3 diciembre, 2022
En 2021 Veracruz reportó 605 muertes de personas que vivían con el virus. Esto sucede en un contexto en que esta población vulnerable fue desatendida por los Servicios de Salud a causa de la llegada de la otra pandemia, la del Covid 19.
Texto: Iván Sánchez y Rodrigo Soberanes / La Marea
Foto: Andrea Murcia / Cuartoscuro
VERACRUZ. – Veracruz se colocó en el primer lugar nacional en número de muertes causadas por VIH/Sida. Esto ocurrió durante el mismo periodo de tiempo en que el gobierno desmanteló la infraestructura que había para atender la enfermedad y enfocó todos sus esfuerzos en contener la pandemia del Covid 19.
En 2021, el año más álgido de la contingencia sanitaria, Veracruz se colocó en el primer lugar nacional con 605 defunciones, de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Historia (INEGI). Esto equivale al 13 por ciento del total de casos en el país.
Esto colocó al estado por delante de entidades como la Ciudad de México, con el 9.5 por ciento (444 muertes) y Jalisco con el 8 por ciento (371). En años anteriores, ambos estados estaban por encima de Veracruz en incidencia de muertes por VIH/Sida.
Hasta 2020 – año en el que el gobierno mexicano declaró el inicio de la pandemia- las autoridades sanitarias publicaban la medición de defunciones causadas por el VIH. La tasa de incidencia se medía por cada 100 mil habitantes.
Veracruz estuvo por arriba de la media nacional (3.62 por cada 100 mil habitantes); pero ni siquiera se situó entre los tres primeros lugares. Los tres estados con mayores defunciones fueron Quintana Roo, Colima y Campeche.
En el siguiente año, el INEGI anunció que Veracruz era el estado con más personas muertas por VIH en el país.
Es un indicador “gravísimo” que “sirve de punto de partida”, para conocer las consecuencias del abandono de la atención a la población por parte de los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver), según la coordinadora del Grupo Multisectorial VIH/Sida, Patricia Ponce Jiménez.
“Antes de la pandemia no estábamos en los primeros lugares y en dos años de pandemia estamos en el primer lugar nacional, que es algo gravísimo que coincide con el Covid y también con esta falta de atención integral”, dijo Patricia Ponce a La Marea.
Mientras las personas enfermas de VIH/Sida carecían de atención y morían, los Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) iban disminuyendo drásticamente su capacidad de atención.
De acuerdo con la especialista, hubo un “desmantelamiento” de la atención pública desde que el gobierno enfocó su atención en la pandemia. Esto conllevó el descuido de este otro sector de la población, altamente vulnerable.
El Grupo Multisectorial fue clave en la instalación de los cinco CAPASITS que hay en Veracruz. Uno de ellos fue instalado en el Hospital Regional del Puerto de Veracruz, el más grande del estado ubicado en el municipio más poblado de Veracruz. Históricamente, este lugar es el de mayor incidencia.
Ahí tuvieron amplio apoyo -con actos de presión, persuasión y manifestaciones- de la comunidad LGBT+ que vivía en torno a la zona de mercados de la ciudad y de su líder, Juan Carvajal, quien falleció en 2013, víctima de la enfermedad.
Los CAPASITS fueron un logro importante. Eran un lugar donde las personas de menor capacidad económica podían ir a hacerse pruebas. También recibían tratamiento psicológico, y podían ir a consultas médicas y a recibir sus antirretrovirales.
Representaron una respuesta a las altas incidencias que colocaban a Veracruz siempre en los primeros lugares en incidencia de casos.
En los años anteriores a la pandemia, con los cinco CAPACITS funcionando con relativa normalidad y pese a que Veracruz ha estado en la parte alta de las estadísticas de incidencia de casos, no se había presentado una alza de esta magnitud de las cifras de defunciones relacionadas al VIH/Sida.
El alza de la curva tiene una explicación. A partir de 2020 -aseguró Ponce- comenzó un proceso paulatino de despidos y reubicaciones de personal que trabajaba en los CAPACITS, con lo cual, la atención fue desapareciendo.
“La respuesta al VIH está amenazada, a partir del impacto de la epidemia del Covid, (…) los CAPASITS del estado de Veracruz se vieron profundamente afectados porque buena parte del personal médico lo sacaron para trabajar en Covid, pero además de eso, muchos de ellos fueron desmantelados”, dijo Ponce.
Las consecuencias fueron falta de recepción de nuevos casos, falta de aplicación de pruebas para detecciones oportunas, no se repartieron condones, las personas que se detectaban el VIH en laboratorios privados durante no podían ir al CAPASITS
porque durante dos años no recibían a pacientes nuevas.
“Los CAPASITS se convirtieron en surtidores de recetas y los enfermos de VIH no tuvieron acceso a los hospitales”, dijo Patricia Ponce.
“¿Por qué no se diseñó una política específica dentro de una pandemia para atender una pandemia ya existente que en Veracruz nos tiene en focos rojos? No se pensó en la gente con VIH ni en los nuevos casos”, agregó.
El nivel de la contingencia del Covid bajó en la segunda mitad de 2022 y hasta el momento, de acuerdo con la información del Multisectorial, siguen sin personal suficiente para atender a los pacientes que necesitan antirretrovirales -que sí
los hay- y necesitan seguimiento médico.
Una persona que vive con VIH puede mantenerse sana, siempre y cuando reciba la atención adecuada, ello incluye análisis cada cierto tiempo y dosis correctas de medicamentos.
“Tenían dos turnos y ahora solo tienen un turno, tenían médicos y médicas, 5 o 6 y ahora tienen una, han despedido y no han recontratado al personal”, comentó.
En este contexto, Veracruz ha reportado alrededor de 1,500 nuevos casos durante el periodo 2020-2021, una cifra que, según cálculos del Multisectorial, puede estar acompañada de un subregistro del triple de casos, debido a las carencias actuales de los Servicios de Salud para diagnosticar.
*Esta nota fue realizada por LA MAREA, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la publicación original.
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