La fotografía social no está hecha para hacer justicia, sino para evidenciar cuando ésta no se ejerce. El lenguaje visual bien articulado en la fotografía de autor internaliza un hecho y éste permanece en la memoria colectiva e individual como experiencia de vida
Por Elideth Fernández / @Mov_Consciencia
El activismo en fotos se centra en la denuncia y ha convertido a la imagen, sin duda, en un instrumento coadyuvante para la realización de cambios ético-sociales; en el eje central en torno al cual una práctica polí(é)tica permite dar visibilidad a realidades que a muchos conviene mantener ocultas. Permitiendo hacer visible lo invisible, hace posible que las personas pacten a través de un código moral y busquen organizarse en consecuencia, ya que todas las luchas sociales tienen puntos básicos de encuentro… por mencionar al movimiento por los Derechos de las Mujeres y al movimiento por los Derechos de los animales, igualmente luchan contra la opresión, la dominación y la discriminación, que reducen al otro a mero objeto de explotación y consumo.
Pero, también, la comunicación no violenta, a través de imágenes, es, asimismo, una forma de lucha tanto por los derechos de los animales, como de cualquier otra lucha social. De evidenciar cuando sentimos que sí hay justicia.
La fotografía como recreación de la construcción de paz desde la cotidianeidad, como testigos de nuestro entorno social, suplantando la mirada del resto que ha sido indiferente al interés común que merece la pena contar, cuya esencia es la captación asertiva y empática por el prójimo.
Cada día son más las personas de todos los ámbitos que reflexionan y se comprometen en este sentido y que son coincidentes en que los animales no son « cosas », no son objetos de intercambio y de desecho, contra los que cometemos, sin pudor, terribles crímenes que nos envilecen y denigran como humanidad.
Toda esta devastación de la que son víctimas los animales, las más de las veces no es necesaria para la conservación de la vida o el bienestar humano, de hecho sucede todo lo contrario, máxime cuando sólo sirve para el provecho económico y lúdico de una minoría avariciosa, superflua y rancia, que no crea, sólo destruye.
¿Que nos preocupemos de las personas? Justamente eso hacemos cada vez que luchamos por desterrar la violencia del comportamiento humano: quienes defendemos los derechos de dichos individuos nos solidarizamos igualmente con las hecatombes que en la esfera humana se llevan a cabo en el mundo en que vivimos, puesto que los principios fundamentalmente son los mismos: la violencia, cualquiera que sea la víctima, es violencia, y la crueldad genera inmutablemente más violencia en el entramado social.
Está demostrado que el trato no equitativo que se le da a una persona por motivos de raza, de sexo, de religión, etc., es altamente perjudicial y dañino para la convivencia sin violencia; hoy sabemos que la discriminación por especie, lo es igualmente.
El 7 de julio de 2012, en el marco del Memorial Francis Crick de la Universidad de Cambridge, fue reconocida oficialmente la conciencia de los animales por los más eminentes neuro-científicos del mundo en todas sus ramas de estudio.
Esto significa « que son conscientes de su propia existencia ». En una palabra, que son individuos. Y como tales tienen derecho a la vida hasta su muerte natural por el simple hecho de haber nacido; tienen derecho a no ser arrancados arbitrariamente y a la fuerza de su hogar (hábitat); tienen, también, derecho a no ser torturados y/o esclavizados y a vivir en libertad.
El derecho nunca debería contradecir a la ciencia. En la actualidad, simultáneamente a la lucha por los derechos humanos, la ciencia ha sido determinante para que igualmente sean visibilizados los derechos de los animales por tratarse de seres sintientes.
De cualquier forma por sentido común y desde la ética los animales tienen derechos inherentes a su naturaleza, son poseedores de derechos esenciales y consubstanciales aún cuando la ley se los niegue, como consecuencia de intereses diversos.
Existen suficientes estudios que, de forma concreta demuestran que la crueldad contra los animales coadyuva al desarrollo de conductas antisociales y perversas, como son el homicidio, la violencia de género e intrafamiliar, entre otras.
El 16 de octubre de 2023, Delfina Gómez, Gobernadora Constitucional del Estado de México; Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana; y Clara Luz Flores, Secretaria Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, dieron a conocer un decálogo de acciones para erradicar la crueldad animal como estrategia de prevención del delito y por ser generadora, reiteremos lo dicho anteriormente, de conductas antisociales. Un paso trascendental que contribuirá a enfrentar el fenómeno multicausal de la violencia. Sólo con una visión periférica y con altura de miras, se puede construir la paz.
Participa en el certamen de fotografía «Por los derechos de los animales y contra la violencia». Consulta las bases en: https://www.fotolatinoamerica.org/
Elideth Fernández es cofundadora del Movimiento Consciencia – Fundación Internacional por el Reconocimiento de la Consciencia y los Derechos de los Animales y de la Red de artistas e intelectuales por la abolición de la tauromaquia, nacida en la ciudad de México, cursó la licenciatura en Historia del Arte y en fotografía. Es fotodocumentalista por los derechos de los animales.
Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona