La mayor falla en el metro se combinó con el momento más complicado por la pandemia en el Valle de México. La falta de servicio en seis líneas provocó un caos en la movilidad de la megalópolis. Hoy a las 5 de la mañana se restablecieron las líneas 4, 5 y 6
Texto: María Ruiz
Fotos: María Ruiz e Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- La ausencia de seis líneas del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM) derivó en un día de extensas filas, aglomeraciones y camiones a su máxima capacidad. El primero para los capitalinos que normalmente usan este medio de transporte y que tendrán que idear otras formas de movilidad en lo que arreglan todas las líneas afectadas por el incendio en la central de control de trenes del pasado 9 de enero.
Fue una mañana de confusión, desesperación y molestia para quienes se vieron en la necesidad de utilizar las alternativas de transporte de la Estrategia de apoyo de la red de Movilidad Integrada.
Las rutas provisionales implicaron más tiempo de los usuarios en los trayectos. Esto le pasó a la señora Anabel. Normalmente ella hace 20 minutos en llegar de su trabajo al Metrobús, pero esta vez salió a las 3 de la mañana de su trabajo y apenas a las 4 logró formarse para acceder a este transporte.
Otro usuario, Víctor Bautista, tuvo que idear una ruta adecuada:
“Busqué varias alternativas para no llegar tarde a mi trabajo, y en cuestión de gastar menos” comparte. Estos trayectos implican más gasto para quienes deban trasbordar en las distintas rutas disponibles. Cada cambio de autobús representa cinco pesos adicionales”.
La Secretaría de Movilidad desplegó 240 unidades de RTP y más de 530 autobuses concesionados para atender la contingencia.
Este martes las líneas 4, 5 y 6 comenzaron a operar después del trabajo de más de 150 electricistas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para agilizar su reparación.
“Quien va para metro Hidalgo fórmese aquí y aborde la siguiente unidad. Mujeres, dentro, y hombres, afuera”, fueron las indicaciones que vocearon elementos de la policía de la Ciudad de México a los usuarios que buscaban la opción gratuita y rápida para llegar a sus centros de trabajo desde el metro Indios Verdes, que cada día traslada a más de 114 mil personas. Ellos optaron por trasladarse “bien agarrados” en los vehículos de la policía.
“¡No es justo que nos cobren este servicio! ¡Todavía de que vamos a llegar tarde a trabajar nos cobran!”, se quejó un usuario en la estación Pantitlán mientras esperaba su turno para abordar las unidades de RTP entre el ajetreo que se vivió esta mañana la zona Oriente de la metrópoli.
Desde las 5:30 de la mañana de este lunes, el paradero de Indios Verdes se congestionó por los miles de usuarios que buscaban abordar los transportes de apoyo en sustitución del metro. El común denominador, largas filas sin la sana distancia recomendada durante la pandemia de covid-19. Varias personas se desorientaron por no saber exactamente dónde formarse; otras se alteraron por el tiempo de espera.
La Secretaría de Movilidad pidió el apoyo a 530 camiones concesionados para llenar la ausencia de seis de las líneas del metro de la Ciudad de México.
Los camiones, que recorrieron distintos puntos de la ciudad, se reconocían por los mensajes que sus conductores colocaron en sus vidrios: “Acceso solo con cubrebocas”; “$5”; “metro Pantitlán”; “Pino Suárez”, “metro Coyoacán”; algunos incluso dibujaron el logo del metro e incluyeron la palabra “apoyo”.
A pesar que la Línea 9 del Metro -de Tacubaya a Pantitlán- fue una de las que no dejó de funcionar, frente al Hospital Centro Médico Siglo XXI, los “despachadores” gritaban: “súbale, súbale con sus 5 pesos en mano, directo a CU, Copilco, Miguel Ángel de Quevedo y Zapata”. Tumultos de gente abarrotaron el cruce de avenida Cuauhtémoc y el Eje 3 Baja California.
Sobre Insurgentes un grupo de manifestantes en contra de Morena cerró la vialidad con dirección a Indios Verdes, lo que implicó otro pesar a la movilidad de la ciudad.
A partir de la estación Glorieta de las Insurgentes cientos de personas tuvieron que caminar hasta la estación Sonora, donde reanudaron el servicio. Durante la espera para acceder se generaron grandes aglomeraciones y una fila equivalente a una cuadra.
Cerca de la siguiente estación un Metrobús chocó con un poste, lo que empeoró la situación de la avenida Insurgentes.
Personas mayores podían verse entre el mar de gente que caminó de una estación a otra. El ambiente era similar al del sismo del 2017, debido a la gran cantidad de personas que recorrieron largas distancias.
