27 agosto, 2022
En nuestra tertuliana mensual el equipo de Pie de Página dialogó con periodistas, moneros, defensores de derechos humanos y youtuberos acerca del papel que juegan las mañaneras en la vida democrática del país ¿son necesarias? ¿cuál es su trascendencia? ¿propaganda u oportunidad? Aquí las reflexiones
Texto: Alejandro Ruiz
Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO. – Las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador han generado un debate sobre las posibilidades de este espacio en la vida política del país. En la polémica, hay quienes las ven como un ejercicio democrático; y quienes acusan que solo desvía la atención de temas importantes para la sociedad.
Del mismo modo, la labor de periodistas y comunicadores que día con día intentan hacer preguntas al presidente ha sido cuestionada por las audiencias. No han sido pocos los momentos donde se ha usado el espacio para “golpear” o “aplaudir” el trabajo del gobierno federal, dejando a un lado la esencia del espacio: la rendición de cuentas.
Pero fuera de los insultos o las críticas que sitúan una discusión dicotómica, poco se ha profundizado en la relevancia de las mañaneras. Por eso, y con el objetivo de vislumbrar horizontes para construir espacios de debate público, en Pie de Página decidimos dedicar nuestra tertuliana del mes de agosto a este tema.
¿Cómo establecemos mecanismos de comunicación más efectivos entre ciudadanos y autoridades? ¿qué hacer ante estos ejercicios y sus potenciales? Son las preguntas con las que abrimos nuestra mesa, en la cual Daniela Pastrana dialogó con la lingüsta Violeta Vázquez Rojas; el caricaturista Rafael Pineda Rape; las periodistas Luisa Cantú y Meme Yamel; y Arturo Landeros, coordinador de la Taula per Mèxic.
Violeta Vázquez Rojas abre la conversación situando un antes y un después del arribo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia.
“En 2018 la colusión entre el poder político y el poder económico se rompe, y de manera más importante, se rompe la colusión entre los medios corporativos y el poder político. Eso es la ruptura realmente más importante. Porque a veces le reclaman mucho al presidente ‘realmente nunca rompió con los empresarios’ pero es que la ruptura importante era con los medios”, dice Rojas.
Esta ruptura, precisa la académica, se manifiesta en el recorte de presupuesto de publicidad oficial a los medios corporativos. También, añade, en el desplazamiento de éstos como la única voz que se escuchaba en el debate público.
Sigue habiendo publicidad oficial en los medios corporativos, pero es mucho menor, es como la tercera parte de lo que era antes. Eso ha cambiado muchísimo la preponderancia de medios como Nexos, que prácticamente vivían del dinero público (…) y que tenían el papel de legitimación de las decisiones del gobierno, pues pasaron prácticamente a la irrelevancia”.
Además, dice la académica que abiertamente se declara simpatizante del proyecto de López Obrador, el hecho de que el presidente esté de lunes a viernes informando sobre la decisiones o políticas gubernamentales ha provocado que, en la administración federal, se prescinda de vocerías o interpretes de lo que quiere decir el mandatario. Para Vázquez, esto significa que “el actor más político más importante que tenemos en la escena es su propio vocero”.
Esto, añade, convierte a las mañaneras en algo más allá que un espacio de propaganda o de mero trámite gubernamental; sino que es “una forma de gobernar”, que, a la par de poner en el debate público las acciones del gobierno, permite que directamente se pueda observar y evaluar la actitud del presidente frente a problemas o situaciones concretas.
Esta actitud, precisa Violeta Rojas, marca una distancia con la forma de acceder o evaluar las intenciones gubernamentales en el pasado, donde “estábamos acostumbrados a ese periodismo de filtraciones. De que tenía que haber alguien privilegiado cercano a los círculos par acceder a la información. Eso ha cambiado muchísimo”.
Rafael Pineda, Rape, coincide con estos planteamientos. Y agrega una metáfora: las mañaneras son un “campo de batalla narrativo”, similar a un coliseo romano, en el que el presidente es un gladiador, con el púlpito como escudo, y en donde pelea diariamente contra otros gladiadores (o periodistas). El emperador, a diferencia de la tradición romana, no es un individuo, sino el pueblo que decide quién vive o muere; en este caso, qué información le es más útil o irrelevante.
Me parece pertinente analizar muy bien cuáles son las armas que utilizan cualquiera de los dos bandos, pero yo sí creo que esto es inédito, y hay una manera de defenderse, bien o mal”, comenta.
También, reflexiona que, en este ejercicio de confrontar datos, narrativas y posturas políticas, quienes resultan mayormente beneficiados son las audiencias. Pues, al interactuar casi de manera inmediata con los diálogos y debates que suceden cada mañana, las y los espectadores pueden acceder a otras fuentes de información más allá de las tradicionales.
Me parece fundamental (…) que podamos tener el mismo nivel de audiencia, de micrófonos, de luces, de cámaras, para que entonces, a través de los medios, se pueda contrarrestar, dividir, se pueda dar esta batalla de estos otros datos, para que podamos hacer entonces esta otra cosa mucho más justa. Y entonces, la mañanera se use para demostrar lo que se está haciendo o lo que no se está haciendo”.
Arturo Landeros, coordinador de la Taula per Mèxic, habló del programa de acogida a periodistas mexicanos del gobierno de Barcelona en el que actualmente es tutelada Reyna Haydeé Ramírez, becaria de la Red de Periodistas de a Pie y colaboradora de Pie de Página.
