10 diciembre, 2022
El sábado 3 de diciembre, el gobierno de la ciudad de México realizó la consulta sobre el Programa General de Ordenamiento Territorial, que debería ordenar el crecimiento de la ciudad por los siguientes 20 años. Pero muy poca gente se enteró…
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- El primer intento de planear la ciudad por los siguientes 20 años fracasó. Vecinos, organizaciones barriales y pueblos indígenas concuerdan en que su fracaso se debe a la poca planeación de una consulta clave para la ciudad. También por la falta de acercamiento del gobierno con los ciudadanos.
Este sábado 3 de diciembre el Instituto de Planeación Democrática y Participativa junto con la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes intentaron someter a consulta ciudadana dos instrumentos de planeación urbana, claves para el desarrollo de la ciudad: El Plan General de Desarrollo Urbano y el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGDU-PGOT).
Ambos son los documentos que trazarán las líneas de dónde construir, con qué densidad, con edificios de cuántos pisos, qué suelo preservar o qué zonas se destinan a la actividad agrícola.
El Instituto de Planeación no solo falló en la coordinación de la consulta. También tergiversó el proceso de discusión y creación de ambos documentos, que ya estaba detallado en la Constitución de la Ciudad de México. Según la Constitución, la elaboración del Plan debía realizarse mediante consultas ciudadanas e integrar la voz de amplios sectores, tanto sociales como académicos y vecinales. No fue así.
En octubre del 2019 la Jefatura de Gobierno presentó un plan que elaboró por sí misma (no por el instituto). Después anunció una plataforma digital para que los ciudadanos participaran con críticas y comentarios. Sin embargo, el sitio fue un fracaso. En 2021, el Instituto intentó acercarse al proceso marcado en la Constitución y abrió un proceso de consulta. Varios colectivos vecinales y organizaciones de pueblos indígenas se acercaron al Instituto para entregar sus propuestas. Tras recibirlas, el Instituto no dio más noticia al respecto.
El proceso de consulta debía estar listo para el final de este año. Ante esto, el Instituto, antes de encerrar el año intentó realizar un proceso de consulta poco transparente. La consulta generó dudas entre los ciudadanos y provocó un bloqueo carretero en Milpa Alta, que duró una semana.
“No sabemos cómo se convocó a la consulta, en cuántas colonias se realizó o en cuántas más se anuló, o se desechó la propuesta, o si las que lo hicimos fuimos una cuestión aislada. No tenemos idea”, dice al respecto Arturo Aparicio, abogado de varias causas vecinales en la ciudad y activista en la colonia Roma, donde vive.
El proceso, en general, fue bastante sospechoso, concuerdan vecinos de diferentes colonias. Desde su convocatoria, que se lanzó dos días antes de la fecha, con algunos carteles en algunas calles. Algo apresurado y poco efectivo para la consulta de un plan que determinará el futuro de la ciudad a 20 años.
La consulta fue organizada por el Instituto de Planeación junto con la Secretaría de Pueblos y Barrios, y es probable que nunca se sepan sus resultados. Esto, debido a que el lunes siguiente, la jefa de Gobierno, Claudia Shienbaum anunció que el ejercicio se suspendería. A la vez, anunció que enviaría una propuesta para reponerlo al Congreso local.
“Un día antes pusieron toda la propaganda en el barrio”, cuenta Isabel Jiménez, vecina de La Cruz, en La Magdalena Contreras. La Magdalena es un barrio tradicional engullido por la mancha urbana, como muchos otros.
“La participación fue nada nutrida, yo creo que ahí en mi barrio éramos 16 personas. Todos llegaron tarde, las chicas de gobierno que llegaron a hacerlo no sabían qué estaban haciendo. Decían que eran de participación ciudadana del gobierno y empezaron a decir que tenían información clara del Plan de Desarrollo Urbano y del Programa General de Ordenamiento Territorial, pero nada más tenían un tríptico con los ejes básicos, que en realidad no dice cómo se desarrolla, pero intentó convencernos por atarantamiento, diciendo que eso iba a ayudar a que hubiera luz, agua, que se iba a arreglar lo de los baches, que ella conocía la colonia, que la ha recorrido. Conozco las necesidades, nos dijo”.
A kilómetros de ahí, Raquel Lourdes Nava Uribe, octagenaria vecina de la Hipódromo, integrante del Colectivo Claudia Cortés, cuenta que asistió a la consulta armada con los tomos del PGDU-PGOT impresos, un par de volúmenes de más de 400 páginas cada uno.
“Nosotros llegamos cinco vecinos, habían tres personas con chalecos del bienestar. Yo llegué con mi café y mi cartel. Esta es una violación, se debe reponer el proceso, les dije. Los pobres no tenían ninguna respuesta, solo iban a recibir los comentarios. Llevé impreso el programa, tú crees que los vecinos van a leer todo esto ¡no! Nosotros hemos trabajado en las partes que nos afectan más”, cuenta.
Desde el Colectivo Claudia Cortés empezaron a analizar estos documentos desde finales de agosto y a la par se han vinculado con vecinos de la Anzures, de Xochimilco de Santa Úrsula y de Xoco.
“Habían vecinos que se acercaban porque pensaban que era una reunión vecinal, pero otros decían que era una consulta, los del Bienestar decían que iban a haber otras, pero ya no hay lugar para más reuniones vecinales, porque la Constitución dice que el gobierno tienen que tener el plan para el 6 de enero”, dice la señora Nava Uribe en una entrevista telefónica.
En el barrio de Xoco, algunos vecinos obtuvieron un amparo que suspendió el proceso de consulta. En esta colonia es donde se levantó el gigante de concreto y vidrio Mítikah. En las colonias en torno al Estadio Azteca, donde se intenta detener su remodelación por el impacto que podría tener en ellas, los vecinos desconocieron la consulta.
En Milpa Alta diversas organizaciones de comuneros anunciaron desde semanas antes que no dejarían que se realizara la consulta en la demarcación. La renuencia es una protesta a una serie de proyectos que dicen, han sido impuestos en la comunidad sin consultas vecinales. Los proyectos a los que hacen referencia son la construcción de un pozo en San Jerónimo Miacatlán; la enajenación de un rastro comunal en Villa Milpa Alta; el cambio de uso de un terreno destinado a un centro de salud donde se construirá un Instituto Rosario Castellanos (una universidad pública). Un día antes, pobladores de San Pedro Atocpan bloquearon la carretera Xochimilco Oaxtepec, la principal vía de acceso a la comunidad.
En Xochimilco, organizaciones vecinales anunciaron una decisión similar. Pero las protestas y bloqueos por la instalación de un proyecto hidráulico en el barrio de San Gregorio Atlapulco robaron la atención social y política. En ambas demarcaciones recriminan la desaparición de 30 mil hectáreas de suelo de conservación, estipulada en el PGOT.
El domingo 4, la jefa de gobierno Claudia Shienbaum, después de su informe de gobierno, aseguró que la intención de su administración no es privatizar el suelo de conservación. “Estoy enviando al Congreso de la Ciudad de México una iniciativa para ampliar el periodo de consulta, inclusive reponer la consulta del ordenamiento territorial”, dijo en una videograbación difundida en redes sociales un día después.
Hasta el momento no ha habido ningún pronunciamiento por parte de los responsables del Instituto de Planeación, Tampoco queda claro cómo se repondrá el proceso de consulta o cómo se hará esta propuesta al Congreso.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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