La estrategia nacional de vacunación y las campañas electorales transcurrirán de manera paralela en los próximos meses. Evitar cruces indeseables entre ambos procesos exigirá la responsabilidad de todos
Twitter: @chamanesco
Dos procesos de una gran complejidad logística, y de gran impacto público, transcurrirán de manera paralela en todo el territorio nacional durante los próximos meses.
Ambos son importantes para la vida del país y para salvaguardar derechos fundamentales de la ciudadanía.
Por un lado, las elecciones, que permitirán renovar los poderes públicos de manera democrática y que buscan garantizar los derechos políticos de la ciudadanía.
Y, por oro lado, la estrategia nacional de vacunación contra la enfermedad covid-19; un proceso que se vuelve vital a la vista de los estragos que ha causado la pandemia en México, y que busca garantizar el derecho fundamental a la salud.
Ni uno ni otro pueden detenerse. Ambos implican la movilización territorial de funcionarios del Estado mexicano, el uso de recursos públicos y la participación de la ciudadanía para cumplir sus metas, plazos y fines.
En lo político electoral, partidos y candidatos buscarán a la ciudadanía para pedirle su voto, ya sea para renovar la confianza en un proyecto de nación o para inclinarse por otras opciones. En lo sanitario, la ciudadanía esperará su turno para vacunarse, con la esperanza de que, como se ha dicho, éste sea “el principio del fin de la pandemia”.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, la estrategia de vacunación se desarrollará en etapas de acuerdo con los grupos poblacionales priorizados, entre el pasado mes de diciembre y hasta marzo de 2022. Sin embargo, cuatro de las cinco etapas coincidirán irremediablemente con las campañas de proselitismo y la organización del proceso electoral.
La primera etapa, entre diciembre de 2020 y febrero de 2021, busca inocular al personal de salud de primera línea de control de la covid-19, y hasta el pasado sábado, había implicado la aplicación de 618 mil 768 dosis a médicos, médicas, enfermeras, enfermeros y otros trabajadores del sector.
La segunda etapa transcurrirá entre febrero y abril de 2021, cuando se prevé vacunar al personal de salud restante y a las personas de 60 años y más. Según la actual Lista Nominal de Electores, el universo de adultos mayores de 60 años es de 16.3 millones de personas.
La etapa 3 coincidirá plenamente con las campañas electorales, entre abril y mayo, y abarcará a las personas de 50 a 59 años que, según los datos del Registro Federal de Electores, implica vacunar al menos a las 13 millones 469 mil personas de ese rango de edad que cuentan con una credencial para votar.
La etapa 4, que correría entre mayo y junio, busca inocular a las personas de 40 a 49 años, y en ese rango hay 17 millones 404 mil mexicanos inscritos en la Lista Nominal.
Es decir, las primeras etapas de vacunación a población abierta –que transcurrirán entre febrero y junio– abarcarán a un total de 47 millones 218 mil personas, que significan más de la mitad de las 92.2 millones de personas que hoy por hoy están habilitadas para votar el próximo 6 de junio.
Habrá, desde luego, otras personas que por alguna razón no estén inscritas en el padrón electoral y que también deberán ser incluidas en el plan de vacunación, pero son una minoría, si se toma en cuenta que la cobertura del padrón electoral es de más del 98 por ciento de la población total.
Después de junio, y hasta marzo de 2022, la etapa 5 abarcará al resto de la población: niñas, niños, jóvenes y adultos menores de 39 años.
Sin duda, vacunar a más de 47 millones de personas que por su edad son las más vulnerables frente al Coronavirus es una tarea importantísima e implica una logística monumental, que requerirá de un esfuerzo gubernamental sin precedentes y, según estimaciones de la Secretaría de Hacienda, de una inversión pública de más de 34 mil millones de pesos.
Mientras se aplique la vacuna, con brigadas de personal militar, personal de salud, servidores de la Nación y voluntarios, otros funcionarios también estarán recorriendo el país: los más de 47 mil Capacitadores Asistentes Electorales y Supervisores Electorales que estarán reclutando y capacitando a quienes fungirán como funcionarias y funcionarios de casilla el domingo 6 de junio.
Para llegar al millón y medio de personas que se requieren para instalar las 164 mil casillas, el INE prevé visitar a 12.5 millones de ciudadanos insaculados, a partir de los cuales se seleccionará y capacitará a quienes fungirán como presidentes de casilla y escrutadores para recibir y contar los votos de la ciudadanía.
En paralelo, partidos y candidatos harán campañas a partir del 4 de abril, obligados a recurrir a nuevas formas de hacer política que les permita difundir sus plataformas, perfiles y propuestas sin arriesgar la salud de nadie.
Serán meses intensos, en lo político y lo social.
Tocará al gobierno federal, a los gobiernos estatales y municipales; a los partidos, candidatas y candidatos; a las autoridades electorales, medios de comunicación, líderes de opinión, y a la ciudadanía en general, colaborar para que ambos procesos transcurran sin interferencias, ni cruces indeseados.
Politizar la vacunación sería un error costoso para todos.
Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.
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