13 diciembre, 2020
Joe Biden es el presidente 46 de Estados Unidos. Lo ratificó el Colegio Electoral, el organismo que determina quién es el mandatario de ese país. El anuncio, empero, no calmó a Donald Trump quien como presidente en funciones -hasta el 20 de enero- aún mantiene el gobierno del país más poderoso del planeta
Texto: Alberto Nájar, con información de Mauricio Palos y Ximena Natera
Fotos: Mauricio Palos y Ximena Natera
Actualización 14 de diciembre.
Joe Biden es el presidente electo de Estados Unidos. Lo determinó este lunes el Colegio Electoral donde 306 de 538 delegados apoyaron al político del Partido Demócrata.
Una decisión esperada, como la actitud del todavía presidente Donald Trump.
El magnate se ha negado a reconocer públicamente su derrota, e inclusive en sus mensajes por redes sociales como Twitter insiste en que la elección del pasado 3 de noviembre fue “fraudulenta”.
La retórica de Trump, por momentos, parece inclinarse a una negativa para abandonar el poder. Pero conseguirlo implica un paso legal que, por lo menos hasta ahora, se ve complicado.
Mientras eso ocurre el fiscal general estadounidense, Willliam Bar, renunció al cargo este lunes.
Varios analistas adelantaron que la dimisión es una forma de prevenir que Donald Trump le involucre en una cruzada legal sin remedio.
Pero la verdad oficial es otra. En su cuenta de Twitter el presidente estadounidense afirmó que el exfiscal Barr abandonó el cargo “porque quiere pasar las fiestas (navideñas) con su familia”.
Más allá de la controversia, este lunes el presidente electo pidió al magnate que termine con su juego y reconozca la derrota.
Trump, dijo Joe Biden, intentó “socavar la democracia estadounidense” pero a pesar de ello, “nuestra democracia persiste”.
El nuevo presidente de Estados Unidos debería asumir el poder el 20 de enero de 2021 en los jardines de la Casa Blanca, según la tradición política de ese país.
Hasta ahora, sin embargo, no hay certeza de que el magnate acepte abandonar el recinto que le albergó por cuatro años.
Joe Biden obtuvo más de 74 millones de votos en las urnas, con lo que se convierte en el presidente con más respaldo en la historia de Estados Unidos. Además, las elecciones del pasado martes tuvieron la mayor participación en unos comicios desde 1900.
El porcentaje de participación superó el 60 por ciento, cuando el promedio en las votaciones estadounidenses no suele superar el 52 por ciento
Algunos analistas destacaron estos números, sobre todo porque la elección se hizo en medio de un repunte de la pandemia de covid-19. Hasta el momento más de 230 mil personas han muerto en ese país.
A pesar de ello Biden alcanzó cifras históricas. Hay varias razones, explican especialistas.
Una de ellas es que muchos estadounidenses no votaron por el demócrata, sino en contra de Donad Trump (quien, pese a todo, convenció a más de 70 millones de personas).
La elección fue, de hecho, un referéndum sobre la gestión del magnate, quien desde el inicio de su gobierno en 2017 estuvo rodeado de varios escándalos.
Otro elemento en la victoria de Biden fue el respaldo que obtuvo en algunos estados considerados clave, como Pensilvania, Michigan y Wisconsin.
De hecho fue el resultado de la primera entidad lo que inclinó la balanza este sábado.
Un punto adicional es que a diferencia de hace cuatro años, cuando Hillary Clinton perdió la elección, ahora el Partido Demócrata hizo a un lado sus diferencias internas y contendió como un solo bloque.
Además logró reunir el apoyo de otros grupos lastimados por el gobierno de Trump. Fue el caso de la comunidad afroamericana, mujeres blancas, universitarios y un importante grupo de científicos y ambientalistas.
También contribuyó, reconocen especialistas, la forma como el todavía presidente enfrentó la emergencia sanitaria por el coronavirus sars cov 2.
El magnate pareció minimizar el impacto de la pandemia, y cuando la situación empeoró envió mensajes confusos, que afectaron la estrategia sanitaria de su gobierno.
Una de estas señales fue su actitud después de haberse contagiado de covid-19. El presidente se negó a asumir una posición más cautelosa ante los estadounidenses, a pesar de haber sido hospitalizado durante tres días.
De hecho en las últimas semanas de la campaña parecía burlarse de la pandemia. “¡Covid, covid, covid! ¡Los medios sólo hablan de eso!” repetía en los mítines.
Tras la votación en el Consejo Electoral Joe Biden se convertirá, oficialmente, en el presidente electo de Estados Unidos. Difícilmente habría forma de revertir esta determinación.
Es un paso importante dada la reticencia de Trump para abandonar la Casa Blanca.
El magnate seguirá como presidente de ese país hasta el 20 de enero próximo, cuando Biden asuma el poder.
En ese lapso las decisiones administrativas y militares le corresponden sólo a Trump.
El presidente electo tiene posibilidades de influir en algunas decisiones, pero la palabra final le corresponde al magnate.
Hasta dónde puede representar algún problema la posición de Trump, depende de si este lunes acepta su derrota, y la forma como decida hacerlo.
Varios analistas advierten que, en el fondo, la estrategia del todavía presidente de Estados Unidos ha sido encarecer sus decisiones y convertirlas en una especie de moneda de cambio en la negociación política de los próximos años.
Algunos creen que Trump podría postularse a la Casa Blanca en 2024. Otros piensan que, en el fondo, lo que pretende es asegurar el financiamiento empresarial al Partido Republicano.
Y no falta quienes piensan, en cambio, que el objetivo final del controvertido personaje es convertirse en una especie de líder moral del Partido Republicano.
Algo como el Gran Elector, al que se le debe consultar antes de emprender cualquier estrategia política.
Un papel así, en los inciertos años venideros, puede representar un mayor poder de que confiere ser el presidente de Estados Unidos.
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