28 diciembre, 2023
Esta es una selección de las mejores historias publicadas por Mongabay Latam durante 2023 y que tienen como protagonistas a las mujeres que, desde sus territorios o áreas de trabajo, realizan acciones que permiten conservar ecosistemas y especies
Texto Mongabay latam
Fotos: Especial Mongabay
CIUDAD DE MÉXICO.- En toda América Latina, las mujeres han demostrado que su liderazgo es esencial para proteger a la biodiversidad, el ambiente y los territorios que habitan. Desde científicas y especialistas, hasta mujeres pertenecientes a comunidades indígenas y locales, han tomado la batuta de iniciativas que defienden la naturaleza frente a numerosas amenazas.
Este 2023, en Mongabay Latam narramos muchas de las propuestas y acciones que, con las mujeres al frente, han sido fundamentales no sólo para el bienestar de las comunidades de las que forman parte, sino para la vida del mundo entero. También escuchamos sus preocupaciones en el andar de sus luchas por alcanzar la justicia frente a amenazas, asesinatos y atropellos que han vivido históricamente. Las mujeres están en la primera línea de defensa de lo que las rodea.
Esta es una selección de 10 historias que tienen como protagonistas a mujeres que han dado importantes lecciones sobre el cuidado del ambiente y los territorios.
Un grupo de mujeres ornitólogas, integrantes del proyecto “Expediciones BIO Alas, cantos y colores”, investigó la poco conocida historia de la científica Elizabeth Kerr, quien recolectó más de 500 aves en Colombia a inicios del siglo XX. ¿Qué encontraron sobre esta exploradora considerada la primera ornitóloga en el país?
La búsqueda de información llevó a las investigadoras a localizar documentos que han arrojado luz sobre el trabajo de esta pionera, cuyo legado y aportes a la ornitología y la mastozoología permanecieron prácticamente ocultos durante más de un siglo.
“Encontramos un lugar que ella potencialmente habría recorrido y organizamos la expedición para estudiar las aves, pero también rescatar la memoria de esta mujer cuya historia había estado escondida entre los libros”, contó Juliana Soto, científica del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
Conoce la historia completa aquí.
¿Sabías que cada población de ballenas jorobadas tiene un canto que le es propio y que todos los individuos de ese grupo entonan la misma canción? Un grupo de investigadoras colombianas se lanzó al mar para descubrir más al respecto.
Así identificaron que la melodía de las ballenas jorobadas que llegan al pacífico colombiano a reproducirse tiene una gran variabilidad y que incluso tiene trozos de canciones de otras poblaciones lejanas. Juntas descubrieron que las canciones van cambiando en la medida en que un individuo introduce un sonido nuevo, hasta que, transcurridos varios años, se renueva completamente.
¿Por qué cantan las ballenas? ¿Cómo son esas canciones? ¿Por qué es importante responder a esas preguntas? Lo que se sabe hasta ahora, puedes leerlo aquí.
¿Sabías que cada población de ballenas jorobadas tiene un canto que le es propio y que todos los individuos de ese grupo entonan la misma canción? Un grupo de investigadoras colombianas se lanzó al mar para descubrir más al respecto.
Así identificaron que la melodía de las ballenas jorobadas que llegan al pacífico colombiano a reproducirse tiene una gran variabilidad y que incluso tiene trozos de canciones de otras poblaciones lejanas. Juntas descubrieron que las canciones van cambiando en la medida en que un individuo introduce un sonido nuevo, hasta que, transcurridos varios años, se renueva completamente.
La bióloga marina Yuliana Bedolla fue reconocida con el premio Whitley 2023, uno de los galardones ambientales más relevantes en el mundo, por su trabajo de conservación. Con su labor, la experta logró erradicar las especies invasoras en dos islas de Baja California, en el norte de México, donde se encuentran las principales colonias de la pardela mexicana (Puffinus opisthomelas) y del petrel negro (Hydrobates melania), especies incluidas en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Bedolla realizó su trabajo en las islas Natividad y San Benito Oeste, en el océano Pacífico, donde la presencia de gatos y ratas constituyeron durante años la principal amenaza para estas aves. El dinero que acompaña al reconocimiento a la bióloga, será destinado a continuar con el proyecto de recuperación de hábitat de las aves, fortaleciendo los protocolos de bioseguridad y con actividades que involucran a las mujeres de la comunidad en el monitoreo de las aves.
