Independencia o nada, ¿por qué el independentismo celebra su victoria en Puerto Rico?

10 noviembre, 2024

En las pasadas elecciones en los Estados Unidos, el Estado Libre Asociado de Puerto Rico dio una enseñanza al mundo: el pueblo, la colonia de una de las más grandes potencias del mundo se puede rebelar. ¿Cuáles son las claves para la lectura de la realidad? En entrevista, Francisco Santiago Cintón explica

Texto: Luciana Oliver y Alejandro Ruiz

Foto: Cortesía juventud Hostosiana

CIUDAD DE MÉXICO. – El 5 de noviembre fueron las elecciones en Estados Unidos y en Puerto Rico, la mirada mundial, como era de esperarse, estuvo en el primero. El gigante imperio estadounidense apareció en todas las portadas y fue centro de discusión de los análisis políticos más detallados, y con toda razón, pues esta jornada electoral ha sacudido al mundo entero con la victoria de Donald Trump

En esta coyuntura olvidaron voltear hacia la pequeña, combativa y hermosa isla en el caribe llamada Puerto Rico, donde la hegemonía del imperio norteamericano mostró su punto más débil.

Para explicar qué pasó en Puerto Rico, en Pie de Página dialogamos con Francisco Andrés Santiago Cintón, editor ejecutivo de la revista Crítica: Cuaderno de discusión política en Puerto Rico. Estas fueron sus reflexiones.

Un panorama político complejo

Los resultados electorales en Puerto Rico fueron alentadores. En un sistema político dominado por el bipartidismo conservador, una fuerza de izquierda logró romper con la inercia y posicionarse como la segunda fuerza política.

Sobre esto, Francisco explica el contexto histórico:

«Puerto Rico fue colonizado por España, en su momento, y después a raíz de la guerra Hispano-Cubana norteamericana en 1898 fue trasladada como botín de guerra hacia los Estados Unidos.

«Desde ese momento, hemos sido colonia de los Estados Unidos. ¿Qué significa eso? bueno, conforme el Tribunal Supremo de Estados Unidos, Puerto Rico le pertenece (pero no forma parte) a los Estados Unidos.

«Desde ese momento en adelante, muchas de las expresiones y de la lucha en Puerto Rico en el transcurso del siglo XX van a estar mediadas por la postura de los grupos participantes en lo que respecta a los Estados Unidos.

«En el caso del proceso electoral puertorriqueño, que empieza de manera más autónoma en 1952 (porque antes de eso no se escogía al gobernador, no se escogía casi todas las cámaras), a todos los partidos, con ciertas variaciones, lo que les identifica en el juego electoral no es tanto si es de izquierda o  de derecha sino su relación con los Estados Unidos.

«Está el Partido Independentista Puertorriqueño, que es uno de los partidos históricos que su objetivo es lograr la independencia de Puerto Rico; Está el Partido Popular Democrático, el partido que fundó el Puerto Rico moderno, en el sentido de que mantuvo la colonia y creó al Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que es como se conoce legalmente hasta hoy en día. Y está el Partido Nuevo Progresista, cuyo objetivo es la anexión con los Estados Unidos. 

«En esa dinámica, por los últimos 60 años, ha habido un bipartidismo: un intercambio entre el Partido Nuevo Progresista, que es anexionista, y Partido Popular Democrático.

«Las fuerzas independentistas han tenido múltiples expresiones. Parte de las razones por las cuales ha surgido de esa manera, es porque obviamente tiene un elemento de tendencia de izquierda bastante fuerte, pero también por la gran represión que ha sufrido en el transcurso del devenir de su historia, cada vez que ha logrado retar el sistema».

El contexto

¿Qué pasó en estas elecciones para que la izquierda se convirtiera en la segunda fuerza política del país? Estos son los elementos que resalta Francisco:

«Desde el 2008, el sistema colonial quebró. Desde ese momento vivimos una depresión económica en la cual, de los últimos cinco años para acá ha tenido no más de 1% de crecimiento. El resto de los años ha sido crecimiento negativo. Eso ha llevado a un éxodo poblacional.

«Éramos 3.8 millones de personas, ahora somos 3.1 millones más o menos. Estamos hablando de un éxodo de más de 500 mil personas, casi la gran mayoría hacía los Estados Unidos.

