11 octubre, 2023
Previo a que se defina la lista de finalistas a la rectoría de la UNAM, el investigador hizo un corte de caja de este proceso y advirtió que «el peligro más grande es que la Universidad se mantenga exactamente como está”
Texto y Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO. – En el pequeño auditorio de la Unidad de Transparencia donde se pactó, en diciembre de 1986, el diálogo público entre el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) y la Rectoría de la UNAM, Imanol Ordorika -líder estudiantil entonces y ahora aspirante a Rector- hizo un balance del proceso de sucesión que ha provocado un inusual movilización universitaria.
A unas horas de que la Junta de Gobierno emita la lista de las personas finalistas en la carrera por la Rectoría de la Universidad Nacional -el jueves 12, la Junta de Gobierno dará a conocer quienes pasan a la última fase del proceso de sucesión- Ordorika definió el dilema de las autoridades: escuchar a la comunidad universitaria, que reclama participación y transparencia, o seguir con un sistema de gobierno anquilosado.
Hasta ahora, las señales de la Junta de Gobierno no son las mejores.
“Entregamos una carta dirigida a la Junta de Gobierno firmada por alrededor de 300 académicos, estudiantes, trabajadoras y trabajadores universitarios, planteándole a la Junta a una serie de iniciativas que permitieran hacer de este proceso tradicionalmente opaco cerrado y muy excluyente, algo más participativo y más transparente. Pero no recibimos respuesta” dijo el investigador.
Dicho documento proponía que los proyectos de las personas participantes en el proceso fueran difundidos de manera muy amplia en la Universidad, así como la posibilidad de que al menos las comparecencias de las personas aspirantes que van a ocurrir a partir del 23 de octubre fueran transmitidas por televisión y radio universitaria.
Otro punto solicitado fue que la Junta de Gobierno diera a conocer las deliberaciones, los argumentos y que hiciera accesibles a la comunidad los criterios y razonamientos que den lugar a un nombramiento, así como los resultados de las distintas rondas de votación. Finalmente, que la Junta presentara un informe en donde se describiera la fundamentación del nombramiento.
Hasta el momento, el proceso continúa cerrado.
El pasado 28 de agosto, Ordorika presentó su proyecto de trabajo en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Después visitó diversas entidades académicas para invitar a la comunidad universitaria a participar en un proceso que orientara un cambio en la Universidad.
Fuero 39 visitas y reuniones con diversas comunidades universitarias de 50 entidades académicas, don de participaron más de 2 mil 500 personas. Las más concurridas fueron las de los colegios de ciencias y humanidades, la preparatoria 5, la FES Acatlán, el Instituto de Investigaciones Económicas, y la Facultad de Enfermería. En contraste, en la Facultad de Derecho no se cumplió la expectativa de asistencia. Y en la Facultad de Ingeniería, el director exigió una carta con 50 firmas de profesores titulares para prestar el auditorio al candidato.
“Algunas autoridades de distintas entidades han mostrado buena voluntad y disposición pero otras no, tuvimos dificultad para conseguir los espacios”, dijo Ordorika.
También resaltó el hecho de que alrededor de su candidatura, todas las expresiones de apoyo se organizaron con absoluta libertad e independencia y sin hacer uso de ninguna autoridad, dispositivo de poder o estructura universitaria. En cambio, su equipo pudoconstatar que, desde las direcciones, se impulsaron apoyos y promoción a distintas candidaturas en una medida que se conoce tradicionalmente como cargadas.
En las cargadas, se convoca a autoridades a reuniones, se solicitan firmas, apoyos y se organizan comisiones que visitan a la Junta de Gobierno para promover algún candidato. Tal es el caso de una reunión convocada por la Coordinación de los Colegios de Ciencias y Humanidades en el auditorio de servicios médicos de la UNAM, donde estudiantes y profesores fueron llevados en camionetas y vehículos del colegio a cada uno de los planteles para “brindar su apoyo” a uno de los candidatos.
“Es muestra de una práctica asidua de la vida universitaria y contrasta con el proceso que hemos abierto de ir a todas las entidades de en la mayoría de ellas de manera presencial para construir un diálogo desde abajo y una forma de abrir la participación y darle voz a la comunidad en este proceso que están excluyente”, lamentó Ordorika.
El arranque del proceso de sucesión en la Rectoría, Ordorika encontró a una Universidad acallada, aplacada, con comunidades poco participativas, un tremendo desgaste, temor de que se pudieran ejercer represalias en contra de profesoras y profesores interinos.
“Hemos oído hablar de listas negras en las facultades de Estudios Superiores. Hemos visto una Universidad con comunidades que están desencantadas de los procesos internos, colegas que no quieren participar en procesos de la Junta de Gobierno, una especie de fatalismo donde aunque participemos y nos organicemos y discutamos, no va a cambiar nada y nadie nos va a escuchar. Temor por un lado, fatalismo por el otro”, dijo.
También mencionó la responsabilidad desatendida por parte de la Universidad de transparentar el proceso de sucesión de la Rectoría. Los estudiantes saben que la sucesión está en marcha, pero no tienen idea de cómo es el proceso. Tampoco conocen a las direcciones de sus entidades académicas porque nunca ha sido atendidas ni se les ha prestado atención.
“En este momento de enorme polarización en el debate político del país, uno esperaría que la Universidad fuera un ejemplo de cómo se puede dar una discusión entre propuestas y proyectos alternativos con información confiable, que permita a la comunidad universitaria y a la sociedad conocer cuáles son los planteamientos de las diferentes personas que están pretendiendo dirigir a esta Universidad, sin embargo en lugar de dar ese ejemplo, la Universidad acalla el proceso, lo mantiene encerrado en cuatro paredes en una interacción limitada”.
La candidatura de Imanol Ordorika contribuyó a revertir la condición de desmovilización y de falta de participación y de desorganización de las comunidades.
Aunque existe una voluntad creciente y una disposición para apoyar e impulsar profundos procesos de cambio en la Universidad, en casi todos los encuentros les han preguntado: ¿cómo continuar este proceso?
Ordorika mencionó que independientemente de quien resulte nombrada o nombrado como rector de la Universidad, es necesario constituir un proceso de movilización amplio y de discusión profunda sobre los problemas de la institución, las propuestas y los proyectos de cambio.
Insistió en que no se puede cambiar a la UNAM solamente desde la rectoría y que incluso si llega a ocupar esta posición, se requerirá el apoyo y la participación organizada con profundas discusiones de la comunidad universitaria.
Finalmente hizo un llamado a la Junta de Gobierno a reconocer y discernir en los apoyos que recibe cada una de las personas que participan en el proceso, aquellos que han sido obtenidos a través del ejercicio directo de las relaciones de poder en la Universidad.
“Es fundamental que la Junta de Gobierno preste oídos y tenga una enorme sensibilidad a esta creciente voluntad de cambio que se va expresando y se va manifestando en distintos rincones de la Universidad. El peligro más grande es que la Universidad se mantenga exactamente como está”.
Más información sobre el relevo en la UNAM en La Mesa Roja:
Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona