Para algunos, ser anarquista es también luchar contra el estigma de la violencia. En el caso de Toby, responsable de la biblioteca anarquista más antigua en México, la lucha inmediata es por humanizar nuestras formas de convivencia. «¿Qué ganas rompiendo un cristal? Mañana van a poner otro», cuestiona
Texto: Ignacio de Alba
Fotos: Daniel Lobato e Ignacio de Alba
CIUDAD DE MÉXICO.- Toby resguarda uno de los acervos bibliográficos sobre el anarquismo más grandes del continente. El hombre, de cincuenta y tantos años, es un anarquista y pacifista hasta la médula, que para él es lo mismo. Sus lentes tienen una compostura de alambre, él parece prescindir de casi todo, incluso del apellido: insiste en que lo cite como «Toby, el de la biblioteca Reconstruir».
La biblioteca Reconstruir fue fundada por el anarquista Ricardo Mestre, un refugiado de la Guerra Civil Española que en 1976, en los años de persecución política más duros del PRI, abrió una biblioteca pública con sus libros. Mestre falleció y ahora Toby cuida la librería ubicada a un par de calles del Metro La Raza, al norte de la Ciudad de México.
En la entrada del sitio, que está abierto al público, tiene un letrero con la proclama “Libertad y no violencia”. Cuando le pregunto a Toby sin apellido ¿por qué la paz’ relata la siguiente historia:
En los años en que Mestre estaba en España, los propietarios de la fábrica donde trabajaba contrataron esquiroles para romper una huelga de trabajadores. Los enfrentamientos llegaron a los balazos. En una ocasión Mestre tiró en contra de un rompehuelgas que sólo quedó herido.
Años después, en una gira de propaganda, fue cuestionado por la algunos de los asistentes sobre su lugar de origen. Mestre respondió que era de Villanueva y Geltú, a lo que uno de los presentes replicó que ese sitio le traía malos recuerdos, porque en una temporada en que literalmente su familia moría de hambre le ofrecieron un mal trabajo y la necesidad lo hizo aceptarlo, pero se encontró con que tenía que enfrentar a unos huelguistas y en las revueltas fue golpeado, perseguido y herido de un balazo.
Mestre se dio cuenta que él había sido el hombre que le disparó y en sus memorias reflexiona: “¿Cómo es posible que nosotros, anarquistas, hayamos sido capaces de matar a un hombre por cosas materiales? ¿Éramos capaces de matar a un hombre que se ha unido a un conflicto, no por traidor, sino por hambre, por miseria?”.
Mestre entendió el anarquismo en un una perspectiva mucho más amplia: si los fines eran buenos, los medios tenían que ser buenos, explica Toby.
—¿Cómo le explicarías el anarquismo a alguien que no conoce el término?
—La gente no entiende el concepto del todo y la prensa o el Estado se han encargado de decir que anarquismo es igual al caos, desorden, cuando es lo contrario. El anarquismo plantea una sociedad organizada sin gobierno, es decir, sí hay organización. Básicamente cuando surge un problema lo discutimos entre todos, eso va acompañado con la acción directa; hay un problema, lo resolvemos nosotros mismos, sin intermediarios.
—¿Uno asocia la acción directa con la violencia y no es así?, se le pregunta
—No, no, no. Acción directa es cuando tú tienes un problema en una comunidad de delincuencia, de basura, de lo que sea. Te pones de acuerdo con los vecinos y directamente lo arreglan, eso es acción directa. Es como si tú quisieras andar con una chica, no vas y le dices a tu amigo “dile a ver si quiere andar conmigo”. No, tú vas directamente a hacer las cosas, ésa es la acción directa. Desde siempre ha sido así, en el anarcosindicalismo es: los trabajadores van directamente con el patrón: «éstas son nuestras situaciones», sin necesidad de hablarle a un abogado que vaya y hable por ellos. La acción directa es que los implicados resuelvan ellos mismos sus problemas.
Toby explica que el anarquismo llegó a México en 1861 con el griego Plotino Rhodakanaty, quien fundó el grupo Estudiantes Socialistas, semillero de diferentes movimientos. Uno de los más destacados es el de Julio Chávez López, que organizó una revuelta campesina en una zona entre Chalco y Puebla. Los levantados quemaron tierras y títulos de propiedad hasta que el movimiento fue sofocado militarmente y Chávez López fue fusilado.
—¿Ese movimiento tuvo influencia en la Revolución?
—No, porque el problema de México y de toda la humanidad es que la memoria se pierde, no hay una continuidad; además, el porfirismo se encargó de borrar la historia de esas rebeliones.
El anarquismo en México volvió a florecer en el siglo XX, con los hermanos Flores Magón, Librado Rivera, Práxedis G. Guerrero, entre otros. Eran los tiempos de la Revolución y el diario anarquista Regeneración circuló en varias poblaciones. El Partido Liberal Mexicano combatió en varios lugares, la popularidad del anarquismo provocó su aislamiento con otros revolucionarios, como Francismo I. Madero.
Toby explica que la Constitución vigente en México, desde 1917, tiene varios elementos anarquistas. Por ejemplo, las jornadas de trabajo de 8 horas, el día de descanso o la autonomía municipal son elementos magonistas.
—¿Cuál es la situación del anarquismo en México?
—Actualmente las ciudades son muy grandes, los que pugnan por el anarquismo son muy pocos. Eso indica que va a costar mucho trabajo. Más que la perfección, buscamos más elementos de libertad. Si tuviéramos la fuerza para derrocar al Estado y poder apropiarnos de los medios de producción, lo haríamos; pero mientras no se pueda vamos creando espacios: creamos bibliotecas, hacemos pedagogía libertaria, grupos que hacen radios libres, gente que tiene espacios para la comunidad. Vamos creando espacios y vamos buscando la manera de hacer llegar el anarquismo a cosas muy básicas. Por ejemplo: hacer anarquismo es poner bibliotecas.
—¿Qué evaluación haces tú de lo que pasó el 2 de octubre con la violencia durante la protesta?
—Cuando alguien rompe un vidrio, yo los cuestiono: «¿qué ganas rompiendo un cristal? Mañana van a poner otro». Las pintas nada más sirven para la foto, eso en realidad no hace ninguna mella. La violencia se convierte en una especie de carnaval, donde la gente va gritando “muerte al Estado” y luego regresamos a la normalidad. Tenemos que reformular qué tan efectivo es lo que hacemos ahora. En las mentes y en los corazones es donde debemos de hacer el cambio, antes de emplear las armas.
Toby asegura que las personas más violentas durante las marchas son las primeros que salen del anarquismo, “porque no le vas a ganar a un Estado violento con tu supuesta violencia”. También, asegura que la gente que actúa con violencia durante las marchas suele tener “ideas burguesas” sobre el anarquismo, y actúan como los quiere concebir el Estado
—¿Cómo metes el anarquismo en la vida diaria?
—Haciendo más humanas las cosas que haces cotidianamente.
Toby recomienda la lectura de La ideología anarquista de Ángel J. Capelleti para la gente que que quiera saber más sobre el tema.
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