«Eso lleva a Puerto Rico a una crisis de deuda tardía. Nos pasó lo mismo que les pasó a muchos de los países latinoamericanos en los años 80: que a raíz de esas medidas neoliberales que llegaron tardíamente también hubo una crisis de deuda, que junto con la crisis económica, llevó a un impago del Gobierno de Puerto Rico. 

«¿Qué pasa? que Puerto Rico no es un país independiente, por ende, para bien o para mal, no puede ir al Banco Mundial no puede ir al Fondo Monetario Internacional; pero también, como no es un estado de los Estados Unidos, no puede allanarse al proceso de quiebra establecido por el Código de quiebra de los Estados Unidos para los estados de los Estados Unidos.

«¿Cuál fue la opción? Pues en el 2016, bajo el presidente Obama, se aprueba la Ley Promesas, que establece un proceso especial de quiebra en donde se escoge una Junta de Control Fiscal, que es una junta de burócratas, de derecha. 

«El presidente de los Estados Unidos nomina esa Junta y el Senado de los Estados Unidos la confirma. Esas son las personas que representarían a Puerto Rico en el proceso de quiebra, y quienes deciden sobre el fisco de Puerto Rico, o sea: cómo se gasta el dinero en el país.

«Aún con ciertos elementos de autonomía, aunque de por sí es una colonia, se le añade que hay una Junta de Control Fiscal que toma las decisiones, y que derivó en que ahora haya una mayor limitación de autonomía de gobernanza. Realmente lo que se decide acá es algo aún más limitado.

«Eso ha llevado, en los últimos 10 o 15 años, a un proceso masivo desde cortes de servicios, hasta cortes de derechos. Un proceso que a su vez lleva a mayor depresión económica, y a mayor gente saliendo del país. 

«Ese escenario también ha llevado a mucha lucha, que derivaron, primero, en la creación de un partido que se llama Movimiento Victoria Ciudadana, que entra al juego electoral del 2020. A diferencia del resto de los partidos, éste partido no se afinca, exclusivamente, a una opción de descolonización, sino que acuerda el mecanismo, que le llamamos una Asamblea Constitucional de estatus.

«A la misma vez que eso está sucediendo, también surge el Proyecto Dignidad, que es una expresión de ultra derecha neopentecostal. Lo mismo que ha sucedido en muchos de estos países en la región.

«Mientras se va creando esto, ocurre algo que es la filtración del telegram de un chat de grupo de distintas personas del gabinete del Partido Nuevo Progresista, el partido en el poder. Eso ocurre en el 2019. Y de ahí salen cuanta barbaridad tú puedes imaginar.

«Eso lleva a las protestas, que nosotros le llamamos el verano combativo del 2019. El saldo fue que por primera vez en la historia del país se obliga a un gobernador electo a renunciar a su cargo. Eso nunca había pasado de esa manera antes, y es un hito histórico. E influyó, directamente, en las elecciones del 2020, como en las elecciones de ahora».

«El proceso de fortalecimiento del Movimiento Victoria Ciudadana, así como del Partido Independentista Puertorriqueño lleva logra una alianza entre el Movimiento Victoria de la Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño para participar desde lo electoral.

«Sin embargo, el esquema electoral puertorriqueño es muy restrictivo, pues no ha sido reformado. Por ejemplo, en Puerto Rico no hay segunda vuelta, no es proporcional, por ende es un proceso en el cual, quien gane la mayor cantidad, aunque la mayor cantidad sea 10%, es quien se lleva todo. Y ese es el escenario al cual nos enfrentamos en este juego electoral».

El plebiscito

En las boletas electorales de Puerto Rico aparecieron 5 opciones. Una de ellas, fue que el pueblo afirmara, o negara, su situación con los Estados Unidos. ¿Qué pasó? Francisco explica:

«Primero que todo la postura de, tanto del MVC, como el PIB, como muchos sectores independentistas en el país fue la de boicotear la votación del plebiscito. Porque se entiende que no tiene ningún tipo de impacto legal sobre las decisiones del Congreso de los Estados Unidos. El Congreso de los Estados Unidos determinó que no iba a tomar acción alguna sobre ese tema, de hecho Mitch McConnell, que es el presidente del Senado actualmente (republicano), dijo: “No, no es que la estadidad no va. Aunque la estadidad haya ganado el plebiscito, eso no va. Eso no es algo que vamos a tocar como tema”.  