La suspensión del servicio en el metro sorprendió a miles de usuarios de la línea 5. Desesperación y confusión se observó en los rostros de los pasajeros que intentaban abordar cualquiera de las opciones de transporte brindadas por el gobierno capitalino.
Para suplir la ruta de la línea 3 del Metro operaron desde el paradero de Ciudad Universitaria hasta Indios Verdes tanto unidades del RTP como autobuses concesionados con dirección a Centro Médico.
Los RTP se van llenando poco a poco. Pasan por Viveros, Miguel Ángel de Quevedo, Coyoacán… “Qué bueno que nos subimos desde la central porque ya se llenó”, dice uno de los usuarios a la altura de metro Coyoacán.
La parte delantera iba más llena, mientras la trasera tenía suficiente espacio para que cualquier pasajero estirara los pies.
“Deberían ocupar el espacio de atrás los que no bajen pronto. Nos dicen que tengamos sana distancia, pero miren: ¿cuál sana distancia tenemos aquí? ¡Ay, diosito… y lo que falta!” expresó en voz alta una usuaria antes de bajar frente a las instalaciones de metro Zapata.
La ruta Universidad-Indios Verdes presentó el problema del tiempo. Cada seis minutos, a veces hasta diez, pasaban los RTP completamente llenos. De las casi setenta personas que esperaban el transporte, únicamente dos o tres lograban subir al autobús, que en su mayoría al llegar a Zapata ya iban llenos.
“Yo digo que van a valorar lo que es le metro, la verdad” dice un elemento de la policía bancaria que desde las seis de la mañana apoyó y supervisó la parada de camiones y RTP en metro Zapata.
Además de las fallas del metro, las manifestaciones que se realizaron este lunes complicaron aún más la movilidad de la ciudad. Entre ellas resaltan las del sector restaurantero, que realizaron dos cacerolazos, uno en Palacio Nacional y otro en las sedes de sus restaurantes, como el caso de Fisher’s Palmas, en Lomas de Chapultepec.
Durante el día, personal especializado en funciones de verificación del Instituto de Verificación Administrativa (INVEA), recorrió restaurantes de la colonia Roma Norte para invitar a los comercios a seguir cumpliendo con las diversas disposiciones y lineamientos emitidos por la Jefatura de Gobierno ante la emergencia sanitaria por covid-19.
Miguel Ángel Júarez, funcionario del Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México visitó a los encargados de los establecimientos para revisar que que no hubiera comensales dentro de los restaurantes. “En caso de que hubiera personas ingiriendo alimentos, se les hace la invitación a salir del lugar y debemos esperar a que desalojen, al comercio se le hace un apercibimiento y posteriormente se vuelve a visitar, si siguieran incurriendo en la falta, se les suspenden las actividades”, explicó. El verificador también comentó que en ocasiones son confrontados por las personas y les reclaman porque no les dicen nada a los vendedores de alimentos que están sobre la vía pública, pero Ángel Juárez indica que no está dentro de sus facultades esa acción, precisamente porque es vía pública.
El restaurante Sonora Grill fue uno de los pocos que decidieron abrir para sus comensales y dejar la comida a domicilio únicamente para los grupos mayores de cuatro personas. Esto, dijeron, como una forma de pedir auxilio al gobierno ante la crisis económica que los restaurantes están viviendo por la pandemia.
“De por sí acostumbro comer en el Sonora Grill porque me gustan sus cortes de carne y vinos. Normalmente comía cada fin de semana. De por sí es un lugar donde disfruto mucho comer, el protocolo de seguridad me pareció muy bien. Yo no he salido desde marzo y trabajo desde casa, salgo a lo básico pero a pasear y eso hasta hoy fue la primera vez” cuenta Rafael Antonio.
“Si volvieran a abrir los restaurantes comería en sus instalaciones, por mero gusto”, comparte.
Sebastián Gotthelf, director de la marca Prime, explicó a Pie de Página que cuatro de los 18 restaurantes de la marca restaurantera abrieron este lunes como parte del movimiento “Abrimos o morimos” que diversos ejecutivos restauranteros echaron a andar.
“Espero que termine tranquilo, que la gente salga contenta y coma bien” cuenta Gotthelf quien añadió que en caso de que el Invea llegue a sus instalaciones acataran sus instrucciones y recordó que su única petición al gobierno de Ciudad de México es que los deje abrir.
Las autoridades de Ciudad de México pusieron a disposición de los usuarios la Estrategia de servicio emergente con opciones específicas en cada punto de las líneas inhabilitadas.
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