En el 2019 México tuvo un repunte económico por la actividad turística del 9 por ciento respecto al año anterior, hoy este sector es uno de los más golpeados por la pandemia
Texto: Josué Torres y Margena de la O
Fotos: Josué Torres y Óscar Guerrero
CANCÚN, QUINTANA ROO, Y ACAPULCO, GUERRERO.- No lo veían venir. Es el relato común de personas trabajadoras en el área del turismo en zonas de alta afluencia en el país como Quintana Roo y Guerrero.
“No. No lo veía venir. Uno oye noticias, rumores entre compañeros, y nos decimos ‘no nos va a pasar nada porque esas cosas suceden lejos’”, narra Esteban, quien hasta hace unos días formaba parte del departamento de Alimentos y Bebidas de Secrets Maroma Beach Riviera Cancún.
Los dueños del hotel de 5 diamantes, donde los clientes pagan noches desde 12 mil pesos por persona, lo despidieron para aminorar pérdidas económicas por la pandemia.
“Primero comenzaron con ellas [las camaristas], y así sucesivamente hasta quedarse con unos cuantos”, relata. En alimentos y bebidas eran unos mil trabajadores, dice que hay 20, los de planta. “Los de contrato mensual debemos ir por el finiquito en estos días”. Le prometieron llamarle en un mes para reincorporarse si la situación mejora.
De acuerdo con los Resultados de la Actividad Turística en México, publicado por Sectur, el año 2019 cerró con un incremento de casi un millón más de turistas internacionales respecto al año anterior, para llegar a 97.4 millones, un aumento del 0.9 por ciento.
En términos económicos el ingreso de divisas por viajeros internacionales fue de 24 mil 563 millones de dólares, 9 por ciento más respecto al año 2018. Esta derrama económica venía con un incremento sostenido desde el año 2011, año en que el ingreso fue de 11 mil 900 millones de dólares.
Con estos antecedentes se esperaba un buen 2020.
Quintana Roo ocupa el primer lugar en habitaciones de hotel, con 102 mil 890 a nivel nacional, y el tercer lugar a nivel nacional en establecimientos turísticos con mil 074, por debajo de Veracruz y Jalisco, según la Secretaría de Turismo en su último reporte sobre oferta de servicios turísticos en 2018. Por Cancún entra la gran mayoría de turistas que visitan nuestro país.
Francisco Tello May vio crecer esta industria sin chimeneas desde su llegada a Cancún hace 29 años: “No sabía inglés, por eso me contrataron en restaurantes del centro, cuando comencé a masticarlo me aventé a la zona hotelera. Había mucha chamba en aquella época, todos los días llegaba gente de pueblos y ciudades a Cancún y los restaurantes, hoteles… todos, decían ‘sí, contratado’. Uno agarraba experiencia y se iba a algo mejor”.
El condominio en la Zona Hotelera de Cancún donde Francisco es mesero continúa ofreciendo servicios, aunque cerraron su restaurante y el área de la alberca. Los residentes reciben atención en sus departamentos.
“Somos tres meseros y dos bartender’s, pero dejé de ir hace una semana porque tengo diabetes. Mi esposa me dijo ‘cuídate de esa chingadera (Covid-19) porque está matando gente. Mejor quédate en casa, vemos cómo le hacemos’ y avisé de mi ausencia por tres semanas”. Francisco sonríe mientras lija madera para unos muebles para vender, no cuenta con ahorros y están buscando cómo obtener ingresos para afrontar la falta de empleo en el destino.
En el último trimestre del 2019 la población mexicana empleada de manera directa en el sector turístico se situó en 4 millones 438 mil personas, según la Secretaria de Turismo.
Para Quintana Roo la actividad que más aporta al PIB estatal es la de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas. De esta industria depende el 85.6 por ciento de su población.
“El salario fijo quincenal era de 2,005 pesos y, dependiendo de la ocupación del hotel cada miércoles nos llegaba propina como de 1,800 pesos; aunque la propina ya estaba incluida, los huéspedes se mochaban, un mal día era salir con 20 dólares en la bolsa”, recuerda Esteban, que fue despedido. “Antes del virus era una semana excelente, de repente trono todo”.
Francisco opina que en la carpintería no mucha gente va a comprar, no tienen dinero, de esto voy a ver si sobrevivo, no será la primera ni última vez que nos suceda esto. Queda esperar”. Francisco, que le dobla la edad a Ernesto, ha visto huracanes azotar a Quintana Roo, la crisis económica después de la caída de las Torres Gemelas y las restricciones sanitarias derivadas de la influenza, es quizá, por eso, que sabe ocultar el miedo a través el humor y el temple.
