BlackRock es el fondo de inversión más grande del mundo con presencia en más de 100 países. Este gigante financiero ha sido acusado en diversos proyectos de corrupción, daños ambientales y de violar derechos humanos. Hoy se perfila como proveedor en la construcción del Tren Maya
Texto: José Ignacio De Alba
Foto: Andrés Manuel López Obrador
BlackRock fue el único consorcio que se postuló para la construcción del tramo 5 del Tren Maya que va desde Cancún hasta Tulúm, Quintana Roo.
Este martes 8 de septiembre se dará el fallo para conocer si el consorcio se adjudica el proyecto de 125 kilómetros de extensión. Originalmente se daría el 31 de agosto, pero ese día el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) anunció que la emisión del fallo fue diferida con el fin de «revisar con profundidad» la propuesta económica presentada.
Los concursos para las licitaciones para el proyecto se hacen nivel internacional, pero aún así BlackRock fue la única postulante al proyecto según el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
El Tren Maya que recorre 1 mil 500 kilómetros es el proyecto más importante que se haya realizado en la península de Yucatán, pero el plan ha encontrado la oposición de algunos grupos de mayas y de organizaciones medioambientales.
Aunque Black Rock se encargará del tramo más corto del plan maestro, hay preocupación sobre el modus operandi de la empresa.
La organización Poder lleva años documentando las operaciones de este fondo de inversión. BlackRock inició sus operaciones en México en 2008, en el sexenio de Felipe Calderón. Incluso, el subsecretario de Hacienda de ese momento, Gerardo Rodríguez Regordosa, ahora forma parte de la compañía neoyorquina. En aquel momento los activos se concentraron en dos rubros: fondos de inversión y el mercado bursátil.
A la llegada de Enrique Peña Nieto, la empresa comenzó a destacar por su interés en el sector de energético, después de la Reforma Energética. Así lo relata Poder en su investigación “El control Energético de Black Rock”:
“A partir de la reforma energética, la administradora de fondos ha invertido en la industria energética de tal forma que en sólo tres años, entre 2015 y 2017, BlackRock se ha hecho del control directo e indirecto de cinco proyectos de infraestructura energética, incluidos dos gasoductos considerados de seguridad nacional, y seis bloques de exploración petrolera”.
La primera inversión que hizo Black Rock fue en la construcción de un tramo del gasoducto Los Ramones, el megaproyecto que traería gas de los yacimientos de Texas, Estados Unidos, hasta el estado de Guanajuato. Curiosamente otro de los contratistas de la obra fue la trasnacional Odebretch, señalada por pagar sobornos a funcionarios como Emilio Lozoya.
En la publicación hecha por Poder se da cuenta que la junta directiva de Black Rock, incluido su director Laurence Fink, y altos funcionarios mexicanos se reunieron en diversas ocasiones durante el sexenio pasado. Incluso, previo a las elecciones de 2018 varios candidatos presidenciales se reunieron con Fink: entre ellos José Antonio Mead, Ricardo Anaya, Margarita Zavala y, el ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador.
En otra investigación llamada “BlackRock, el Gigante desconcocido” Poder señala que la gestora de inversión y Afore Banamex firmaron dos contratos en 2014 para invertir ahorros de los mexicanos en el extranjero. El problema, según la publicación, es que la compañía “no cumplía con el lineamiento de la Comisión Nacional del Sistema para el Ahorro (Consar) que exige que para que ese tipo de empresas administradoras puedan invertir las pensiones de los mexicanos no deben contar con investigaciones pendientes”.
En ese momento BlackRock Investments Management UK era investigada en Italia.
BlackRock es probablemente la compañía más poderosa del mundo, pero a pesar de su influencia es una empresa poco conocida fuera de los círculos financieros. En México es la principal accionista de empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. La gestora de fondos tiene nexos cercanos con empresas ligadas a Carlos Slim, desde hace años es uno de los mayores bolsistas en América Móvil.
Fuera de México la compañía BlackRock tiene poder en trasnacionales de la talla de Exxon Mobil, Shell, Citigroup, Bank of America, JPM Chase, Apple, McDonalds y Nestlé. Farmacéuticas, bienes raíces, bancos, petroleras, aviación, química, minería, industria automotriz y alimentos forman parte de su portafolio. También es accionista de algunas de las compañías de armas más grandes del mundo, como American Outdoor Brands Corporation, Sturm Ruger & Company y Vista Outdoor o ejércitos de mercenarios.
Black Rock está prácticamente en todos los rubros de la economía, incluso ha sido señalada de usar ese poder en momentos críticos como en la crisis económica de 2008, donde la compañía duplicó sus ganancias. También la empresa ha participado en la asesoría de gobiernos. Para muchos analistas Black Rock es la muestra del excesivo poder de la banca.
Recientemente BlackRock obtuvo permiso del gobierno de China para establecer una compañía de fondos mutuos. Es la primera empresa extranjera en lograr la autorización en el mercado chino.
Hasta el momento ya se han entregado 5 de las 8 licitaciones de la construcción del megaproyecto.
El tramo uno del proyecto (Escárcega-Plenque) se le entregó a Mota-Engil México SAPI de C.V. en convenio con China Communications Construction Company LTD, Grupo Cosh S.A. de C.,V Eyasa y Gavil Ingeniería S.A.
El tramo dos del proyecto (Escárcega-Calkiní) se entregó a Operadora CICSA S.A. de C.V. en convenio de asociación con FCC Construcción S.A.
El tramo tres del proyecto (Calkiní-Izmal) se entregó a Construcciones Urales, S.A. de C.V en convenio de asociación con GAMI Ingeniería e Instalaciones, S.A. de C.V y AZVI, S.A.U.
El tramo cuatro del proyecto (Izmal –Cancún) se entregó a Grupo ICA.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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