En Veracruz, uno de los estados donde los movimientos sociales y el periodismo han sido más atacados en la última década, un grupo de periodistas decidió fundar un medio para regresar la voz a la sociedad. Este viernes 7 fue presentado en Xalapa, con la participación de académicos, estudiantes, artistas, y defensores del territorio
Texto: Daniela Pastrana
Fotos: Ximena Natera
XALAPA, VERACRUZ.- Hace 7 años, el asesinato de Regina Martínez conmocionó a los campesinos y organizaciones sociales de Veracruz, que tenían en la corresponsal de Proceso una de las pocas puertas abiertas para la denuncia de sus problemas. Tres años después, el asesinato del fotógrafo Rubén Espinosa desarticuló a los movimientos aglutinados en torno a las luchas estudiantiles y magisteriales. Entre esos dos asesinatos se enmarca uno de los periodos más oscuros para el periodismo y la sociedad veracruzana. Una época de silencio, en la que se multiplicaron las persecuciones, asesinatos, desplazamientos y desapariciones forzadas de los críticos del régimen.
Pero un grupo de periodistas decidió rebelarse al terror y fundar Voz Alterna. Primero fue para demandar justicia por los periodistas asesinados. Y ahora, para lanzar un medio de comunicación que le devuelva la voz robada a la sociedad veracruzana.
El nuevo medio digital fue presentado la tarde del 7 de junio, en un emotivo evento en el que participaron activistas, académicos, artistas e integrantes de movimientos sociales, que hablaron de esperanza y sí, de la necesidad de un pacto entre sociedad y periodistas críticos para apoyar el periodismo independiente.
Norma Trujillo Báez es la cabeza del grupo que también integran Raziel Roldán, Juan David Castilla Arcos, Arantxa Arcos, Leticia Cruz y otros colaboradores. Pequeñita, sonriente, de voz muy bajita, Norma ha tenido una voluntad de hierro para sacar adelante un proyecto que comenzó a gestarse hace varios años.
“Ya veníamos integrándonos como grupo desde 2013, con unas compañeras jovencitas, pensábamos que teníamos que hacer algo”, cuenta Norma, con esa costumbre que tiene de hablar en plural de las cosas que ella dirige.
“Entonces pensábamos en un periódico impreso. No teníamos tan claro qué, pero queríamos hacerlo porque aquí las órdenes de trabajo son cubrir funcionarios, muy poco te mandan a cubrir protestas y muchos de los que estábamos entonces cubríamos marchas; de los maestros, de los estudiantes… pero éramos muy poquitos. Recuerdo mucho una marcha de maestros en las que muchos compañeros recibieron la orden de no poner que eran cientos o miles de maestros, sino que eran 15”.
En diciembre de 2015, en una reunión de la Red de Periodistas de a Pie, acordamos reducir las acciones directas de protestas y concentrarnos en retomar el periodismo. Norma me recuerda mis propias palabras de entonces, de que teníamos que hacer más periodismo y menos activismo, y dice sonriente que al principio le molestó. Un par de meses antes, habían asesinado en Ciudad de México al fotógrafo Rubén Espinosa, junto con la activista Nadia Vera y otras tres mujeres.
Rubén Espinosa era uno de los pilares del grupo que a principios de ese año había retomado la idea de hacer un medio, pero en junio salió de Xalapa para autoexiliarse en la capital del país. Norma recuerda esos días como de mucha confusión, incluso dentro del grupo.
“Pensábamos en nombres y como no teníamos claro qué queríamos, si un medio o un colectivo, pues… le habíamos puesto Libertad bajo palabra, voces irritables y otro que no me acuerdo. Pero era como un grupo para pedir justicia y defender la libertad de expresión, porque nos tenían cansados los orejas (funcionarios del gobierno que monitorean a periodistas). Y como no teníamos dinero pensamos en hacer una página en Facebook, como para meter las notas que no te van a publicar”.
“Enfrentábamos a muchos obstáculos. Muchos compañeros eran regañados de sus empresas por asistir (a reuniones del colectivo), iban entrando y saliendo y nunca nos consolidábamos como grupo. A veces el miedo también nos alejó del periodismo”.
Paradójicamente, las primeras notas del nuevo medio se subieron a la página de Facebook el 1 de agosto, el mismo día que supieron que Rubén había desaparecido.
“Eso de subir las notas a la página se había acordado como media semana antes, pero él ya no vio que se subieron”, dice Norma.
Rubén fue el décimo tercer periodista asesinado en Veracruz durante el gobierno de Javier Duarte. Y no fue el último. A la lista de 17 periodistas asesinados en esos años se suman al menos 6 desaparecidos y unos 40 forzados a dejar el estado. Entonces, la segunda publicación en la página de Facebook de Voz Alterna fue la convocatoria a una marcha el 10 de agosto, para exigir justicia. Por eso, a Norma no le gustó que en diciembre de ese año le dijera que debíamos hacer más periodismo y menos marchas.
“Después de que matan a Rubén viene la crisis, y sí pensábamos hacerlo (seguir con el proyecto) pero nuevamente estaba el problema de los tiempos, porque hay que trabajar. También viene un periodo de miedo. Entonces, subíamos cosas que eran fuertes, pero luego no subíamos nada. Empezábamos a registrar más lo de las desapariciones y luego no lo hacíamos, por miedo. O dejábamos de hacerlo por falta de tiempo, porque algunos tienen tres trabajos”.