“Me mantengo positiva”, dijo Bedolla a Mongabay Latam en entrevista, “porque he visto a lo largo de los años que con compromiso y perseverancia no es demasiado tarde para actuar. Aún podemos marcar la diferencia”.
Conoce la historia completa aquí.
Al sur del departamento del Amazonas, en el corregimiento de Tarapacá, Colombia, un grupo de mujeres trabaja por encontrar el equilibrio perfecto entre proteger el bioma amazónico y generar los recursos económicos necesarios para sostener a sus familias y a su comunidad.
Hacer uso sostenible de los recursos que provee el bosque es el objetivo común de estas 30 mujeres —la mayoría indígenas y dos colonas— quienes han encontrado aliados invaluables en los frutos silvestres, tradicionales para las comunidades nativas, pero exóticos en el resto del país. El camu camu (Myrciaria dubia) es su fruto estrella, una pequeña joya ácida que contiene más vitamina C que la naranja o el limón y que es el testimonio de la biodiversidad única de la región. Así, de vender empanadas, estas mujeres pasaron a producir toneladas de frutos amazónicos.
Conoce su historia aquí.
Teresa Chiriapa enlista múltiples logros en su andar como defensora indígena del territorio. Primero, se convirtió en la primera mujer presidenta de la comunidad Achuar de Mashientz —ubicada en plena Amazonía ecuatoriana— y la única que lidera una de las 89 comunidades Achuar en las provincias de Pastaza y Morona Santiago, en Ecuador. Bajo ese cargo y con sus gestiones, la lideresa indígena ha logrado instalar un sistema de agua, paneles solares, internet y un proyecto de bioeconomía en ciernes con mujeres de su pequeña comunidad —-conformada por 35 familias— a través de la elaboración de artesanías para vender fuera del territorio ancestral.
Pero su hito más grande, ha sido lograr la protección de 50 000 hectáreas de bosque. Ese fue el sueño de Chiriapa desde que inició en la presidencia de Mashientz: salvar al bosque que sostiene la vida de su comunidad, amenazado por la tala de madera balsa.
¿Cómo lo logró? Conoce su historia aquí.
La bióloga y antropóloga peruana Fanny Cornejo fue reconocida con el Premio Conservacionista Emergente del Indianapolis Prize, el galardón más prestigioso en el mundo para la conservación de la vida silvestre. Cornejo fue elegida por sus más de 15 años de trabajo en la conservación e investigación del mono choro de cola amarilla (Lagothrix flavicauda), primate endémico del Perú actualmente en Peligro Crítico de extinción.
En entrevista con Mongabay Latam, la científica señaló que su sueño es lograr que la especie no se extinga y que los bosques montanos en donde habita se mantengan, pues las actividades humanas los han destruído en un 80 %.
“Queremos lograr contar una historia bonita de conservación y que, de acá a un par de décadas, cuando quizás yo esté en el otoño de mi vida, sepa que el mono choro de cola amarilla continúa existiendo”, dijo Cornejo.
Lee la entrevista completa aquí.
En 2017, la apicultora e ingeniera química Ysabel Calderón creó Sumak Kawsay —“Buen Vivir”, en español—, una iniciativa que promueve la conservación de abejas nativas sin aguijón y otros polinizadores a través de la restauración de ecosistemas en Perú.
Con la venta de miel, Calderón sostiene la iniciativa que ha sembrado, desde 2017, más de 1000 árboles en el bosque seco del norte del país, en el departamento de Lambayeque. Además, emplea a mujeres del caserío El Higuerón, donde se localiza el proyecto, a través de actividades agroturísticas.
Su emprendimiento ambiental tiene como bandera a las abejas nativas sin aguijón, a las que busca conservar para hacer frente al declive global en el que se encuentran estos polinizadores y resaltar su rol en la conservación de la agrobiodiversidad de El Higuerón.
En entrevista con Mongabay Latam, Calderón narra que todo es parte de un ciclo: hay abejas que polinizan, hay miel para vender, hay plantas que dan oxígeno y frutos para las especies de la montaña y para la gente de su pueblo. “Es mi rol poder contribuir con la comunidad en agradecimiento a lo que ella me dio cuando fui pequeña”, sostuvo.
Lee la historia completa aquí.
