El documental se agrega en forma destacada a las cintas que exponen el uso indebido de la tecnología para dar visibilidad a historias falsas que tienen un objetivo político, para intentar inclinar la balanza electoral, hacer daño reputacional, estigmatizar a sectores de la población o iniciar debates vacíos

Texto: Ricardo Olayo G.

Foto: HBO

Posverdad, documental presentado este 2020, alcanzó un cruce afortunado en la realidad: la justicia de Detroit capturó a los dos personajes que retrata como fabricantes de fake news, acusados de realizar miles de llamadas en forma automatizada a ciudadanos afroamericanos para desalentar su voto en la próxima elección presidencial de Estados Unidos.

La detención se realizó el 8 de octubre y ambos podrían recibir una condena de hasta 12 años.

Identificados como operadores no orgánicos del Partido Republicano, Jack Burkman y Jacob Wohl, cabilderos expulsados de Facebook e Instagram, son parte de la teoría de la conspiración, y en la cinta postulan a las fake news como una herramienta de guerra que puede ser utilizada para crear historias.

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Posverdad, disponible en la plataforma HBO, se agrega en forma destacada a las cintas que exponen el uso indebido de la tecnología para dar visibilidad a historias falsas que tienen un objetivo político, para intentar inclinar la balanza electoral, hacer daño reputacional, estigmatizar a sectores de la población o iniciar debates vacíos.

La palabra posverdad, de reciente creación, es definida por el Diccionario de Oxford como el fenómeno que se produce cuando «los hechos objetivos tienen menos influencia en definir la opinión pública que los que apelan a la emoción y a las creencias personales».

En 2016 el prestigiado diccionario la eligió como la palabra del año, con referencia especial a lo ocurrido con el Brexit en Europa y el triunfo de Donald Trump en la elección estadunidense.

En la lógica de la posverdad negar los hechos, ratifica mi verdad. Negar la verdad abre opciones para crear otra que coincida con mis percepciones.

El tema del documental está ligado a la practica periodística y a variantes de lo que identifico similar al periodismo ciudadano que tuvo un boom hace años cuando cada ciudadano reportaba hechos valiosos desde su celular. En la cinta se ve otra cara de la moneda con Info wars, un portal electrónico con venta de productos, presentación de información y preferentemente dedicado a fabricar historias.

Una de las que confeccionó, muy conocida y patética por la reacción generada, es el Pizzagate, relativo a una serie de eventos ocurridos en el restaurante Comet Ping Pong, en Washington DC, con dedicatoria en contra la ex candidata Hillary Clinton, en 2016.

Aquella historia cobró fuerza en redes sociales como Yelp, 4chan y Reddit, siendo resultado del complejo entramado de consumo de contenidos de la sociedad estadunidense.

Ese “periodismo” se asemeja, por los efectos que propicia, al del reportero digital de la película Contagio (muy comentada este año por narrar antes del Covid19 el surgimiento de un virus proveniente de un murciélago), también disponible en HBO.

El documental con el título completo Posverdad: Desinformación y el costo de las fake news, dirigido por Andrew Rossi, es un excelente recuento de las prácticas realizadas antes de la victoria de Trump en 2016, entre ellas el papel de la empresa Cambridge Analytica, los ataques digitales contra Barack Obama, supuestas agresiones militares y otras más. Así que es muy recomendable a unos días de la nueva elección en EU.

Pero aún más allá la cinta comprueba la escasa o nula alfabetización digital de las sociedades que consumen contenidos sin discernir, y la actuación de personajes desajustados que pueden gritar fuego en una sala repleta.

Comparto un par de links que acompañan muy bien el tema:

1

https://www.forbes.com/sites/jemimamcevoy/2020/10/01/republican-operatives-jacob-wohl-and-jack-burkman-charged-with-felonies-in-voter-suppression-scheme/#1fb0b5722828

2

https://elpais.com/internacional/2017/06/23/estados_unidos/1498169899_197758.html