El Ejército Zapatista de Liberación Nacional celebra el 30 aniversario del levantamiento con miles de personas de los 12 caracoles, de México y el mundo, que atestiguan el modo en que la organización se fortalece en esta nueva etapa organizativa
Por Daliri Oropeza Alvarez \ X: @Dal_air
DOLORES HIDALGO.- Las luces de una treintena de lámparas de mano brillan entre las montañas y la noche estrellada que abrazan el Caracol zapatista VIII Resistencia y Rebeldía: Un Nuevo Horizonte. «Así nos comunicábamos cuando el levantamiento, con las luces», cuenta una mujer zapatista a las visitantes que algo puede suceder. «Se están comunicando», asevera.
De inmediato, una centena de milicianas hacen sonar sus botas sobre la húmeda tierra de esta selva montañosa. Frente a ellas están ya formados cientos de milicianos que al ritmo de 17 años de los Ángeles Azules, muestran sus formaciones. Luego al ritmo de La carencia de Panteón Rococó.
En seguida comienza la voz del subcomandante insurgente Moises primero en tseltal, luego en castilla. La memoria es eje del mensaje, colocan las sillas de los ausentes, los caídos,los desaparecidos, presos o asesinados. Dirige sus palabras en primera instancia a los zapatistas: “No se puede humanizar al capitalismo”.
El mensaje del EZLN durante los tres días de celebración es el trabajo en común y la no propiedad que guían su nueva etapa organizativa. La tierra en común, la alimentación, la salud en común, el gobierno, la educación, la justicia, las artes, la organización, la defensa, la vida. El subcomandante explica:
Para eso tenemos cabeza, para pensar. Y para eso tenemos ojos, para darnos cuenta. Y para eso tenemos olfato, para poder sentir: cuál es común y cuáles no es común (…)
Son dos cosas lo que está aquí: La propiedad debe de ser del pueblo y común. Y el pueblo tiene que gobernarse a sí mismo. No necesitamos esos que están ahí. Ellos creen que saben todo.
Deciden por los maestros, deciden por los doctores, deciden por todos los sectores de trabajadores. Como quien dice… son sabelotodo porque ahí ganan dinero sin trabajar, sin sudar. Por eso el pueblo es el que tiene que saber gobernarse compañeros.
Compañeras zapatistas, eso es lo que demostramos desde hace 30 años.
Durante cuatro días, la alegría es común. Se ve en los ojos de quienes, esta vez, no portan pasamontañas sino cubrebocas. También en las sonrisas de participantes de México y el mundo que atestiguan la organización para el evento y los actos artísticos que muestran su modo de ver el mundo, desde los pueblos de raíz maya.
Las obras de teatro-danza-música que presentan las juventudes zapatistas de los 12 caracoles muestran lo prometido en la serie de comunicados recientemente publicados: el diagnóstico de la organización en estos primeros 30 años y cuál es el camino de la nueva etapa que decidieron en común las comunidades zapatistas.
Primero hicieron un análisis crítico que duró 10 años a través de sus asambleas. Dialogaron sobre su forma de gobierno propio e hicieron propuestas para mejorarlo en todos los Caracoles. Lo llaman “autocriticar errores de funcionamiento, de administración y de ética”.
En las obras muestran su historia, desde la esclavitud en las fincas, el Tratado de Libre Comercio, el levantamiento, los Municipios Autónomos Rebeldes (MAREZ), pasando por las Juntas de Buen Gobierno, hasta la nueva etapa de Asambleas de Colectivos de Gobiernos Locales.
Del análisis colectivo, autocritican la forma piramidal. La verticalidad no funciona de acuerdo a sus obras de teatro. Además, con la mirada ensanchada después de la Travesía Zapatista por Europa, ven en el mundo la misma tormenta, y los mismos corazones que buscan la forma de luchar por la vida.
“La brújula te dice que hacia allá. Que empecemos a avanzarle a que la tierra el agua recursos naturales debe ser trabajado en común, distribuido en común. Las compañeras las guardianas del río Metlapanapa ya lo hacen con la siembra. Nadie le enseña a nadie. Es muy importante nuestra memoria, que construimos como pueblos originarios. Los compañeros zapatistas son nuestros hermanos mayores del CNI. Nos están diciendo qué les ha funcionado, qué no”, asegura Miguel López Vega, Concejal nahua cholulteca del Concejo Indígena de Gobierno creado por el Congreso Nacional Indígena (CIG-CNI).
