Este domingo todos los países europeos comenzarán a aplicar las dosis. La esperanza y la ilusión por terminar este periodo tan extraño sobrepasa ya cualquier desorganización o mezquindad
Tw: @cynthiaitalia
Al momento en que escribo, a causa de la pandemia han muerto un millón 755 mil personas en todo el mundo. Las cifras son de la Universidad Johns Hopkins, mismas que van cambiando minuto a minuto de acuerdo con los reportes de cada país. Los contagios ya sobrepasan los 80 millones de casos.
La mutación del virus sigue sorprendiendo y preocupando a la comunidad científica y a los líderes de cada país que están entre evitar más pérdidas humanas y/o evitar mayores pérdidas económicas.
En las últimas horas la llamada “variante inglesa” ha motivado el cierre de más fronteras. Después de que varios países de Europa bloquearon los vuelos provenientes de la Gran Bretaña, ayer por la tarde Japón decidió encerrarse hasta el 31 de enero, es decir, no permitirá salir ni entrar a nadie, pues responsabiliza a esta variante del aumento de casos en esta isla que hasta ayer reportaba 218 mil 453 contagios y 3 mil 52 muertos, una cifra realmente baja para el total de su población que es de 126 millones y medio de personas aproximadamente.
Qué ironía, de la Gran Bretaña llega esta mutación del virus que, sin votación de por medio, aísla mucho más rápido a sus ciudadanos que la misma Brexit, y que el próximo 1 de enero será una realidad para salirse del mercado único europeo y de la unión aduanal, aunque con el acuerdo de hace unos días, se continuará con el libre comercio con la Unión Europea .
Sin embargo, eso del aislamiento, al menos en este continente y sobre todo en este país, es algo que ha comenzado a parecer parte de nuestra cotidianidad. De la falta de abrazos y besos, nos seguimos lamentando. Son de las renuncias que más nos duelen y que a diez meses de distancia desde que aquí aparecieron los primeros casos de coronavirus, ha hecho que al mundo lo veamos completamente diferente.
Por eso, la llegada y puesta en marcha de las vacunas es de celebrar, primero, porque los científicos la desarrollaron en tiempo récord y segundo, porque simplemente nos empiezan a alumbrar para que el próximo año comencemos a ver finalmente una luz que nos haga regresar a las escuelas, a los rtabajos, a abrazarnos y besarnos sin el miedo y la incertidumbre que han caracterizado este 2020.
Las vacunas llegan, como han llegado en otros tiempos, a enfrentar a ese enemigo invisible que es al final el virus.
Esperamos que muy pronto, así como pasó con el tétanos, la rabia, la poliomielitis y otras enfermedades, se pueda controlar.
Este domingo todos los países europeos comenzarán a aplicar las dosis. La idea era que fueran unidos los 27 países que integran la Unión Europea, sin embargo ayer se adelantaron Hungría y Eslovenia.
No importa. La esperanza y la ilusión por terminar este periodo tan extraño sobrepasa ya cualquier desorganización o mezquindad.
Así, Europa experimentará esta emoción como ya lo hicieron Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel, México, Chile y Costa Rica.
Falta mucho para acabar con la pandemia. Las previsiones no son a corto plazo, pero lo importante es que ya empezamos y que sin duda, los días de vacunación contra el SARS-CoV-2 serán de los más hermosos y emocionantes que nos tocará vivir en los últimos tiempos, porque lo que en realidad tenemos que festejar es que la vida vuelva a triunfar ante la muerte.
Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la '
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