Joe Biden y reflexionan lo que implica para sus comunidades

Texto: Ximena Natera

Fotos: Chris Facey, Netnarin Padungjirapuntip, Seungjae Seo

NUEVA YORK. Con las calles vacías, soldados durmiendo en los parques y un perímetro de seguridad que aísla el centro histórico de Washington, D.C, Joe Biden ha iniciado su mandato presidencial. Los primeros dos días los ha dedicado a revertir, con órdenes presidenciales, varias políticas y mandatos de Donald Trump. 

Para el mediodía del 20 de enero, y sin cruzar camino con los sucesores, la familia Trump había dejado la ciudad rumbo a Miami, su nueva residencia; y Biden había jurado su cargo en una ceremonia sobria y sin público.

Afuera del perímetro de seguridad y desde las calles de la ciudad donde ciudadanos provenientes de todas partes del país celebraron un nuevo comienzo, tres fotógrafos recuentan días de tensión y repasan las razones de fotografíar un día histórico.

Chris Facey: “Así como fue importante para Trump tomar la presidencia, fue  importante para mí verlo salir”

@coco.butter.shutter

Chris Facey empezó a tomar fotografías como una forma de reconstruir su creatividad después de servir en el Ejército de Estados Unidos. 

Como fotógrafo afroamericano “es muy importante hacer trabajo en estos tiempos”, dice Facey que ha seguido de cerca el movimiento de Black Lives Matter (BLM) desde el primer en que la gente salió a la calle como protesta por el asesinato de George Floyd a manos de la policia. Para él es un deber, explica. 

Desde entonces las protestas por BLM siguen siendo constantes en su trabajo, mucho del cual ha sido publicado. 

“Ha sido una experiencia agridulce”, cuenta.  “Mi trabajo ha tenido mucho reconocimiento, pero al mismo tiempo he hecho lo mismo desde hace años y nadie lo estaba publicando antes, entonces, ¿qué cambió?”, cuestiona.

Pero fotografiar tanto trauma viene con un costo. “Revisar las fotografías al final del día es muy difícil (…) me ha consumido y últimamente he tomado varios descansos”. 

Sin embargo, decidió asistir a la inauguración porque lo considera como un cierre de capítulo en el movimiento contra la violencia racial. 

Fui porque quería tomar fotografías de esperanza –dice–. Así como fue importante para Trump tomar la presidencia, fue  importante para mi verlo salir”.

Pero  Facey explica que es tiempo de seguir adelante, de enfocarse no solo en la protesta porque  termina por simplificar la problemática. 

“Mi objetivo como fotógrafo es crear narrativas complejas sobre la experiencia de la gente negra y las personas de color”.

Su proyecto Dad Duty (Deber de Padre) se enfoca en la relación entre hombres afroamericanos y sus hijos; se basa en su experiencia como padre de dos niñas y busca deconstruir los estereotipos que plagan el colectivo imaginario sobre la masculinidad negra. Para Facey, la llegada de Biden y Kamala Harris (la primera vicepresidenta mujer y de ascendencia afrocaribeña e india) marcan un antes y después. El sentimiento de constante emergencia deja paso a la necesidad de hacer un trabajo profundo, detallado y de largo aliento. 

Netnarin Padungjirapuntip: “La gente quería salir a celebrar pero hay miedo”

@makemydays365

Para Netnarin Padungjirapuntip, la fotografía ha sido una herramienta para procesar su propia experiencia. “Mi trabajo es sobre cómo la gente interactúa con la ciudad. Salir a la calle con mi cámara me permitió entender mi lugar en Nueva York  como migrante”, dice. Por eso, cuando la ciudad entró en confinamiento por covid-19, Netnarin recorrio cientos de kilometros a pie para fotografiar la emergencia: calles vacías, negocios abandonados, funerarias desbordadas y aquellos que nunca pudieron quedarse en casa, los enfermeros y doctores, repartidores, policías y bomberos. 

