Este barco alemán tuvo tres célebres participaciones en la historia: La primera cuando en él viajó el dictador Porfirio Díaz cuando huyó del país, el segundo cuando participó en el fallido rescate del Titanic y la tercera con el trasiego de armas al régimen de Victoriano Huerta.
José Ignacio De Alba
El Ypiranga fue construido a la imagen y semejanza del SS Concorvado, ambos construidos por la naviera alemana Germaniawerft, pero el primero cuyo nombre significa en guaraní “agua roja” tuvo una historia muy ligada en la primera mitad del siglo XX.
El Ypiranga fue botado en el mar Báltico en agosto de 1908, en los astilleros de la ciudad de Kiel. El buque fue utilizado por la naviera Hamburg America Line, para cubrir la demanda de transporte que había entre Alemania y Amércia, en su primer viaje trasatlántico el barco llegó a Brasil, donde fue bautizado.
La embarcación tuvo algunas deficiencias de diseño que provocaron demasiada inestabilidad cuando navegaba en mares agitados, por eso se le tuvieron que colocar un par de tanques que lo volvieron una seda sobre el oleaje. La velocidad crucero del Ypiranga era de 13 nudos, unos 25 kilómetros por hora.
El barco con capacidad para alojar a casi 1300 pasajeros llegó por primera vez a México con una encomienda que lo hizo famoso. El 31 de mayo de 1911 se encargó de llevar al dictador Porfirio Díaz de México a un itinerante viaje que pasó por La Habana, Vigo, Gijón, Santander, Plymouth y Le Havre, Francia. Donde el expresidente vivió con su familia hasta el final de sus días.
La naviera alemana Hamburg American Line hizo el flete del dictador y su familia gratis, el propio director de la compañía contactó al Díaz para ayudarlo a salir de México después de su renuncia. No era raro, muchas compañías extranjeras se beneficiaron durante el porfiriano, las compañías alemanas tenían muchos intereses en nuestro país. En México los tiempos revolucionarios estaban marcados, si el dictador nunca más volvió a México, el Ypiringa volvería para ser historia de nuevo.
Pero sólo un año después de llevar a Díaz a Francia, el Ypiringa recibió una llamada de auxilio en en el Atlántico Norte. Según el New York Times la embarcación se encontraba cerca del RMC Titanic cuando este chocó contra un iceberg. Durante el par de horas que tardó en hundirse el barco más grande del mundo, intentó contactarse con varios buques que estaban en la zona.
Las versiones más heroicas sugieren que el Ypringa cambió su ruta para asistir al lugar del accidente, pero cerca de la zona ya había otras embarcaciones rescatando a los pasajeros del RMC Titanic. Así que el barco regresó a su ruta. Otras versiones aseguran que Ypiringa no contestó los llamados.
Aún con el esfuerzo de varios barcos que asistieron al lugar, el Titanic se hundió la madrugada del 15 de abril de 1912 y la mayoría de sus tripulantes murieron.
Entre los viajes que hizo Ypiringa entre Alemania y México, hubo uno que metió al gobierno del usurpador de Victoriano Huerta en aprietos. El 26 de abril de 1914, el barco transportó desde el puerto de Hamburgo, Alemania, hasta Veracruz un cargamento de armas y municiones para armar al ejército huertista y así burlar el embargo de armas de Estados Unidos. Pero aun con eso su gobierno fue derrotado.
Ese mismo año el propio Huerta huyó a Cuba vía Coatzacalcos, Veracruz, a bordo del buque alemán SMS Dresden. El crucero llegó a la Habana y luego el tirano se refugió en Estados Unidos, donde conspiró con el gobierno Alemán contra las fuerzas revolucionarias.
El Ypiringa, fue confiscado por el gobierno de Gran Bretaña después de la Primera Guerra Mundial. Desde entonces no tuvo papeles protagónicos en la historia, estuvo en manos de la compañías White Star Line, Anchor Line y luego la British Iron & Steel Corporation, incluso el bote cambió de nombre varias veces.
La British Iron & Steel Corporation realizaba maniobras con el barco cuando el Ypiringa se accidentó y naufragó en el puerto de Campbeltown, Escocia, en 1950. En México, por alguna extraña razón, es uno de los barcos más memorados por la gente.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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