La caída del principal índice de referencia de Japón, sumado a la caída de otros índices en los Estados Unidos, alertó a los mercados del mundo y generó impactos en las economías nacionales. Una de ellas fue México, donde el peso de depreció frente al dólar. Pero, ¿corremos el riesgo de una crisis peor? En entrevista, el economista Mario Campa analiza
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Graciela López / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – La noticia de de una venta masiva de acciones en Asia pronosticaba uno de los peores días para el mundo financiero. Particularmente para Tokio, donde la caída del principal índice de referencia de Japón, Nikkei, se desplomó más del 12 por ciento.
Una jornada con estas características no sucedía en Japón desde 1987, y su origen, explica el economista mexicano, Mario Campa, está en la decisión del Banco Central de Japón en subir su la tasa de referencia y apreciar su moneda, esto, con una serie de características de ese país que generaron incertidumbres en los inversionistas, como una inflación elevada, y también la apreciación de su moneda, el yen.
Entonces, explica Campa, aunque hay más retorno en la deuda, los inversionistas abandonan las acciones de manera masiva.
Pero, ¿cómo afecta esto a México? Mario Campa analiza.
Aunque el desplome de Nikkei ocurrió a miles de kilómetros de nuestro país, los efectos de esta crisis financiera en Japón se esparcieron por todo el mundo.
En México, por ejemplo, el peso se depreció frente al dólar, llegando a costar 20 por uno. ¿A qué se debe esto? A un informe recientemente publicado por el gobierno de los Estados Unidos que también generó miedo en su mercado.
Campa explica:
«El jueves, en Estados Unidos salió un dato de empleo débil. Es decir, que la generación de empleo ha venido cayendo en los últimos meses, y por ende, ha subido la tasa de desempleo. Esto también es un ambiente complicado, porque sigue habiendo una tasa de interés medianamente elevada, superior al 3%, y eso no ha permitido que se recorten tasas en la actividad económica, pues se ha debilitado».
Este fenómeno, anota Campa, ha implicado que México exporte menos mercancías hacia los Estados Unidos en los últimos tres trimestres, algo que sin duda afecta las finanzas nacionales, tanto públicas como privadas, pues al mantener altas tasas de interés, el gobierno de los Estados Unidos está desincentivando el consumo interno, y con esto disminuye su actividad económica y el dinero circulante en el país.
Pero, ¿qué alcances puede tener esto? Mario Campa recapitula: «Hay temores a nivel global de que pues eso pueda provocar una recesión en Estados Unidos, y por ende, afectar al resto del mundo y los mercados financieros. Tenemos esta confluencia, a la que podríamos agregar como factor secundario los factores geopolíticos».
Pese a esto, Campa es claro, y dice que aún «es temprano para saber si habrá un impacto real en México provocado por una recesión económica».
Las probabilidades, enlista Mario Campa, están debajo del 25 o 30 por ciento. Sin embargo, como adelantaba, alguna coyuntura internacional por factores geopolíticos, como una inversión o guerra, pudiera influir en que la probabilidad aumente.
Por ejemplo, dice Campa, «si mañana Israel anuncia una operación de gran escala en otro país, como Líbano, o Irán, eso puede ser suficiente para distorsionar los precios de la materia prima, o inducir a que los inversionistas se refugien en activos de bajo riesgo, como los bonos del tesoro de Estados Unidos, lo cual podría aprecia el dólar».
Si el dólar se aprecia, sumado a las condiciones de bajo empleo de los Estados Unidos, las cosas sí deberían preocupar a México:
«Que haya menor demanda, menos crecimiento salarial, y menos gente dispuesta a gastar, pues tendríamos como posible consecuencia menos demanda de bienes mexicanos desde Estados Unidos, y eso limitaría las exportaciones de México, y con esto, esperaríamos ver tasas de menor crecimiento, o incluso caídas en las exportaciones, y eso afecta a las empresas, y eventualmente la creación de empleo, a los salarios y a la inversión».
Pese a esto, la caída de las bolsas de valores en el mundo, aunque preocupante, no indica que pueda haber una crisis de este tipo, que necesariamente incluya en la recesión. «La cosa es que eso no sea eso síntoma de una enfermedad mayor, de verdaderamente condiciones de debilidad en la economía mundial, o en la de Estados Unidos que a México le afecta mucho por el comercio internacional».
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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