Hace algunos meses el gobierno de Argentina repatrió un avión que fue utilizado en el perverso circuito de muerte de la dictadura argentina. Desde esta aeronave decenas ¿cientos? De personas fueron arrojadas vivas al mar o al Río de la Plata
José Ignacio De Alba / X: @iganciodealba
En la dictadura se utilizó el eufemismo “traslado” para referirse a la desaparición de personas detenidas. Era también el mecanismo de desaparición de evidencias, los cuerpos velados en el mar.
En la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) las personas eran detenidas y torturadas. Después, en la mayoría de los casos, eran adormecidas con un narcótico y arrojadas al mar. A esta metodología de la desaparición se le llamó “vuelos de la muerte”.
“Los días miércoles, excepcionalmente los jueves, se realizaban los traslados. En un principio nos decían que a los secuestrados se los llevaba a otras dependencias o a los campos de trabajo que decían tener en el penal Rawson. Nos costó convencernos que en realidad el traslado conducía a la muerte”
Dijeron tres sobrevivientes en un testimonio conjunto, publicado en la Comisión Argentina de Derechos Humanos.
Las personas detenidas no sabían que un “traslado”, era en realidad la desaparición. Se les hacía creer que serían llevados a otro centro de detención o a una granja de recuperación o incluso que serían liberados.
Los vuelos se llevaron a cabo, normalmente, por la noche. Los detenidos eran llevados por el Grupo de Trabajo al sótano del Esma, después eran adormecidos con pentotal sódico. Cuando las personas caían inconscientes eran subidas a un autobús que los transportaba al Aeroparque de Buenos Aires.
La enfermería y el sótano de Esma pueden ser visitados, el sitio ahora se conserva como museo y como evidencia judicial. Es un espacio amplio, con recámaras repartidas. Me lo imagino exactamente igual, lúgubre submundo. Paredes de concreto frías, el eco de las torturas y quejidos debió ser tormentoso. Este fue el punto de llegada y partida de los detenidos, aquí iniciaba el ciclo de terror, pero por aquí también eran sacados a un traspatio para su desaparición.
El sedante les quitaba la conciencia pero no los mataba ¿por qué no los mataban?
“La metodología que aplicaron para deshacerse de los cadáveres de los secuestrados fue cambiando con el tiempo. En los comienzos colocaban en un auto a una cantidad de personas (6 o 7), los acribillaban a balazos y luego incendiaban el auto. Luego adoptaron el ahorcamiento en la misma Escuela para luego tirarlos al mar. En la actualidad se les coloca una inyección (somnífero), se los envuelve en una lona y se los tira al mar”.
Este es el testimonio escrito de Horacio Domingo Maggio, quien logró escapar del Esma y quien luego fue recapturado y desaparecido.
La Armada utilizó distintos tipos de aviones para hacer la operación. Se sabe gracias a investigaciones los detalles de los vuelos. También hubo detenidos que se enteraron sobre el mecanismo de muerte, incluso sus testimonios se volvieron fundamentales para entender detalles de lo que sucedía.
“Astoz empezó a hablar de que la Marina tienen colonias de recuperación en el sur. Yo se lo pregunto a él. Me mira y me dice: “No susana, el mar nos ayuda. Sabrás que el río nos devolvió los cuerpos, así que pensamos en el mar argentino. Los tiramos desde aviones, el mar es bendito, así que desde esa altura el mar no es blando, si que se convierte en una plancha de acero, por eso se desnucan, pero si no se muriesen, las orcas hacen su trabajo. Eso sí, los tiramos dormidos”.
Este fue el testimonio que dio Susana Burgos, quien permaneció secuestrada dos años en el Esma.
El periodista argentino Rodolfo Walsh expuso en un cable de la Agencia de Noticias Clandestina, que hubo vuelos de la muerte también en el lago San Roque. Para lo cual se utilizó un helicóptero. Aunque es un episodio menos conocido.
La periodista Miriam Lewin hizo una investigación para encontrar los aviones que participaron en los “vuelos de la muerte”. Lewin, acompañada del fotógrafo Giancarlo Ceraudo, rastrearon algunas aeronaves Skyvan hasta Fort Lauderdale, Florida.
En 2017 varios pilotos de la Armada argentina fueron condenados a prisión por su participación en los “vuelos de la muerte”. Después de la sentencia, las Madres de Plaza de Mayo también pelearon porque el gobierno argentino repatriara uno de los Skyvan.
En los últimos días del gobierno de Alberto Fernández la aeronave fue traída a Buenos Aires. El aparato fue trasladado al Esma donde está exhibido al público. Es un pequeño avión gris, con una gran puerta trasera que permitió arrojar personas. Aunque funciona ya no volará más. Es una pieza viva de la maquinaria de muerte, una pieza de museo que recuerda la inhumanidad del totalitarismo.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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