La memoria de los mayores es puesta en común y tejen la historia, ahora los más jóvenes, que no vivieron la esclavitud. Son conscientes de ello. Hubo un relevo generacional. Zapatistas entre 7 y 25 años lo representan con música, performance, poemas o rap. Y también enuncian lo que ha construido el EZLN, además de la nueva estructura.
Denuncian las atrocidades de los gobiernos capitalistas, desde Carlos Salinas, su TLC y la reforma al artículo 27 constitucional, hasta el programa Sembrando Vida y el megaproyecto de Tren Maya de Andrés Manuel Lopez Obrador.
“A los jóvenes se les olvida… como Argentina, pues ahora viene el gobernante lavando a la dictadura y queriendo olvidar los crímenes. Es muy importante la memoria a través del teatro y la actuación. Aquí donde la memoria se va borrando y todo es la inmediatez, la satisfacción de cosas instantáneas. Cortar la memoria es grave. Nos quedamos perdidos en el espacio. Manipulables. Sin postura. Es relevante lo que muestran los zapatistas”, asevera el actor y director Daniel Jiménez Cacho.
En la obra, las jóvenes zapatistas escenifican que la muerte prevalece con los megaproyectos, que le llega incluso a AMLO, pues la destrucción de la naturaleza afecta por igual. A su vez, la nueva batalla de la Guerra contra el olvido que inició hace 30 años, que no es con armas sino en la lucha desde el común por la vida.
En la muestra que dan sobre el trabajo común, que es base de la nueva etapa, dan cuenta de las comunidades partidistas o no zapatistas que hacen uso de lo que han construido como las clínicas de salud o la siembra. Los incluyen en la forma de organización nueva que es una etapa de aprendizaje y reajuste. Ellos también disfrutan de las ventajas de la autonomía y libertad que han construido los zapatistas.
Muestran que a través del trabajo común terminaron con las fincas. Con esta memoria palpitante, ven que el común es necesario para la tormenta que vive el mundo con el capitalismo neoliberal.
“Tan sencillo y simplemente se ve cómo está el sistema capitalista. Quienes no quieren ver, será su responsabilidad”, dice el subcomandante Moises en el micrófono.
“El trabajo común empieza, ahora, en la tenencia de la tierra”, dijo Moisés al capitán Marcos en una entrevista. “Tendremos una etapa de aprendizaje y reajuste. O sea que tendremos muchos errores y problemas, porque no hay manual o libro que te diga cómo hacer. Tendremos muchas caídas, sí, pero nos levantaremos una y otra vez para seguir caminando. Somos zapatistas, pues.”
Para trabajar la tierra en común, los Gobiernos Autónomos Locales (GAL), los Colectivos de GAL y la Asamblea de CGAL son quienes controlan y hacen valer las reglas de uso común.
Fue por lo menos un mes de organización y preparación para el evento. Milicianos de los 12 Caracoles ayudaron a construir en común las estructuras del escenario, los bancos, y afinar detalles de los baños, la cocina, las mantas. Dejarlo todo listo.
La preparación de la comida también fue en común e integrantes de los 12 caracoles llegaron desde el 26 de noviembre a la preparación. Incluso, zapatistas bases de apoyo enviaron pinole, tostadas de maíz y frijol. Cada caracol puso una res para alimentar a las bases, y también a las personas visitantes.
La Comandancia del EZLN coloca un altar frente al templete con la foto de compañeros caídos en batalla o por enfermedad, como el comandante Pedro, la comandanta Ramona, el comandante Abel, el maestro Galeano entre otros.
En el Caracol Resistencia y Rebeldía: Un Nuevo Horizonte hay más de 120 promotores de salud entre dentistas, ultrasonido, parteras, hueseras, promotoras, coordinadores. El pueblo donde se encuentra el Caracol se llama Dolores Hidalgo y fue fundado en 1994 con tierras recuperadas.
