16 agosto, 2025
Un fresno liquidámbar de 150 años, declarado Patrimonio Cultural y Natural de la CDMX, sigue bajo amenaza por un proyecto de 13 departamentos. Vecinos denuncian mutilaciones, permisos irregulares y la complicidad de autoridades, mientras el capital inmobiliario avanza: en la ciudad hay más de mil 200 proyectos activos. Esta es la crónica de una resistencia que refleja un conflicto mayor: ¿pueden los árboles frenar el ‘desarrollo’?
Texto y fotos: Camilo Ocampo
CIUDAD DE MÉXICO. – El Árbol Eugenio continúa resistiendo, pero su lucha no es un caso aislado. En la Ciudad de México, los conflictos entre desarrollos inmobiliarios y la defensa de árboles centenarios se han multiplicado.
Como muestra, el emblemático caso del ahuehuete de Naucalpan —documentado por Pie de Página—, donde la movilización vecinal frenó un proyecto tras años de litigios. Ahora, en la Colonia del Valle, la historia se repite: desde 2023, la constructora Adinse avanza en un edificio de 13 departamentos que amenaza a Eugenio, un fresno liquidámbar de 150 años, pese a su declaratoria como Patrimonio Cultural y Natural. Este patrón revela cómo la especulación urbana prioriza el cemento sobre el tejido ecológico e histórico, incluso cuando las comunidades logran reconocimientos legales.
El miércoles 6 de agosto de este año, en la Calle Cerrada de Eugenia No 28, la inmobiliaria Adinse, como parte los trabajos para construir un edificio con 13 departamentos, cortó a otro de los retoños del árbol, sin que la comunidad pudiera intervenir, un fresno de 25 metros y 50 años.
De acuerdo a quienes viven cerca del árbol, los trabajadores de la obra actuaron sin los permisos necesarios se presentaron solo con una resolución de un juicio de amparo que impulsó uno de los vecinos para evitar que los árboles fueran talados. Cuando llegaron a cortarlo trataron que nadie se diera cuenta, sin embargo el sonido de las motosierras encendió de nuevo las alarmas.
La jefa de Gobierno Clara Brugada también mencionó, el 29 de julio, que se iban a revisar los trámites y la situación en que se encontraba el árbol Eugenito, pese a eso, y por no contar con la declaratoria de Árbol Patrimonial, días después de su derribo la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) confirmó que la empresa sí contaba con una autorización vigente desde el 2024, para derribar el árbol de medio siglo.
El derrumbe de este árbol sólo es una pequeña fracción de lo que representa el crecimiento del capital inmobiliario, de acuerdo al informe de coyuntura urbana de Tinsa, hasta el 4 trimestre del 2024, que comprende del 1 de octubre hasta el 31 de diciembre de 2024, habían por lo menos mil 284 proyectos inmobiliarios activos, de los cuales 431 se ubican en esa demarcación y el precio por metro cuadrado oscilaba entre los 65 mil 825 pesos.
Mientras tanto, la comunidad urbana se sigue movilizando para buscar soluciones contra el avance inmobiliario y los problemas sociales, ecológicos y de identidad y por lo pronto, Eugenio el árbol que resiste, ve como su hogar se llena de cemento y edificios más grandes que él.
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