Un grupo de asociaciones civiles de Aguascalientes piden frenar la expansión urbana de esa ciudad; defienden 3 mil 500 hectáreas de conservación, parte del hábitat de la rana de madriguera, una especie en peligro de extinción

Texto: Arturo Contreras Camero

Fotos: Cortesía Alianza por la Defensa de la Naturaleza

CIUDAD DE MÉXICO.- Las zonas industriales y el crecimiento inmobiliario de Aguascalientes amenazan el hábitat de la rana de madriguera, una especie local en peligro de extinción. El nuevo Programa de Ordenamiento Ecológico reduce en 3 mil 500 hectáreas las zonas de conservación para favorecer la expansión de parques industriales y áreas urbanas.

La Alianza por la Defensa de la Naturaleza de Aguascalientes, que agrupa a diversas organizaciones de ambientalistas, activistas y académicos, interpuso un amparo contra el nuevo Programa de Ordenamiento. Aunque el gobierno realizó consultas para los cambios, estas se limitaron a representantes empresariales y no incluyeron a otros sectores de la sociedad. El juzgado séptimo de distrito aceptó el amparo, por lo que deberá revisarse el Programa de Ordenamiento.

Gran parte de las 3 mil 500 hectáreas son humedales, reconocidos como sitio Ramsar, cuya biodiversidad debe conservarse debido a su importancia para el sustento de la vida humana. El nuevo Programa Ecológico pone en riesgo el agua de Aguascalientes en zonas como el humedal de El Jagüey y el tanque Las Pedrozas. El área afectada equivale al doble del parque nacional Desierto de los Leones en la Ciudad de México, el primer parque nacional del país.

El desarrollo, la tendencia

“Aguascalientes se caracteriza por una dinámica que ya lleva mucho tiempo, en la que se trata de promover un enfoque de desarrollo muy enfocado en los intereses privados. Esto lo hemos visto a lo largo de varios años”, explica en una entrevista telefónica Alejandro Larios, de la Asociación Conversa Sur.

Y añade:

“En Aguascalientes hay varias organizaciones que están haciendo mucho por el ambiente. Por ejemplo, tenemos a unos guardabosques, que se llaman Guardabosques de Cobo. Ellos lo hacen por voluntad propia, no reciben ningún recurso y están cuidando un área natural protegida en la periferia de Aguascalientes, que está amenazada por intereses inmobiliarios”.

La dinámica de crecimiento urbano está tan arraigada en las instituciones de Aguascalientes que incluso una secretaría del Gobierno ha solicitado modificar una zona habitada por la rana de madriguera para dar espacio a la construcción de una planta industrial.

Alejandro explica que el primer paso de esta tendencia fue la construcción de la pista de Nascar, alrededor de la cual se dejó una zona de amortiguamiento ambiental, es decir, espacios delimitados en torno a áreas de conservación.

Años después, comenzaron a construirse naves industriales cerca de esas zonas de amortiguamiento. El auge de las naves se desató tras la aprobación de la construcción de la planta Nissan 2. Ahora, en las áreas colindantes a la planta, se busca modificar la protección de las zonas naturales.

En las zonas industriales cercanas a Tanque de los Jiménez, hábitat de la rana, se entubaron charcas y arroyos. En 2017, cerca de la planta Nissan 2, el Instituto del Agua del Estado construyó un canal para prevenir inundaciones en la zona industrial, el cual atraviesa una de las charcas de reproducción de la ranita de madriguera. Ahí mismo habitan otras especies de interés, como la rana moctezuma.

Una mala consulta

“Este movimiento se opone a estas malas prácticas. Yo lo llamaría sabotaje de los instrumentos ambientales existentes. El coordinamiento ecológico busca proteger los recursos naturales y gestionarlos para que podamos desarrollarnos”, afirma Carlos Romo, del Colegio de Ciencias Ambientales.

La consulta pública para aprobar el Programa de Ordenamiento no fue efectiva. La participación ciudadana fue simbólica. Además, muchas observaciones técnicas de la sociedad civil, sobre qué zonas deberían tener protección ambiental, no fueron incluidas.

“Lo que vemos constantemente es cómo estos mecanismos de participación, que por ley deben implementarse, se usan solo como requisito. Son una forma de validar o legitimar lo que ya están haciendo”, agrega.

Estos espacios de participación se realizan en horarios laborales. Los activistas y ambientalistas no pueden asistir, pero estos horarios son accesibles para representantes de empresas y grupos de interés.

Las organizaciones que defienden la rana de madriguera, a través de la Alianza por la Defensa de la Naturaleza, son Conversa Sur, el Colegio de Ciencias Ambientales de Aguascalientes, el Instituto Mexicano de Estudios Pedagógicos y de Posgrado, y el Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes.

Piden al gobierno tomar medidas que protejan el equilibrio ambiental de Aguascalientes y que no violen el el derecho a la ciudad de toda la población, ya que se prioriza el lucro de unos cuantos frente a la calidad de vida.