Un intercambio de preguntas y respuestas entre el presidente López Obrador y el periodista Ernesto Ledesma sobre la situación de seguridad en Chiapas y la situación electoral en Tlapa, Guerrero, revelaron un talante del presidente que cada vez parece relucir más: la definición de sus alianzas

Texto: Arturo Contreras Camero. 

Fotos: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- —¿Me está diciendo que el planteamiento que le estoy haciendo no es ético?— preguntó el periodista Ernesto Ledesma, director de RompevientoTV, al presidente.

—No. Es politiquería— respondió implacable Andrés Manuel López Obrador. 

Momentos antes, Ledesma había cuestionado al mandatario sobre la relación entre Marco Antonio García Morales, político de Tlapa, Guerrero, con el partido del presidente, Morena.

García Morales es el autor intelectual del asesinato de Arnilfo Cerón Soriano, defensor de derechos humanos de esos rincones de la sierra de Guerrero. García Morales actualmente goza de libertad condicionada y se presume que el proceso en su contra podría levantarse gracias a la intervención del presidente del Tribunal Superior de Guerrero, Raymundo Casarrubias Vázquez

—Está en proceso, está sujeto a proceso. Y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero puede estar comentando que va a salir libre, pero falta que esto suceda. Ahora de ahí, de estar en proceso a ser candidato de Morena, pues sí hay un trecho, bastante. Ya está muy adelantado. Yo entiendo que hay que revisar el asunto, pero no politizar— pidió el presidente al posicionarse sobre el tema.

—Yo entiendo lo que usted me dice, y más en estas campañas, en esta infodemia que hay contra su gobierno por parte de la oposición en donde quieren criminalizar a su partido o a su gobierno. Yo entiendo esa parte, y no va desde ahí— respondió Ledesma.

—Si es culpable, pues no va a salir; pero adelantar vísperas no es ético— zanjó el presidente. 

«Se ha exagerado lo que sucede en Chiapas»: AMLO

Ledesma pasó a un segundo tema, en el que cuestionó las cifras que el gobierno federal presenta respecto a los índices de violencia en Chiapas, y los daños que han quedado en ese estado por la disputa territorial que mantienen los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. También cuestionó sobre los efectos de esa violencia, como el desplazamiento forzado de 16 mil personas.

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—Ahorita aproximadamente 3 mil 500 personas que no han podido regresar a sus poblados por la condición de inseguridad. Estos enfrentamientos que hubo durante tres días con disparos, con drones, aparecieron estos vehículos que les llaman monstruos. Han generado mucha zozobra— apuntó sobre la situación Ledesma. 

—Sostengo que se ha exagerado lo que sucede en Chiapas, o en los últimos tiempos, bueno, en general en el país— insistió el presidente, retomando un discurso que ha repetido durante todo el sexenio.

El tema de los conservadores y de sus medios es el de exaltar todo lo relacionado con la violencia, como si fuese lo mismo de antes. En el caso de Chiapas no se habla de la creación de grupos paramilitares que surgieron a partir del movimiento zapatista durante el periodo neoliberal. No se habla que en Chiapas se creó una situación, esa sí, de verdadera polarización, y que hemos estado buscando la reconciliación en las comunidades, sin tomar partido por ningún grupo, como sí lo han hecho quienes supuestamente defienden derechos humanos”. 

Andrés Manuel López Obrador.

Después, López Obrador se remitió a las cifras de seguridad que su gobierno ha recopilado en el caso de Chiapas. Y repitió que no existe una situación de descontrol y violencia.

En respuesta, el periodista se refirió a su trabajo de campo y al de reporteros de los medios que forman parte de la Alianza de Medios de Periodistas de a Pie.

Mire, presidente, nosotros llevamos muchos años (antes de su sexenio, y seguiremos después de su sexenio) haciendo cobertura en campo. No habíamos visto la situación en campo, hay zonas donde ya no podemos llegar”.

Ernesto Ledesma, director de RompevientoTv.

—¿Ahora está peor, según tú?— reviró López Obrador.

—Sí, en algunas zonas sí, claro— dijo Ledesma.

Después el presidente defendió las cifras de su gobierno. 

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—Chiapas, de acuerdo a esta información, ocupa el lugar 26 en el país de las 32 entidades federativas en homicidios –dijo el presidente, mostrando sus gráficas–. Tenemos visiones distintas de lo que pasa. ¿Qué es lo que hay en Chiapas? Pues hubo una guerra. El Estado en ese entonces creó o alentó la creación de grupos paramilitares y se mantuvo una confrontación. Ya no hay, afortunadamente, esa violencia, pero se dividieron los pueblos y existe todavía esa división, que la hemos ido atendiendo con programas de Bienestar. Por ejemplo, en comunidades en donde había zapatistas y no zapatistas, llega el programa Sembrando Vida y se unen. 

Ante ello, Ernesto Ledesma aseguró que el gobierno de Rutilio Escandón tiene un subregistro enorme, no solo de homicidios, sino de otro tipo de sucesos, como los casos de covid. También lamentó la posición del presidente.

—Yo lamento que nos vea como adversarios a quienes estamos haciendo un trabajo y que no estamos en agendas de partidos políticos ni de gobiernos de nada. Estamos haciendo trabajo, y somos honestos con nuestro trabajo. Esta es la primera vez que me habla de que si politiquería o términos así. No recuerdo que me haya tratado de manera irrespetuosa como en esta ocasión. No creo yo haberlo hecho, y nosotros únicamente colocamos el subregistro y la desinformación de los datos que están dando algunos gobernadores. No importa si en una discusión o debate circular, lo que sea, no importa si usted me gana en la argumentación. Lo que nos importaba era que tuvieran agua, que pararan los balazos en esos lugares. Y eso no es atacarlo— contestó el periodista.

—Si usted nos viera como aliados, ayudaría a más gente, de verdad— remató.

El presidente, desde el atril de su conferencia diaria, respondió en seco:

—Sí, no, pero yo no puedo matizar. Son tiempos de definición, entonces no puedo hablar de manera alegórica. 

Aquí puedes ver el intercambio completo