Fue la idea de reencontrar estos escenarios lo que la llevó a Washington la semana pasada; y ahí documentó el despliegue de 25 mil soldados de la guardia nacional en la ciudad. 

“No es algo que pasa todos los días y menos en un país como Estados Unidos. Es histórico, quiero que mis fotografías aporten a recordar este momento” dice.

Más allá de un interés político, lo que la atrajo al proceso electoral del 2020, fue que los temas que definieron la batalla política se discutieron y pelearon en las calles, desde las protestas masivas del movimiento Black Lives Matter y la lucha por el acceso al voto a las turbas protrumpistas que buscaban infundir miedo.  “Fotografiar a la gente y hablar con ellos me ayudó a entender lo que vivimos”, dice Padungjirapuntip.

De las imágenes que dejó el 20 de enero, cuenta Netnarin, 

Lo que más me sorprendió fue la ausencia de la gente.

Siempre vamos a recordar que cuando se anunció que Biden y Harris ganaron la gente lo que hizo fue salir, celebrar en grupo, bailar en las calles; pero ahora no hubo eso. Aunque la gente vino de todo el país, fueron pocos. Lo que vimos es que mucha gente tiene esperanza pero también miedo.”

Seungjae Seo: «Tienes suerte de no ser del New York Times«

@wittgens1

Seungjae Seo ha sido reportero por más de 10 años para el periodico koreano más grande de la región. Hay más de 200 mil surcoreanos en la ciudad y el área conurbada de Nueva York, lo que la hace la población más grande fuera de Corea. 

Sin embargo, explica Seungjae, rara vez la política nacional estadounidense es cubierta minuciosamente desde Nueva York, pues los principales intereses de la comunidad son los temas que afectan su día a día como educación, sistema de salud, migración y crimen.

Pero el mandato de Donald Trump cambió la costumbre. Sus políticas anti inmigratorias impactaron profundamente a la comunidad coreana, en su mayoría migrantes, desde ciudadanos naturalizados, estudiantes y trabajadores, muchos con situación irregular. 

La situación se agravó con el avance de la covid-19 y el discurso racista que adoptó frente a la pandemia, desde abril pasado, Nueva York, junto al resto del país, registró una explosión de crímenes de odio contra la comunidad asiática. 

Para él fotografiar el proceso electoral fue importante porque la comunidad coreana estuvo involucrada y pocas veces se le presta atención en los medios tradicionales. Como muchos otros fotógrafos, Seo estuvo en Washington DC el 6 de enero para cubrir el último mitin de Trump, donde llamó a sus seguidores a rechazar la presidencia de Biden.

Por seguridad, Seo se quedó en la parte trasera del mitin. “Al final del discurso un hombre gritó: ¡Vamos al capitolio! La gente comenzó a moverse. Fue rápido, el cambio de humor fue rápido. Había tanta gente que se sentía como una zona de guerra o una ceremonia religiosa, y Trump era el líder del culto”, cuenta. 

Cuando Seo los siguió, un pequeño grupo lo detuvo. “Estaban enojados, vieron mi credencial de prensa y me preguntaron de dónde era, me dijeron: ‘tienes suerte de no ser del New York Times’. Fue un día trágico”.

Aunque la amenaza de un ataque terrorista el día de la inauguración estaba presente el fotógrafo explica que sintió la necesidad de regresar. 

Quería ser testigo de este día histórico, documentar la ciudad sin Trump y la reacción de sus seguidores. Pero ese día hubo silencio. Los seguidores no aparecieron».

Periodista visual especializada en temas de violaciones a derechos humanos, migración y procesos de memoria histórica en la región. Es parte del equipo de Pie de Página desde 2015 y fue editora del periódico gratuito En el Camino hasta 2016. Becaria de la International Women’s Media Foundation, Fundación Gabo y la Universidad Iberoamericana en su programa Prensa y Democracia.