“Aquí antes era una finca, pero nuestros abuelos lucharon. Por eso se llama Dolores, por lo que vivieron en el alzamiento. Hidalgo por Miguel Hidalgo”, asegura un promotor de salud del Caracol VIII. “Nos anima mucho la empatía de quienes nos visitan”, dice en referencia a las participantes.
Dolores Hidalgo es la zona, donde vienen las zapatistas de toda la región a capacitarse. Cuenta que hay 5 ambulancias, por cada uno de los primeros Caracoles y se las prestan al que lo necesite. Ven por la salud en común.
Ahora, estrenan bicicletas en las clínicas autónomas. Las zapatistas abren nuevos caminos para la autonomía de la salud en común, de manera literal y metafórica. Abrir caminos, pues donde se podía pasar ahora está bloqueado y es importante que llegue la medicina. También con esta nueva etapa, abren caminos para la organización.
Salvador Campanur, integrante p’urepecha de Cherán, parte del Congreso Nacional Indígena, asegura que fue importante ver las obras de teatro que presentaron las jóvenes zapatistas. «Nos sirve para ver como hemos avanzado, y también lo que nos hace falta, hacia donde caminar».
Los equipos de básquetbol y voleibol zapatistas se enfrentaron contra equipos visitantes entre montañas que abrazan el encuentro. Mostraron cómo se organizan y el entrenamiento que tienen. Se abrazaron al final de los partidos sin importar si ganan o pierden. “Vivan las mujeres”, gritan en el partido de Nahualas de CDMX contra Resistencia y Rebeldía del Caracol XII.
“Pudimos compartir más de cerca con las zapatistas en el juego. Además, la alegría… compartir la alegría, el ver como se organizan, cómo nos transmiten sus energías. Me llevo el mensaje de que tenemos que seguir y hacer en nuestro territorio. A no rendirnos porque sabemos que ellos también han sido atacados por los paramilitares. Cosas que también están sucediendo en Guerrero”, asegura Julieta integrante na savi del Congreso Nacional Indígena quien jugó ese partido de básquet.
“Acá nos encontramos y sabemos que somos familia en común”, asegura un base de apoyo zapatista del caracol 11 Tulán Kaw. Lo dice al contar que ya visitó los 12 Caracoles, después de que se multiplicaron hace tres años, gracias a los eventos que realizan. “Nos anima mucho la empatía de quienes nos visitan”, dice en referencia a las personas visitantes de México y el Mundo.
“Me llevo el mensaje de esperanza. Cuando nos encontramos en las convocatorias que hacen los compañeros zapatistas convivimos con más compañeros de diferentes lugares y con los mismos bases de apoyo. Ver todo el esfuerzo que hacen toda la estructura, es increíble como se movilizan se me organizan y nos reciben con mucho cariño, entonces me regreso con mucha esperanza me regreso con muy cargada de pila,”, describe Erendira Sandoval del colectivo de Derechos Humanos Criptopozol. Viaja con una nueva integrante de su colectivo que tiene apenas dos años.
“No se necesita mucho estudio. Lo que se necesita ya es pensar cómo cambiar esto y nadie nos va a decir. Somos nosotros los pueblos mujeres, hombres. Nosotros vamos a seguir ese camino y nos vamos a defender. No necesitamos matar a los soldados, ni a los malos gobiernos. Pero si vienen nos vamos a defender”, lanza el subcomandante Moisés la advertencia.
Aún con el crimen organizado amedrentando el margen, los zapatistas toman este nuevo camino dándole una perspectiva a futuro pensando en la libertad de las mujeres y los pueblos dentro de 120 años. Ahora participaron hasta los bisnietos de quienes se alzaron en armas.
La fortaleza del movimiento está presente en sus acciones, eso da luz al futuro, permite visualizarlo, como las lámparas de los milicianos en la oscura noche del año nuevo.
Botas llenas de Tierra. Tejedora de relatos. Narro sublevaciones, grietas, sanaciones, Pueblos. #CaminamosPreguntando De oficio, periodista. Maestra en Comunicación y cambio social. #Edición #Crónica #Foto #Investigación
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