El paro de actividades para disminuir los contagios y muertes por el COVID-19 en Italia le está pegando a la población con menos recursos y que trabaja en la informalidad, en zonas como Sicilia, Calabria, Campania y Apulia. Conocida como «la revuelta del pan», decenas de jóvenes se organizan para asaltar los supermercados
Texto: Cynthia Rodríguez
Fotos: Il Foglio
MILÁN, ITALIA.- Un hombre pega con fuerza en una reja del supermercado. La esposa que está al lado grita al ver que se acerca un par de policías: “Vergüenza, dan asco”. La pareja, sabremos después, son dos pequeños comerciantes que quedaron sin trabajo por la cuarentena en Italia y ahora no tienen dinero para comer.
La escena, grabada con un celular, ocurre en Palermo, capital de la región siciliana. Una región donde el trabajo desde siempre es un derecho al que pocos pueden acceder.
De acuerdo con datos del Instituto de Estadística, en Italia hay 3.4 millones de personas en pobreza. Ochenta por ciento de éstos viven en el sur, donde Palermo está a la cabeza.
Por eso el paro de actividades para disminuir el alto número de contagios y muertes por el COVID-19 le está pegando a la población con menos recursos. En zonas como Sicilia, Calabria, Campania y Apulia.
La revuelta en Palermo llevaba días. Es conocida como la “revuelta del pan”. Decenas de jóvenes se organizaban para asaltar los supermercados. Los mismos que veían llenarse de personas para hacer sus compras de pánico, una vez que las restricciones se alargaron por todo el país.
Apenas el viernes 27, la policía de Palermo interceptó cientos de mensajes y audios enviados por WhatsApp. Era la cita en un gran centro comercial de la capital siciliana llamado Conca d’Oro.
Según los investigadores, quienes ya tienen en la mira a 70 personas, el objetivo era amedrentar a los guardias de seguridad de este supermercado con lenguaje violento.
La Procuraduría de Palermo, que ya empezó con las investigaciones, quiere saber si este grupo tiene relación con otro que surgió en Facebook y que ha tratado de asaltar algunos supermercados de la ciudad, donde miles de ciudadanos no cuentan con la seguridad de un salario mensual.
Emilio Viafora, presidente nacional de Federconsumatori, una asociación de consumidores, reconoce que la crisis sanitaria actual ha empeorado a quienes siempre han trabajado sin contrato. O como se le llama aquí, “en negro”. Porque son ellos los que no pueden acceder a ninguna ayuda al no estar registrados como trabajadores ante el gobierno.
“En el sur de Italia no sirven programas sociales y apoyos a la pobreza, para que vengan asegurados los bienes de consumo, porque en el sur con el trabajo que nunca se formaliza hace que la situación se agrave más que en otras regiones”.
Escenas como ésta comienzan a repetirse en Nápoles o en Bari. En estas ciudades también hay un fuerte malestar económico y gran parte de la economía se basa en la informalidad.
Las cifras de pobreza no son nuevas para las autoridades. Sin embargo, el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, se refiere a los miembros de estos grupos ahora investigados, como “chacales profesionales que están promoviendo acciones violentas y que en las redes sociales encuentran una vitrina fácil”.
Para Orlando, el fondo de este problema podría ser que algún grupo criminal promueva entre las familias pobres el miedo. Para después beneficiarse con la usura. Justo en el sur, ésta es aún una práctica muy presente.
Luigi de Magistris, el ex magistrado que ahora es alcalde de Nápoles, señaló la misma problemática para la región de Campania. Al igual que Antonio di Caro, alcalde de Bari, capital de Apulia, Magistris manifestó que en estos días se le han acercado cientos de familias en dificultad “que no tienen qué comer”.
Los alcaldes de las tres ciudades más importantes del sur de Italia pidieron al gobierno central una ayuda para las familias pobres que están sufriendo los estragos económicos de la epidemia.
Como El ladrón de bicicletas
El Papa Francisco dedicó su homilía a estos pobres. “¿Qué diferencia hay entre uno que arrebata las bolsas del supermercado y un ladrón de bicicletas?”, dijo refiriéndose a la película de 1948 que narra los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
“Sólo los separa un espacio temporal, unos setenta años que en términos históricos indican un ciclo. En términos generacionales la diferencia entre abuelo y nieto. Pero por lo demás, son la inmensidad de un era glacial, porque sólo una glaciación habría podido ser imaginada como el parteaguas entre lo que fue ayer y lo que vendrá, probablemente mañana”.
“Hambre”, dice el Papa Francisco pronunciando una palabra que todos, en las más modernas y avanzadas democracias habían eliminado. Incluso el vocabulario de quienes se consideraban en vías de desarrollo. No que hubiera sido superada el hambre como la que existe en lugares como África. Pero nos ilusionábamos que fuera sólo cuestión de tiempo. Y después el hombre hubiera podido reclamar a sí, a su región, también este mérito, de haber sido salvado. Sin embargo, no ha sido así.
Bergoglio, quien los últimos días ha dedicado discursos importantísimos en medio de la pandemia que ya le ha pegado a todo el mundo, advierte:
“En estos días en algunas partes del mundo ya hay evidencias sobre las consecuencias de la pandemia. Una es el hambre. Se comienza a ver gente que tiene hambre porque no puede trabajar, porque no tenía un trabajo fijo. Comenzamos a ver ya el después. Vendrá más tarde pero ha comenzado ahora”.
La respuesta de Conte
Después de estas noticias, de las peticiones de los alcaldes y hasta del llamado del Papa, el presidente del Consejo de Ministros, Giuseppe Conte, anunció el sábado 28 por la noche, una serie de medidas para ayudar a las familias más pobres del sur de Italia.
“Hemos preparado un procedimiento de gran impacto, ayudados de los alcaldes que son nuestras centinelas, confiamos en ellos. Por eso les informo que acabo de firmar un decreto para destinar 4.3 mil millones de euros para todas las comunidades de Italia”.
“Algo muy importante”, subrayó, “es que con una ordenanza de la Presidencia del Consejo, habrá 400 millones más como anticipo para los que no tienen dinero para hacer la despensa. Nacerán los bonos espesa para los alimentos, para la cadena de solidaridad de voluntariado del tercer sector, esto a partir de la próxima semana”, dijo Conte en cadena nacional.
Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la '
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona