2 junio, 2022
El día después de las elecciones del 5 de junio será un duro golpe de realidad para la oposición que deberá responder una pregunta fundamental: ¿tiene futuro la bizarra alianza Va por México?
Twitter: @anajarnajar
Cuatro de seis.
Es el pronóstico de la mayoría de las encuestas sobre las elecciones de este domingo en seis estados del país.
Los sondeos coinciden en que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) puede ganar cuatro de las seis gubernaturas en disputa:
Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Tamaulipas. En Aguascalientes, donde también hay comicios, las encuestas coinciden en el triunfo del Partido Acción Nacional (PAN).
A su vez en Durango, la última entidad en disputa, los datos advierten un virtual empate técnico entre los candidatos de Morena y la coalición Va por México (PRI-PAN-PRD).
Cuatro de seis. Si se cumple el pronóstico Morena sería gobierno en 20 de los 32 estados del país, a los cuales se suman Morelos y San Luis Potosí controlados por partidos aliados.
Es decir, el Movimiento fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador puede alcanzar el control político en el 75% del territorio nacional.
México se pintaría de guinda, el color oficial de Morena.
Sería la primera vez desde los tiempos del otrora partidazo, el Revolucionario Institucional (PRI), que hubiera un control tan amplio de un solo instituto político.
Hay varias lecturas para tal escenario. Una se perfila desde ahora: más que el triunfo de Morena lo destacable es la contundente derrota de la alianza opositora Va por México.
La bizarra coalición no logra convencer a los electores, quienes al parecer encuentran inconcebible la unión de organismos políticos de origen y propósito distintos entre sí.
Otra razón para la desconfianza es la profunda incapacidad de Va Por México para ofrecer algo más que odio, descalificaciones, agresión y violencia política.
De hecho, el antiobradorismo es su única bandera y, peor aún, solo han logrado agitarla en las redes sociales.
Hasta ahora su único éxito es el amplio respaldo que han cosechado en ese mundo paralelo: cientos de miles de bots y cuentas falsas.
Una lectura más es el fracaso de la oposición para convertirse en un verdadero contrapeso a López Obrador… Y los precandidatos a sucederlo.
Tres años después de asumir el poder el presidente aún marca la agenda política, económica, social, cultural y hasta del mundo de los espectáculos.
En las conferencias de prensa mañaneras se definen los temas que se encuentran en los medios de comunicación, y tras ellos en los comederos políticos y espacios legislativos del país.
López Obrador es el protagonista central del debate. Inclusive las referencias a sus adversarios se refieren a lo que dijo o no el presidente de la República.
La oposición no ha encontrado a ningún personaje que contrarreste la imagen de AMLO. Es más, ni siquiera son capaces de definir en serio a un eventual candidato a las elecciones presidenciales de 2024.
En muchos medios convencionales se repiten, ad nauseam, algunos nombres como Ricardo Anaya, Luis Donaldo Colosio Riojas o la locutora Lilly Téllez.
Son vaciladas. Por eso el resultado electoral en las elecciones de este 6 de junio: no hubo, en las filas opositoras, alguien capaz de convocar al voto masivo en su favor como sí existió en el lado de Morena.
Por cierto, la petición que hizo Felipe Calderón en Twitter para apoyar a Va por México es otra mala broma de pésimo mal gusto, hipocresía y profundo cinismo. Los adjetivos definen al impresentable y patético personaje.
En todo caso, el día después de los comicios en seis estados será de resaca y dramatismo para la oposición.
Y es otra lectura para el nuevo mapa político del país. Personajes como Claudio X. González deberían analizar la pertinencia de mantener un proyecto como el que administra.
Quizá puede empezar con responder algunas preguntas. ¿Tiene futuro Va por México? ¿Vale la pena mantener el gasto en granjas de bots, campañas de odio o becas a pseudocientíficos e intelectuales?
¿Conviene la inversión en medios, columnistas y locutores de radio y televisión que cada vez están más desprestigiados?
¿De dónde esperan conseguir los votos necesarios para contender seriamente por la Presidencia de la República en los comicios de 2024?
¿Del 75% del territorio nacional gobernado por Morena y sus aliados? Se ve difícil.
El amanecer del 6 de junio se perfila como un duro golpe de realidad política para los opositores, el momento de un balance de lo no conseguido en tres años y la cada vez más reducida ventana de oportunidad para revertir los fracasos.
Quién sabe si lo tengan claro los adversarios de la 4T. Hasta ahora, todo indica que viven atrapados en la mítica definición inglesa de hace unos años:
No entienden que no entienden.
Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service.
Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.
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