Querétaro tomó la delantera en un debate que es urgente y necesario, pero, prohibir puede ser una solución inmediata y socialmente atractiva cuyos efectos, gracias a la teoría social, se pueden, hasta cierto grado, prevér. No obstante, modificar de manera sustantiva y sostenible el comportamiento individual y social para hacernos más conscientes y responsables es una asignatura política aún pendiente
Por Pedro Flores-Crespo*
Querétaro tomó la delantera en un debate que es urgente y necesario. El domingo 16 por la noche, Mauricio Kuri, gobernador de la entidad anunció una iniciativa de ley para: (1) prohibir a las empresas de comunicación dar acceso a sus redes sociodigitales (RRSS) a los menores de 14 años, (2) obligar a los “usuarios” de 15 a 17 años de redes sociales para que tengan una autorización explícita de sus “padres” para su uso, (3) prohibir los teléfonos “inteligentes” en el sistema educativo queretano, (4) incrementar las penas a acosadores digitales, (5) crear “zonas jóvenes” para la convivencia.
Esta medida merece un reflexión y cada punto una crítica. Esto fue precisamente lo que hicimos en el curso de Teoría Social de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y que a continuación presentamos en resumen para abrir la discusión.
En primer lugar, las y los jóvenes universitarios llamaron la atención sobre la intención del gobernador de querer regular las conductas de las niñez y la adolescencia, así como la de las empresas, jefas y jefes de familia por medio de instrumento externo a ellos: la ley. Se olvidó, como hemos visto en clase, que al parejo de la coerción legal, los individuos podemos actuar a partir del razonamiento y la creación de significados. En ello, el componente pedagógico es central. No obstante, la iniciativa del gobernador lo omitió completamente. Prohibir será popular para ciertos sectores de la “cultura queretana”, pero quizás poco efectivo si no se trabaja a la par con la comunidad escolar y los colectivos docentes. La pregunta central que el gobierno de Kuri descarta es: ¿por qué actuamos como actuamos las personas en una zona crecientemente industrial y urbana como Querétaro?
Además, según nuestro análisis en clase, el gobierno de Kuri parece mirar sólo una parte de la realidad. Primero, porque algunas escuelas del estado, por conciencia propia, no han permitido el uso del celular durante la jornada escolar desde hace varios años. Segundo, la jornada escolar abarca, cuando bien nos va, una tercera parte del día. La vida de las personas se desenvuelve bajo condiciones más complejas de las que asume el gobierno. Por ejemplo, la extensión de la jornada laboral que afecta el tiempo de crianza y cuidados de las madres y padres de familia. Asimismo, tenemos una creciente y gravísima violencia en las escuelas de Querétaro que detectó, en 2022, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH-INEGI). Es decir, el riesgo para la infancia queretana es tanto virtual como presencial y no inició con las redes sociodigitales.
Desde la UAQ, también cuestionamos que así como el uso indiscriminado de redes puede ser nocivo, utilizar las nuevas tecnologías genera interacciones que al limitarse por ley quizás también se restrinjan. Esto nos hizo ver que, pese al importante anuncio oficial, aún habría que investigar más, claro, sin que esto detenga el debate y la necesidad de actuar.
Aquí recordé que si México contara con agencias de evaluación y cambio educativo independientes y confiables, se podría encargarles que reunieran toda la evidencia de alta calidad al respecto para guiar el debate. Pasar de lo anecdótico a lo fundamentado es urgente y necesario. Esto, a su vez, demanda un ejercicio de pedagogía democrática. Gobernar una sociedad demanda ciencia y conocimiento, no sólo alarma. Esto es en verdad “mostrar músculo”, no sólo fuerza. La UAQ, por cierto, ofrece una Maestría en Comunicación y Cultura Digital que ha producido interesantes investigaciones sobre el uso y la apropiación de las redes y la tecnología.
La discusión de la iniciativa, que ahora se conoce como #LeyKuri, también levanta preguntas por la manera en que se pondrá en marcha. Jóvenes que estudiarán Ciencias Políticas y Administración Pública en la UAQ remarcaron este punto y señalaron que crear parques (“Zonas Jóvenes”) sin relaciones de convivencia previamente construidas y existentes augura espacios abandonados. Por otra parte, en su mensaje del domingo, el gobernador nunca mencionó a las organizaciones que trabajan con las infancias ni cómo iba a apoyar a las escuelas y sobretodo, a los colectivos docentes. Tres días después de su anuncio, se dieron a conocer los lineamientos para propiciar “entornos digitales seguros” en las escuelas de educación básica y media superior de Querétaro.
Hasta donde pude leer en estos ordenamientos, la aplicación de la Ley Kuri implicará “instrumentar acciones recreativas”, “promover” el acompañamiento y dar “asesoría” sobre derechos. Se busca entonces el “uso responsable” de los dispositivos tecnológicos. En el mundo real, esto va generar mayor “carga” de trabajo para las escuelas, algo que ya de por sí rechazaban los directores y docentes. Pronto, las buenas intenciones del gobernador van a toparse con la realidad escolar.
En resumen, el actuar de los gobiernos electos es fuente de aprendizaje. El anuncio para prohibir los celulares en las escuelas y hacer un uso más racional de las tecnologías de la información generó un debate sobre el comportamiento individual y la conducta social que es necesario proseguir. También mostró algunos rasgos de cómo los políticos actuales quieren dar solución a problemas complejos. Sean del color que sean y posean, aparentemente, ideologías distintas. ¿Quieren ser más populares que efectivos?
Prohibir puede ser una solución inmediata y socialmente atractiva cuyos efectos, gracias a la teoría social, se pueden, hasta cierto grado, prevér. No obstante, modificar de manera sustantiva y sostenible el comportamiento individual y social para hacernos más conscientes y responsables es una asignatura política aún pendiente.
Para seguir explorando el tema, los grupos 1 y 5 del curso de Teoría Social de la UAQ abordarán enfoques como el de “Nudge” que, como dirían sus autores Cass R. Sunstein y Richard H. Thaler, hace alusión a ciertas “intervenciones” que conducen a la gente a actuar en cierto sentido pero preservando su libertad de elegir. Este enfoque, de acuerdo con el primer autor, ofrece una “válvula de seguridad contra posibles errores de los funcionarios gubernamentales”. Prohibir resalta tanto la desconfianza de un gobierno sobre su sociedad como viceversa. Así, a nuestro juicio, es difícil solucionar los problemas que ciertamente nos aquejan.
* Maestro de la Universidad Autónoma de Querétaro y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Creo el Laboratorio de Política Educativa para propiciar el cambio en escuelas secundarias por medio de la experimentación y el diálogo con las comunidades escolares. Agradezco a mis estudiantes sus puntos de vista para escribir esta reflexión, al igual que a las y los colegas de la UAQ y a quienes respondieron a mi posteo en Facebook. Las redes sirven también para pensar en colectivo.
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