El Santa del barrio

20 diciembre, 2025

Desde hace siete años, José Miguel Moctezuma, comerciante y artista escénico especializado en caracterización, recorre los barrios y mercados más emblemáticos de la Ciudad de México. Caracterizado como Santa Iluminado, su principal misión es compartir alegría, esperanza y magia con las infancias comerciantes de estos sitios

Texto y fotos: Andrea Amaya

CIUDAD DE MÉXICO.- En vísperas decembrinas, a las afueras de un negocio de piñatas elaboradas de forma artesanal, José Miguel Moctezuma se transforma en su alter ego: Santa Iluminado.

Entre los silbidos de los típicos “viene, viene” y el contraste vibrante de las piñatas rosas, monta su camerino efímero en una pequeña mesa de madera con un espejo y su maquillaje al frente.

Mientras avanza en su caracterización, varios fotógrafos lo capturan. Termina de maquillarse y su compañera de vida, Yabe —como él la llama—, se acerca para ayudarlo a colocarse su singular traje de Santa Claus. La prenda, de un inusual color palo de rosa, fue diseñada y confeccionada por ella misma.

Antes de comenzar su recorrido por los alrededores de este mercado lleno de vida, el artista escénico especializado en estatuismo, maquillaje y caracterización nos da una breve indicación, como alguien que conoce mejor que nadie el sitio: “Vamos a entrar al corazón del Mercado de Sonora. Recuerden que es como visitar una casa ajena, así que hay que mantener el respeto ante todo”.

Mientras el grupo de fotógrafos que lo acompañamos comenzamos a adentrarnos junto a Santa Iluminado —“el Santa del barrio para el barrio”— en la romería navideña, el ambiente se va llenando de voces. De inmediato, se escuchan los gritos de bienvenida de los comerciantes: “¡Buen día, bendiciones para todos!”, dicen.

Entre el bullicio de la gente comprando y el esfuerzo de quienes venden para resistir y sobrevivir diariamente en el barrio, “Mocte”, como le decimos de cariño, comienza su labor escénica. Empieza a tomarse las primeras fotografías con las infancias comerciantes y con otros tantos que ya no son tan niños, regalando un momento de brillo y alegría en medio de la rutina.

A lo lejos, los singulares piropos comienzan a resonar en el ambiente. “¡Estás pechocho!”, le grita una señora llena de emoción mientras se le ilumina la mirada. Otros, con una mezcla de nostalgia, le reclaman: “Sigo esperando la bici que nunca me trajiste”, y continúan su andar.

Construir comunidad

Mientras continuamos con el recorrido, la temperatura corporal y del ambiente sube. A pesar de esto y de ir portando un vestuario que pesa más de veinticinco kilos, la buena actitud de Santa Iluminado no cesa.

Nos alejamos brevemente del bullicio e ingresamos a una vecindad ubicada en el callejón de San Nicolás, en el corazón del barrio de La Merced. Aquí, Miguel Moctezuma se da un respiro para descansar y recargar energías. Mientras tanto, nos invita a pasar a un rincón íntimo de su historia familiar: un altar a la Virgen de Guadalupe y en honor a sus abuelos.

Mientras sostiene con nostalgia una fotografía de su abuela, Moctezuma nos comparte el origen de salir a los barrios y mercados a hacer comunidad:

“Yo crecí en este barrio y soy cuarta generación de familia de comerciantes de La Merced. Mi abuela cada 11 de diciembre hacía una misa en honor a la Virgen de Guadalupe y cocinaba tamales con el guardadito que iba juntando durante el año para compartir con toda la comunidad de vecinos, sin importar las diferencias. Entonces, esa semillita es un poco resultado de lo que estoy haciendo ahora: compartir lo que hago con el barrio. Antes de salir a trabajar formalmente en el espacio público para la foto con el Santa, vengo a regalar un poco de esa buena energía con el barrio como forma de bendición”.

Retomamos el camino y nos adentramos nuevamente entre puestos y pasillos, ahora llenos de sincretismo. El ambiente revela un contraste de cultos: imágenes de la Santa Muerte, del diablo y elementos de la religión yoruba o santería conviven en el mismo espacio. Aunque no es la primera vez que camino por aquí, el recorrido me deja impactada. Sin embargo, la alegría genuina de los comerciantes al poder acercarse a saludar y tomarse la foto con Santa Iluminado alivia y disipa esa extraña sensación.

Concluimos el trayecto en el puesto familiar de José Miguel Moctezuma, el origen de su legado comerciante, donde nos presenta a sus padres.

Ahí, entre los colores vibrantes y los contrastes cotidianos de los puestos, el Santa del Barrio me comparte, a modo de despedida, la esencia de su labor:

“La intención de este trabajo es que cualquiera de los niños o niñas que se tomen una foto conmigo vean que, en la cultura, hay un camino diferente para quienes venimos del barrio. Lo voy a seguir haciendo porque eso fue precisamente lo que pasó conmigo, y esa es la semilla que quiero sembrar”.

Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.