Un año después, a principios de 2017 llegó la opción de conseguir un financiamiento semilla de Open Society Foundations, vía la Red de Periodistas de a Pie, para el fortalecimiento de medios locales. Voz Alterna volvió a tomar forma en la cabeza de Norma y el grupo. Para entonces, algunos de los integrantes del colectivo ya no estaban y comenzaban a incorporarse otros. Luego llegó una etapa difícil, la de conseguir notarios y contadores, porque no sólo se trata de hacer un medio, sino de que se mantenga.
“Ha sido lento el proceso, hay que aprender cosas hasta de Hacienda. Pero es una oportunidad de expresarse para varios de compañeros que no pueden publicar muchas cosas en un medio oficial. Y también puede ser un espacio para que otros periodistas empiecen a hacer lo que quieren hacer, no lo que la empresa les dice que hagan. Hay un gran hartazgo hacia las empresas”, dice Norma.
Y cómo no van a estar hartos los periodistas cuando en promedio ganan 2 mil 500 pesos a la quincena, la mayoría trabaja por honorarios y sin prestaciones, y para sobrevivir “de manera honrada” tienen que trabajar para tres medios. Pero quizá lo que más les pesa es que nunca quede tiempo para hacer mejor su trabajo.
Norma define el periodismo de Veracruz con una frase: “Aquí ninguna empresa te paga por hacer reportajes”.
En un estado donde la mayoría de los medios son propiedad de algún político local es difícil para los reporteros trabajar temas que afecten a los intereses de los distintos grupos gobernantes. Y en un estado marcado por una brutal guerra de grupos criminales, es difícil salirse de la agenda policiaca. En las órdenes de información no caben las coberturas de grupos sociales que, a pesar de todo, resistieron al duartismo, en buena medida porque hubo periodistas que también resistieron.
“Siento que cuando empezamos a salir a manifestarnos por lo de Regina, hay gente que pierde el miedo y empiezan a salir las manifestaciones pequeñitas de las desaparecidas”, reflexiona Norma.
— Es mi imaginación o en la presentación había muchos que eran “fuentes” de Regina.
— Sí —sonríe, antes de seguir: A Regina no le tocó lo de las desapariciones ni lo de la minería, pero sí llevaba cuestiones de campesinos, que eran las voces muy poco escuchadas. A veces, nos tocaba escuchar a los compañeros decir que los campesinos apestaban.
Después vino la época más dura, en la que nadie se atrevía a hablar de los desaparecidos. Cuando las entrevistas se daban en reuniones clandestinas y con la idea de que te estaban vigilando todo el tiempo. Cuando cubrir una protesta podían significar ser golpeado o detenido. De esa segunda generación es la mayoría del equipo de Voz Alterna.
“A lo mejor hay compañeros más jóvenes, pero que también han cubierto a estos grupos sociales; se trata de hacer alianza con ellos. Las expectativas son buenas, nos han comentado que qué bueno que seamos la contra de lo que todos los medios publican. Que ya era necesario un medio que tenga compromiso con esa sociedad que necesita reflejar lo que está pasando”.
En 1994, Norma Trujillo demandó al medio en el que trabajaba por despido injustificado. Era la primera vez que un medio en Veracruz enfrentaba una situación similar. El secretario de Gobierno del Estado decidió intervenir y le dijo a su abogado que “nunca un tribunal iba a fallar contra el medio porque nadie se iba a pelear con un medio”. Pero Norma ganó la demanda y sentó un precedente que ha sido usado por otros periodistas para reclamar derechos ante las empresas. El secretario de Gobierno, por su parte, siguió en la política, se fue al gobierno federal, se cambió de partido y en 2016 se convirtió en gobernador de Veracruz, el primero en ganar con las siglas de un partido «de oposición».
La anécdota con Miguel Ángel Yunes Linares ejemplifica muy bien la terquedad de Norma, que se hizo periodista a escondidas de su madre. En una ocasión, ya como reportera (y con su madre resignada) consiguió un permiso para visitar cárceles argumentando que quería escribir unos cuentos: “Me dejaron entrar una semana y escribí que 97 niños clamaban justicia. El director de la revista me dijo que el funcionario quería hablar conmigo, que me desdijera y a cambio me iban a dar una casa”, recuerda.
Siguió el caso de Ernestina Asencio, la anciana indígena de Soledad Atzompa violada por militares. En esos días cubría la sierra Zongolica y en un evento en el que se topó con el gobernador Fidel Herrera le preguntó quién y desde cuando el gobierno del estado había autorizado patrullajes militares en la sierra.
“Le pregunté tres veces y él se hacía que no me escuchaba, hasta que ya se molestó y me dijo: ‘Yo di la autorización y se envió un boletín; se está patrullando para la seguridad’. Insistí en que había denuncias de violaciones y me preguntó: ‘¿De qué medio es usted?’ Y cuando le dije que de Al Calor Político, me respondió: ‘Tenga cuidado o se va a quemar esta noche’… luego mi jefe me dijo que ya sabía que me había peleado con el gobernador y que no me iba a apoyar y subieron la nota con una versión bien oficialista”.
Norma no sabía que eso era el preludio de unos años en los que tendría que enfrentar amenazas y pérdidas muy dolorosas. Ahora, mientras presenta la investigación especial con el que arranca Voz Alterna: un mapa exhaustivo de los desaparecidos en Veracruz, hablamos de su persistencia como un acto de rebelión.
“Me molestó mucho que, en el diagnóstico psicológico, la Fiscalía, dijera que tenía una mente que estaba acostumbrada a vivir con el miedo. Pero ahora pienso que a la mejor eso es una realidad. Antes era más tímida, pero el miedo pasó a que tenía que ser muy fuerte”.
Conoce aquí el sitio: https://vozalterna.com
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