Vacunas anti covid-19: odio y desmemoria

30 octubre, 2021

Se cumplió la meta para vacunar a los mexicanos contra la pandemia de covid-19 con la mayor aplicación de dosis en la historia. Pero el dato, que en otro momento u otro país sería reconocido, se olvidó por los medios y propagadores de odio

@anajarnajar

Hace un año la palabra más repetida en México era: vacunas.

Formaba parte del discurso oficial, cercano el inicio de la jornada nacional para inmunizar a todos los mexicanos mayores de 18 años y protegerles de la pandemia de covid-19

La palabra también acompañó las campañas de odio y mentiras, especialmente en los medios de comunicación tradicionales y los opositores al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Muchos se dedicaron a sembrar dudas. Era imposible, argumentaron, que el gobierno federal consiguiera el abastecimiento suficiente para atender a una población tan grande.

Cuando los laboratorios internacionales empezaron el envío de las primeras dosis, el término vacunas se utilizó para cuestionar la decisión de aplicarlas primero a médicos, adultos mayores y comunidades marginadas.

Después, en la medida que la cobertura de vacunación se extendió, aumentaron también las críticas, casi por cualquier motivo. No faltó quien argumentó haber sido inoculado en falso, versión que fue ampliamente difundida.

También abundaron las versiones sobre la inutilidad de algunas vacunas, como hizo la locutora Lili Téllez quien cuestionó la aplicación de las dosis provenientes de Rusia, la Sputnik V.

El episodio más reciente fueron los amparos promovidos por algunas familias para obligar a la Secretaría de Salud a vacunar a menores de edad, a pesar de las recomendaciones internacionales sobre el riesgo de hacerlo.

Las historias sobre las determinaciones de los jueces ocuparon espacios destacados en redes sociales de internet y la mayoría de los medios tradicionales.

Pero, de pronto, la palabra y el debate virtualmente se esfumaron. No fue casualidad. El silencio coincide con el anuncio de que prácticamente todos los mexicanos mayores de 18 años están vacunados contra el SARS-CoV-2, al menos con una dosis.

La cantidad de quienes cuentan con el esquema completo supera los 74 millones según datos del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell.

Es el anuncio más importante en lo que va de la emergencia sanitaria, no sólo porque implica que se cumplió la meta prevista en la Jornada Nacional de Vacunación, sino por todas sus consecuencias.

Una de ellas es la reducción en los índices de contagio y mortalidad. Actualmente la mayor parte de quienes mueren por la enfermedad son personas que no se habían vacunado.

Y quienes contraen la covid-19 tienen amplias posibilidades de superarla sin complicaciones. 

El índice de fallecimientos está en descenso, y tal vez por eso los afanes de algunos por destacar una gráfica publicada por Enrique Krauze donde muestra un supuesto exceso de mortalidad por la pandemia.

La estadística se desmintió con datos de la Secretaría de Salud, pero la información fue omitida por los medios convencionales.

Tampoco hubo espacio para recordar un dato fundamental. Antes de la emergencia por la covid-19 la cifra más alta en una jornada de vacunación fue la campaña contra el brote de sarampión ocurrido entre 1989 y 1990.

Esa vez se aplicaron, en un solo programa de salud, diez millones de vacunas para combatir la epidemia. 

En lo que va de 2021, de acuerdo con el doctor López-Gatell, se han aplicado 125 millones de dosis contra la covid-19: más de diez veces la cifra récord en la historia de la epidemiología mexicana.

En cualquier otro momento, e inclusive en algún otro país, la cifra se habría destacado profusamente. No en México.

Para muchos el que se haya conseguido proteger de la pandemia más mortífera en cien años no es algo que deba reconocerse.

Lo importante, para los propagadores de odio, son los datos mezquinos, aunque sean de mínima magnitud.

El ejemplo más claro es la estadística de mortalidad por la pandemia entre menores de edad. 

Desde hace varios meses el debate se concentra en el fallecimiento de unos 700 niños y adolescentes, así como el contagio de más de 63 mil según estadísticas oficiales. 

Pero la información suele quedarse allí. Muy pocos destacan que los menores contagiados representan el 0.16% de esta población. Y menos se informa que los fallecidos por la covid-19 son el 0.001% del total.

Al final de la pandemia, cuando sea el momento de las evaluaciones, el discurso de odio de los opositores, sus afanes de muerte y la nostalgia por el dolor recibirán su juicio.

Los mexicanos sobrevivientes a la mayor emergencia sanitaria de la historia reciente tendrán, también, su valoración personal.

Podrán hacerlo por una simple y sencilla razón: estarán con vida.

Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service.
Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.