«¿Por qué? Porque en el caso de la estadidad, de la independencia, nosotros siempre decimos que es un derecho humano para todos a partir de la resolución 1914 de las Naciones Unidas, la independencia y el derecho a la autodeterminación es un derecho de los pueblos. Indistintamente de la vía que escojan para ejercerlo, es un derecho que tienen».

«Integrarse a otro país no es un derecho, es un privilegio».

«El plebiscito resaltó que, a diferencia del último plebiscito, de un 5 a un 10% que votaron por la independencia, subió a un 30%. Que si sumas – 30, 35% por ahí – es que si sumas los 12 a 14% de libre asociación, estamos hablando de casi el 45%. Y si a eso le sumas los 100 mil votos en blanco que hay aproximados en contra de la anexión, que fueron quienes llevaron a cabo el acto de protesta que de alguna manera potencialmente están relacionados con estas organizaciones, estamos hablando de que, potencialmente, o mínimamente, la gran mayoría del país no es pro anexión, y que hubo mucha gente que no estuvo tan pendiente a ese tema, que dijo: “pues bueno, pues voy a votar lo que creo, porque es lo que creo” y que quizás sea un buen reflejo de eso.

Este saldo electoral es bastante interesante porque, objetivamente hablando, hay un retroceso de la derecha porque, cualitativamente hablando, hay unos avances muy interesantes.

«Por primera vez, desde 1944, el Partido Popular Democrático, que es el partido de la colonia, ya no es una de las primeras dos fuerzas electorales del país. Pasaron a tercer lugar, y entra como segunda fuerza la alianza, ese acuerdo entre el Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento Victoria Ciudadana.

O sea, por primera vez en 60 años se quebró el bipartidismo en el país. Personas tanto independentistas, como no independentistas, votaron masivamente por un candidato independentista. Eso para nosotros es importante porque, en el contexto de la Guerra Fría y de la represión, aquí hubo un terrorismo de Estado, distinto al resto de los países de nuestra región. No fue tan físicamente excesivo, en el sentido desaparecidos, pero fue distinto en el sentido de persecución sistémica.

«En nuestro país hubo un gran miedo hacia el independentista. O sea, aquí – lo mismo que pasa en todos los países – nos decían: “·se independentista pues que se vaya para Cuba y Venezuela”.

Una historia de rebelión

Ante este panorama, Francisco considera necesario contextualizar la historia del independentismo y la lucha por la democracia en Puerto Rico. Algo que, sin duda, no es fácil.

«El movimiento independentista puertorriqueño es un movimiento de la guerra de adición. El primer grito, el grito nuestro, se llama el grito de lares que fue contra la colonia española en 1868. Antes de eso hubo puertorriqueños que participaron en las revoluciones del Atlántico bajo el mando de Simón Bolívar y de todos los libertadores.

«Siempre hemos tenido conspiradores, siempre hemos estado peleando por la libertad nuestra y la de otros pueblos. Cuánta lucha ha habido en la cuenca del Caribe, yo te aseguro que hubo un puertorriqueño por ahí. 

«En el transcurso del siglo XIX hubo varias instancias de auge de lucha independentista que, todas ellas, fueron vistas con mucha represión.

Pero el movimiento independentista hay que entenderlo más como una sombrilla donde hay distintas tendencias, que van desde anarquistas, comunistas, socialistas, tendencia social demócratas. Hasta hay sectores Opus Dei, católicos, que tienden más hacia el fascismo, pero que también creen en la independencia desde una perspectiva capitalista. 

«Desde 1959 para acá, por influencia de las luchas en el hemisferio, a raíz del triunfo de la revolución cubana, podemos decir que la gran mayoría del sector independentista es progresista, con distintos niveles, de tendencia a la izquierda.

El movimiento, por lo menos desde los treinta hasta los ochenta, tuvo un componente muy activo armado desde distintas manifestaciones, bien sea haciendo de brazo armado de una organización con un frente legal, o bien sea porque existía una organización armada, clandestina, haciendo un trabajo armado. De todo eso tenemos experiencias».

Si quieres ver la entrevista completa puedes hacerlo en este link:

Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.