Para Sergio León Cervantes, Presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Quintana Roo, el coronavirus es una contingencia sin precedentes: “Hemos visto pandemias pero no algo que detuviera a los países, se necesita resolver el tema del contagio para luego pasar al tema de recuperación económica”, dice.
En 2005 el huracán Wilma, impactó las costas del caribe mexicano con un saldo de más de 700 mil damnificados y perdidas para el sector de más de 200 millones de pesos. “La ventaja que tuvo el sector empresarial y el gobierno fue que, cuando tuvimos a Wilma, pudimos delimitar un tiempo de recuperación para la construcción y reconstrucción de la infraestructura que sufrió daño”, dice León Cervantes.
En 2009 con la influenza H1N1 los países no colapsaron, recuerda León Cervantes, y cuando se derribaron las Torres Gemelas y Estados Unidos tomó medidas restrictivas que impactaron a nuestra industria turística, el empresariado fijó estrategias para atraer otros nichos de mercado.
“El Covid-19 no podemos compararlo con ninguna otra contingencia sanitaria ni natural, por lo tanto tenemos incertidumbre de los tiempos y las formas para reactivar nuestra economía”, agrega.
La Coparmex en Quintana Roo agrupa a cerca de 20 mil trabajadores y todavía se encuentran en la fase de levantamiento de información para evitar, dicen, que sus agremiados soliciten a sus empleados los “días solidarios”.
“Después de Wilma había chamba de a madres, incluso el descanso solidario me cayó de perlas porque me descansaron sin goce de sueldo por 3 meses pero sin despedirme, y como sé de carpintería me fui al Palladium”, relata Francisco. Ahí pudo recuperar su ingreso.
Aunque el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, anunció el 24 de marzo que con cámaras empresariales y sindicatos están planeando una estrategia para apoyar a las personas que se quedaron sin empleo. “Es una situación totalmente diferente (a los huracanes), en la que tenemos que cuidar el distanciamiento y aislamiento (social), no se pueden crear comedores comunitarios, no puedes tener espacios para la entrega de este tipo de alimentos porque se aglutinarían y habría un problema de salud”.
El panorama continúa incierto para una industria que pasó de una ocupación acumulada entre el 1 al 22 de marzo de 65.4 por ciento a un 20.6 por ciento, y registrar el cierre de 7 hoteles que se traducen a 7,350 habitaciones sin ocupar en la zona norte del Estado, según datos de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos.
—¿Ahorraste, Esteban?
—Antes de irme tuve un grupo grande y nos dejaron de propina de 350 dólares, más mi [primera] quincena de marzo y mi finiquito. De ahí a escarbarle, porque no sabemos si vamos a regresar. Muchos estuvieron inconformes, porque ¿cómo vamos a sobrevivir?.
Adolfo Herrera Hernández es prestador de servicios turísticos en Caleta. La primera quincena de marzo, recuerda, Caleta estaba lleno y Acapulco rondaba ocupación del 90 por ciento en fines de semana. A partir del cierre de escuelas, el 20 de marzo, bajó un 60 por ciento.
De las 800 o, 900 personas que solían llenar un fin de semana las playas de Caleta, actualmente hay apenas 100.
Adolfo, que es mesero, dice sin dudar que el coronavirus ha afectado más el turismo que la violencia. “La violencia todo mundo la vive, ora sí que de eso no nos espantamos, lo que sí nos está espantando es la sicosis del virus que anda en el aire”, comenta.
En Caleta y Caletilla se han visto las estampas más contrastantes de la violencia. Hay fotografías de la prensa local en Internet de turistas que permanecen en la playa después del asesinato de una persona en el mismo perímetro.
Este 24 de marzo las autoridades federales confirmaron que México pasó a la fase dos de la pandemia por el coronavirus, y con eso se deben evitar actividades con concentraciones de 100 o más personas. En Guerrero la Secretaría de Salud mantiene la confirmación de cinco casos de personas contagiadas.
La derrama económica captada en Acapulco la Semana Santa del 2019 fue de mil 495.4 millones de pesos, de acuerdo a información que publicaron medios de comunicación y que citan como fuente al ayuntamiento de Acapulco. Esa derrama económica se consiguió en la mitad del tiempo que durará el periodo preventivo ante el virus dictado por el gobierno, donde se incluyen las vacaciones de este año.
El lunes 23 de marzo Acapulco amaneció con una ocupación hotelera de 14.2 por ciento, dicho en otras palabras, por cada 10 habitaciones sólo 1.5 estaban ocupadas, de acuerdo con la Secretaría de Fomento Turístico en el estado.
La información referente a Guerrero fue publicada originalmente en AMAPOLA PERIODISMO que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
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