Exasperada es el participio de Exasperar que en una primera acepción se refiere a la acción de lastimar, irritar una parte dolorida o delicada. También significa enfurecer, dar motivo de enojo a alguien. La exasperación de Gloria nos debe recordar a la de otras madres de víctimas de femincidio, la de tantas. Pero también puede ser una invocación al coraje, esa especie de osadía incalculable y desbordada que deviene en ellas cuando se enfrentan a la injusticia.
Por: Celia Guerrero
En las fotografías Gloria Reyes está en cuclillas y con la cabeza inclinada hacia el piso. Con la mano izquierda tienta su nuca, en la derecha toma la máquina rasuradora con la que se ha rapado a sí misma. Se encuentra a la entrada de los juzgados del Centro Preventivo y de Readaptación Social de Chalco, Estado de México. La acompañan otras mujeres: madres, hermanas, amigas de víctimas y sobrevivientes de violencia feminicida. Están ahí para manifestarse por el aplazamiento de la audiencia de sentencia a Ricardo “N”, acusado del homicidio de Salma Correa Reyes, hija de Gloria. En el piso, frente a los pies de Gloria queda el montículo de su cabello castaño trasquilado. Es un acto de protesta. Una ofrenda. El grito de una madre exasperada.
Exasperada es el participio de Exasperar que en una primera acepción se refiere a la acción de lastimar, irritar una parte dolorida o delicada. También significa enfurecer, dar motivo de enojo a alguien, según indica el diccionario.
El día que Gloria se rasuró la cabeza era martes, 28 de febrero 2023. La medida fue tan simbólica como brutal; muestra de un dolor, de una impotencia, de algo innombrable. Gloria esperaba que, después de casi cuatro años de ir y venir por los laberintos de la procuración de justicia mexicana, finalmente juzgaran al responsable del delito cometido en contra de su hija. Pero la audiencia de sentencia se pospuso. Sería la primera vez de cinco suspensiones, hasta ahora.
Salma es la mayor de los tres hijos de Gloria. Cuando fue atropellada intencionalmente por Ricardo “N”, el 30 de marzo de 2019, Salma tenía 22 años. Salma trabajaba como repartidora de una empresa de lácteos. Salma era mamá de una niña pequeña. Salma quería ser doctora ginecobstetra. Salma siempre fue una hermana cómplice, cuenta Gloria.
Como muchas madres y familiares de víctimas de violencia feminicida, Gloria investigó por su cuenta durante años hasta dar con el paradero del sujeto que huyó después de atropellar a su hija. Gracias a ella lo detuvieron en abril de 2021 y para mayo lo vincularon a proceso. Pero la carpeta de investigación mal integrada por la Fiscalía de Amecameca era una papa caliente que nadie quería tomar. Fue, de nuevo, por la pericia de Gloria que en diciembre de 2021 la Coordinación General de Litigación de la Fiscalía del Estado de México comenzó a asesorarla.
“Retiro mi pelo en protesta a las autoridades indolentes que nos han venido revictimizando una y otra vez”, dijo Gloria después de que suspendieron por primera vez la audiencia de sentencia. Ese día la jueza aseguró que el 14 de marzo terminaría todo, pero “con tantas malas experiencias”, Gloria se mantuvo incrédula. “¿Cuántas veces tengo que prepararme?”, se preguntó. Sospechaba que sucedería lo que de hecho sucedió: el 14 la aplazaron por segunda vez; el 24, por tercera ocasión; el 27, por cuarta; el 28 de marzo, por quinta, hasta el 12 de abril.
En cada suspensión, Gloria ha sido acompañada por sus compañeras del colectivo “Verdad y Justicia”, integrado en su mayoría por mamás de víctimas y sobrevivientes de feminicidio en el Estado de México. Juntas idean formas de protesta, de resistencia, son literalmente una red que sostiene a sus miembras a pesar de los embates.
Así que el 28 de marzo, hartas de ser burladas, colocaron cadenas y candados para cerrar las puertas del juzgado y lanzaron focos rellenos con pintura roja a la fachada. Además, para acompañar a Clara Yánez, madre de Karla Valencia Yánez, asesinada en la Ciudad de México en 2016, realizaron lo que nombraron una caravana de madres que cruzó la ciudad hasta la Fiscalía de Investigación del Delito de Feminicidio. “Las madres de todos los estados están uniéndose y no descansaran hasta que se haga justicia”, anunciaron en la convocatoria.
La exasperación de Gloria nos debe recordar a la de otras madres, la de tantas. Pero también puede ser una invocación al coraje, esa especie de osadía incalculable y desbordada que deviene en ellas cuando se enfrentan a la injusticia. Lo que quizá saben pero no miden quienes las exasperan es que ese enfurecimiento motivado es tan intenso como contagioso.
Periodista
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona