1 diciembre, 2020
Previo al fin de año, los colores del semáforo epidemiológico en Italia comenzaron a cambiar para relajar restricciones ciudadanas. Los autoridades de salud y los propios médicos temen nueva ola de contagios
Texto y fotos: Cynthia Rodríguez
MILÁN, ITALIA.- A pesar de que en los últimos 30 días en Italia se diagnosticaron 800 mil 953 nuevos casos de covid y murieron 12 mil 904 personas, desde el domingo Italia comenzó a convertir algunas zonas Rojas en Naranja como Lombardía, Piamonte y Calabria y, a su vez, algunas que estaban en color Naranja pasaron a Amarillas, porque de acuerdo con el Instituto Superior de la Sanidad, ha comenzado a bajar el nivel de contagio.
Así, en el arco de una semana, más de la mitad de los italianos, es decir, 32 millones, se preparan para que sus localidades sean consideradas como amarillas y se espera que del 13 de diciembre el número ascienda a 50 millones y que sólo la región de los Abruzos quede como zona roja.
De ser así, prácticamente para la Navidad, todo el país estará con restricciones menos severas de como lo ha sido desde hace casi un mes, cuando el 5 de noviembre el gobierno dividió al país en tres colores (Rojo, Naranja y Amarillo) de acuerdo con el RT (nivel de contagio) y la respuesta hospitalaria que cada región tenía.
Con el cambio de color en las regiones, el domingo abrieron todos los comercios y las aglomeraciones volvieron a las calles, por lo que el lunes nuevamente las autoridades hicieron un llamado a no relajar las medidas para no arriesgar a que a inicios del próximo año se comience la tercera onda en el país.
¿Y las escuelas?
Este lunes por la mañana, decenas de estudiantes de la región Piemonte se manifestaron en la plaza principal de la ciudad de Turín.
La razón es que, a diferencia de las regiones Lombardía y Calabria que junto con Piemonte pasaron de rojo a naranja, en esta última no abrieron las escuelas para los alumnos de secundaria, como sí pasó en las otras dos.
«Nos prometieron que volveríamos al aula”, dicen los alumnos de algunas escuelas intermedias mientras siguen las lecciones sentados en el suelo y se protegen del frío con mantas, “en cambio nos mintieron».
Unos 50 alumnos de secundaria, junto con profesores y padres, siguieron lecciones remotas en Piazza Castello en Turín para protestar contra la decisión de no permitir que los alumnos de segundo y tercer grados regresen a clases a pesar de que se convirtió a zona naranja.
El gobernador de Piemonte, Alberto Cirio, quien decidió no abrir las escuelas y seguir con la didáctica a distancia, defendió su postura y explicó que, de acuerdo con los epidemiólogos de la región, abrir las escuelas para los alumnos de secundaria en estos momentos aumentaría de nuevo los contagios. “Así que decidí salvaguardar la salud y la vida ”.
Aquellos que quieran salir de su ciudad para pasar las vacaciones en la segunda residencia deberán hacerlo antes de que entren en vigor las prohibiciones. Desde la semana antes de Navidad hasta la Epifanía, ya no se permitirá moverse entre Regiones, incluso si están en la zona amarilla. Un bloqueo total para evitar que se repita lo ocurrido el verano pasado.
El nuevo decreto del presidente del Consejo de Ministros que Giuseppe Conte deberá firmar antes de la medianoche del 3 de diciembre contendrá las reglas para la primera quincena de diciembre y para las semanas de celebración, un periodo que alarma a los científicos y preocupa mucho a los ministros.
La prohibición de viajar entrará en vigor entre el 19 y el 20 de diciembre y será válida hasta el 6 de enero.
«Esos quince días me dan mucho miedo», repite el Ministro de la Sanidad, Roberto Speranza, en reuniones confidenciales, en las que el alivio del virus que finalmente ralentiza su recorrido va acompañado del terror de que las fiestas navideñas abran paso a la tercera ola de contagios.
El miércoles, el ministro de Sanidad ilustrará el texto en el Parlamento, por lo que entre el lunes y el martes el gobierno tendrá que deshacer los últimos nudos.
Quizás el dilema más difícil se refiere a las exenciones. Al primer ministro le gustaría aflojar al menos un poco la malla de rigor para permitir que los italianos festejen incluso en este 2020 tan duro, aunque de una forma «sobria» y «diferente».
Pero los ministros del ala penal, Francesco Boccia, Dario Franceschini y el propio Speranza, en sintonía con los científicos, insisten en acabar con las excepciones. Estas son las excepciones mínimas a las que está trabajando el gobierno, para mantener juntas la seguridad personal y la libertad de los ciudadanos al limitar los riesgos tanto como sea posible.
En la reunión del martes, el gobierno decidirá si concede excepciones «que en todo caso se limitarán al máximo». Puede ser posible regresar a la casa familiar para pasar las vacaciones con padres ancianos. Si este es el caso, la exención podría ser utilizada por un solo familiar. En cualquier caso, se mantiene la recomendación de proteger a las personas mayores y frágiles, especialmente en lo que respecta al contacto con los jóvenes, que en muchos casos son asintomáticos.
También se contempla la concesión de la derogación para los estudiantes que hayan trasladado su residencia o domicilio a la ciudad a la que se trasladaron por motivos de estudio y quieran volver a casa durante las vacaciones. Por tal motivo en muchas ciudades, ha comenzado la prisa por someterse a las pruebas rápidas antes de Navidad.
En el caso de los cónyuges, se podría conceder la reagrupación familiar que se aplicaría también a los esposos que viven o trabajan en ciudades diferentes.
El decreto presidencial vigente desde el 4 de diciembre confirmará el toque de queda a las 22:00 horas. Dentro del gobierno hay quienes están presionando para extender este límite hasta la medianoche de Navidad y Año Nuevo, pero es una línea que difícilmente se puede aceptar.
“No podemos darnos el lujo de relajarnos para facilitar las reuniones en las casas y las reuniones en las calles, este es el momento del apretón. La curva epidemiológica va cuesta abajo pero aún estamos en la mitad de la segunda ola”, reiteró Speranza.
Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la '
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