En su visita a México, Jean-Luc Mélenchon visitó la UNAM. El líder del partido de izquierda La France Insoumise presentó su libro ¡Ahora el pueblo!, en el que propone un cambio radical por medio de las urnas

Texto y fotos: Luciana Oliver Barragán

CIUDAD DE MÉXICO. – Durante su visita a México para presentar ¡Ahora el pueblo! —publicado en 2023 y traducido al español este año por el Fondo de Cultura Económica—, Jean-Luc Mélenchon acudió a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Ante un auditorio repleto de jóvenes estudiantes interesados en los procesos de las izquierdas globales, pronunció un discurso contundente, profundo y emotivo. Mélenchon condensó en su intervención las experiencias de La France Insoumise, un partido de izquierda crítica fundado en enero de 2016 y del cual se ha convertido en su líder más reconocido.

Un partido «insumiso» en el norte global

En los últimos años, La France Insoumise ha crecido exponencialmente. Tras las elecciones de 2022, logró 75 diputados en el parlamento. En 2024, impulsó la unificación de la izquierda francesa en un gran frente popular: el Nouveau Front Populaire (NFP), lo que les permitió consolidarse como la principal fuerza en la Asamblea Nacional tras los comicios de verano de ese mismo año.

El partido se autodefine como insumiso “al orden mundial, a sus jerarquías, a sus discriminaciones y al capitalismo, porque todo eso emana de la cultura inherente al sistema capitalista”.

“La igualdad no es solo un hecho social”, explica Mélenchon. Y ahonda:

“Es un hecho cultural, un acto de afecto (…). Necesitamos un poder organizado, democrático y eficaz, pero también que el pueblo siempre pueda intervenir en las decisiones”.

El pueblo como acto político

A través de un análisis histórico de la geopolítica actual, Mélenchon critica el eurocentrismo autoritario y depredador encarnado en las propuestas de la ultraderecha. Su postura se sustenta en dos conceptos clave: “la revolución ciudadana” y “la era del pueblo”, desarrollados ampliamente en su libro.

Al hablar de “revolución ciudadana”, el líder de La France Insoumise se refiere al control de las personas sobre sus propias vidas: “Controlar es ejercer el poder”. Criticando duramente al capitalismo, que reduce la ciudadanía a su “poder de compra”, afirma que el objetivo final es “intervenir en la vida política y fomentar la conciencia colectiva”.

La estrategia implica un “cambio radical de sociedad mediante las urnas”, explica Mélenchon. Esta idea, surgida de las nuevas generaciones, desafía los métodos tradicionales de las izquierdas del siglo XX, que consideraban la lucha armada como única vía viable.

“Hoy, la lucha armada no es la única salida”, reflexiona. En cambio, propone construir un movimiento de izquierda que se ponga “al servicio del progreso social (…), organizado para el bien común y no solo para unos pocos”.

¿Quién es el pueblo?

Para Mélenchon, el sujeto de esta revolución es el pueblo. Pero ¿qué entiende por “pueblo”? “Integra a casi toda la sociedad: no solo a la clase obrera, sino también a desempleados, jubilados, estudiantes… Todos comparten una dependencia de redes colectivas como el gas, la electricidad o la educación”, señala.

Estas redes crean una realidad sociológica que convierte al pueblo en un actor político. Y afirma:

“El pueblo se manifiesta como acto político cuando exige control sobre la sociedad, en un momento en que el capitalismo busca eliminar normas y leyes para imponer su mercado libre”.

La confrontación actual, según él, es entre “el pueblo y la oligarquía”, donde esta última extrae su riqueza del propio pueblo. Además, advierte que la crisis climática irreversible exige acciones urgentes, ya que el capitalismo “no solo es incapaz de resolverla, sino que la explota”.

Guerra y desigualdad

Mélenchon alerta sobre el auge de la economía de guerra: “Trump exigió el 2% del PIB de los países de la OTAN para armamento, un impuesto que beneficia a Estados Unidos”. Denuncia que esto justifica crímenes contra la humanidad y desvía el foco de la lucha política hacia la supervivencia de la civilización.

Y sostiene:

“Europa ha perdido la narrativa de un futuro progresista. Mientras lo viejo no muere y lo nuevo no nace, la ultraderecha avanza con discursos de odio: racismo, xenofobia y miedo como falsos lazos sociales”.

El papel de las mujeres

Mélenchon destaca el rol protagónico de las mujeres:

“Todas las revoluciones sociales comenzaron con su intervención. El feminismo ha radicalizado la lucha”.

Además, subraya que la urbanización masiva limita la autonomía individual, lo que fortalece la necesidad de redes colectivas y, con ello, al pueblo como fuerza política.

La propuesta de La France Insoumise no solo resiste, sino que construye espacios para la crítica y la conciencia política. Mélenchon recuerda que en el Norte global también existen “sures” que resisten las mismas amenazas que Latinoamérica.