El programa Barcelona protege a periodistas de México surgió en 2016, 2017, proveniente de un grupo de personas migrantes, mexicanas, pero también de muchos lugares del mundo (…) muy interesadas por lo que estaba pasando en la situación de México, que, de alguna manera, desde el año 2010, especialmente desde el 2006 con la mal llamada guerra contra el narcotráfico en México, en 2012 con el movimiento 132, y especialmente en 2014 con Ayotzinapa, nos fuimos juntando, y fuimos denunciando desde allá lo que estaba pasando”.
Después de esto, la organización conformó un programa especial para dar refugio a defensores de derechos humanos y periodistas que sufrían acoso o agresiones por parte del Estado mexicano, o de organizaciones criminales. Hasta ahora, el programa ha acogido a 18 periodistas que reciben distintas capacitaciones y acompañamiento psicosocial.
Landeros explicó que este programa opera con un visado de emergencia que otorga el estado español, y que la solicitud y temporalidad requieren la evaluación de riesgos de la persona solicitante; así como una previsión de meses para que los trámites puedan llevarse a cabo.
En el caso de Reyna, dijo, el refugio se otorgó por una situación de agresiones derivadas de su ejercicio periodístico en Sonora y la decisión se tomó mucho antes de su última intervención en la mañanera.
Sin embargo, el debate que se abrió con su intervención en la conferencia del presidente ha puesto sobre la mesa untema no resuelto: ¿quién es periodista y quién no? ¿Cómo se definen esos cirterios.
La youtuber Meme Yamel lo pone de este modo:
La pregunta es ¿quién es más periodista aquí? Y creo que hoy (…) no es la plataforma, es el trabajo, la forma en la que se está haciendo”.
La discusión sobre ese tema está plagada de filias y fobias; pero sobre todo complejos, dice. En los últimos años el auge y del internet, y las plataformas de creación de contenido, han hecho que la prensa tradicional (radio, televisión, o escrita) migre hacia otros formatos. Ahora, medios como Televisa, CNN, Telesur, u otros, apuestan al streaming y la reproducción de sus contenidos en Youtube, u otras plataformas. Entonces, dice Yamel, “si nos vamos en el estricto sentido todos ellos son youtubers”.
Para ella, y el resto de la mesa, no es la plataforma, sino el periodista; y ante esto, precisa que la verdadera discusión reside en “¿qué tipo de periodista eres?”.
A mi a veces me dicen ‘es que eres youtuber. Es que eres influencer. Es que eres comunicadora. Es que eres periodista’, pero no importa lo que me digan, yo no ando peleando por un título, es un trabajo”.
Yamel toma distancia, sin embargo, de otros creadores de contenido en internet que acuden a las conferencias del presidente a realizar trabajos de gestión a cambio de dinero. También reconoce que hay personas que crean contenidos que, más allá del fanatismo, dejan de lado la información verídica y replican (o crean) fake news.
Eso es algo que no es válido, al menos desde mi perspectiva, porque las redes sociales nos dan esa herramienta tan poderosa de atravesar fronteras”, comenta.
Este cambio de paradigma en la producción y circulación de información llega a todos, insiste. En todos los lugares -medios públicos, privados, y sociales- se puede llegar a mentir o tergiversar la realidad.
Ese punto es retomado por Violeta Vázquez Rojas, quien explica que, como ningún otro oficio, el periodismo es una profesión cuya razón de ser tiene un mandato ético.
Luisa Cantú, conductora en La Octava, un medio “corporativo”, lleva la conversación al tema de los medios públicos y la relevancia que tienen en la formación de audiencias críticas. A diferencia de lo que ocurre en las mañaneras, donde el presidente defiende todos los días su proyecto de gobierno, los medios públicos tienen que ser espacios abiertos a posturas contrarias, dice la periodista.
Yo he trabajado en varios medios corporativos, de estos ‘enemigos de la nación’ y entonces los conozco de cerca. Y sí haría una distinción importante, pues no solo pugnaría de hablar de personas o plataformas, sino también de no cargarle a las personas estos problemas sistémicos (…) porque me parece que tampoco podemos responsabilizar a toda la gente que trabaja en estos medios corporativos por el mal periodismo que se hace”, defiende.
El periodismo sí es un servicio público, pero también es un trabajo. Quienes producen la información, muchas de las veces estamos expuestos a precarias condiciones laborales, o a imposiciones editoriales.
“Yo conocí a gente de Tv Azteca, donde trabajé, que de verdad tenían mucho amor por el oficio, o mucho interés en causas sociales, y solo no tenían opciones de trabajo”, dice Luisa, poniendo el acento en que, algunas veces, el discurso polarizante no ayuda a comprender la realidad de los medios de comunicación.
Y concluye que, en realidad, el ser periodista no significa que se deje de ser una persona común y corriente. Ser periodista también es ser madre, o padre. Es tener sueños, frustraciones, problemas o momentos de alegría.
Violeta Vázquez Rojas retoma el punto para llevarlo a un tema poco explorado hasta ahora: la responsabilidad, no solo de periodistas, sino de las audiencias para consumir información proveniente de periodistas y medios confiables.
Ante un auditorio que llenó el TierrAdentro y en una tertuliana que tuvo momentos estelares de música y empatía, Daniela Pastrana convocó a seguir la conversación para encontrar puntos en común que nos permitan construir relaciones más sanas entre gobernantes y gobernados.
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