Las picaduras de las hormigas yuturi (Paraponera clavata) duelen como lanzas. Estos insectos también conocidos como “congas” son pacíficos, pero no dudan en defenderse cuando su territorio se ve amenazado. Así son también las mujeres kichwas de la Amazonía ecuatoriana: dentro de la selva, protegen lo que les pertenece y no permiten que nadie entre a su casa sin permiso.
En Serena, comunidad indígena ubicada a orillas del río Jatunyacu, en el Alto Río Napo, las mujeres se opusieron a la entrada de empresas mineras. Desde entonces, se nombran Yuturi Warmi —mujeres-conga hormiga— y son la primera guardia indígena liderada por mujeres kichwas en Ecuador. Durante el 2020, más de 40 integrantes se organizaron contra toda forma de intromisión en su territorio, la contaminación de sus ríos y la destrucción de la selva.
El objetivo principal del grupo es la vigilancia física del territorio, pero también han puesto especial atención en la protección de la cultura, la ancestralidad, la lengua, la educación y la salud.
Conoce su historia aquí.
Una iniciativa comunitaria reúne a mujeres en las playas de la Barra de Santiago, en El Salvador, para marcar tortugas marinas y recolectar sus huevos. Son cerca de 250 personas que pertenecen a la Asociación de Desarrollo Comunal de Mujeres de la Barra de Santiago (Ambas) quienes, desde 2014, protegen a las cuatro especies de tortugas marinas que anidan en la zona cada temporada.
Al año, marcan alrededor de 200 tortugas y recogen entre 87 000 y 90 000 huevos, con una tasa de nacimiento del 95 %. Con sus linternas, las mujeres avisan silenciosamente a los demás tortugueros, por medio de señales luminosas, sobre la llegada de uno de los animales a la playa. Así, mientras ellos se acercan para trabajar, ellas las protegen —sin asustarlas— para que ni los pobladores que quieren recoger sus huevos para consumirlos o venderlos como comida ni depredadores como los perros callejeros, puedan obtenerlos. Cuando termina el proceso de desove, recogen todos los huevos y los trasladan hasta el vivero para incubarlos.
Conoce la historia aquí.
María Elena Paredes es heredera de una larga historia de defensa territorial entre el pueblo indígena Ashéninka. Sus padres fueron líderes indígenas fundadores de su comunidad: Sawawo Hito 40, ubicada en la frontera entre Perú y Brasil, cuando apenas eran 10 familias. Ellos fueron parte de quienes lograron la titulación y reconocimiento de su pueblo ante el Estado peruano.
Por eso hoy, Paredes no sólo se dedica a la docencia, la labor con la que siempre soñó para rescatar su cultura en vías de desaparecer. En su búsqueda por encontrar soluciones para su pueblo, se convirtió en defensora y preparó como especialista en conservación comunitaria y promotora ambiental. El monitoreo de los enormes bosques que componen el territorio de su pueblo se convirtió en una de sus tareas primordiales. Así se dio cuenta de una amenaza inminente: la aparición de una carretera ilegal que estaba poniendo en riesgo al ecosistema. Paredes trabaja en el involucramiento de toda su comunidad en distintas actividades de conservación, sobre todo, con las nuevas generaciones.
“Los niños también están involucrándose, saben qué es el territorio y cuál es la importancia del cuidado de nuestro bosque para mejorar nuestra vida, para estar tranquilos y seguir promoviendo esto con las generaciones que vienen atrás. Esa es nuestra meta: dar el ejemplo para que ellos también lo hagan en su comunidad”, dijo en entrevista.
Conoce su historia aquí.
Un silencio cargado de impotencia se instaló el jueves 31 de agosto en medio de la conferencia de prensa que ofrecieron las viudas y familiares de Edwin Chota, Jorge Ríos, Leoncio Quintisima y Francisco Pinedo, cuatro líderes de la comunidad nativa ashéninka Alto Tamaya-Saweto, en la Amazonía peruana, que fueron asesinados el 1 de septiembre del 2014, hace nueve años.
El Poder Judicial había anulado la sentencia de 28 años de cárcel a los acusados del asesinato de los dirigentes. El camino por la justicia para las viudas y sus familias ha sido inacabable y plagado de amenazas. Ellas denuncian que el Estado no les ha incluido en su programa de protección de víctimas y testigos ni reciben apoyo de ninguna entidad pública para seguir el caso lejos de su comunidad.
Conoce el caso aquí.
Este trabajo fue publicado por MONGABAY LATAM. Puedes consultar aquí la versión original
Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona