De acuerdo a la OCDE, México ocupa el primer lugar mundial en abuso sexual infantil; en el 90% de los casos, los victimarios son familiares o conocidos. En el marco de la pandemia, este número de agresiones creció porque a las y los menores de edad se les obligó a estar en casa con sus agresores
Texto: Maura Manero / ZonaDocs
Foto: ZonaDocs
JALISCO.- “Si pudiera regresar en el tiempo, abrazaría a mi yo del pasado, la estrecharía contra mi pecho y la dejaría llorar. Acariciaría su cabello y le susurraría al oído que no está sola, que hay personas que la quieren y están allí afuera esperando a que salga adelante. No eres débil, no eres un problema, eres más fuerte y capaz de lo que imaginas. No seas tan dura contigo misma pequeña, estas creciendo y convirtiéndote en una persona maravillosa”.
Esta es la carta que una madre víctima de violencia sexual infantil escribió después de romper en llanto y pedir ayuda a Corazones Mágicos a consecuencia del abuso que sufrió su hijo también.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) maneja el término violencia sexual infantil, ya que al hablar de un abuso sexual infantil, legalmente sólo se hace referencia a tocamientos, mientras que el concepto de la violencia engloba desde violación, pornografía, abuso, sexting, tocamientos, hasta prácticas abusivas sexuales. Es fundamental mencionar que precisamente en estos casos, se dio un incremento notorio debido a la pandemia.
De acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cada año en México se registran 5.4 millones de casos relacionados con la violencia sexual infantil; Querétaro actualmente ocupa el tercer lugar de esta lista. Por tal razón nace, el 26 de mayo del 2002, Corazones Mágicos IAP.
Esta institución se crea a partir de la necesidad de encontrar soluciones que incidan en la disminución de este delito, con información, educación y comunicación.
Un equipo de psicólogos, especialistas, abogados y voluntarios se encargan no sólo de rehabilitar a niños y niñas que han sufrido algún tipo de abuso sexual, sino también de crear estrategias de prevención dirigidas a ellos, a padres de familia y a los adolescentes.
Corazones Mágicos se encarga de dar a los niños abusados un diagnóstico físico-médico y un tratamiento de terapia psicológica para que puedan superar el trauma generado o aminorarlo.
Fernanda Lazo, directora de dicho organismo, sostuvo que la violencia sexual infantil es un asunto de responsabilidad social que se tiene que combatir día con día.
“Actualmente existe una gran área de oportunidad en este tema debido a que hablando en aspectos gubernamentales, no se tiene una resolución definitiva y directa. La atención que se brinda es de manera de emergencia y no se da un seguimiento psicológico”.
Este programa de fundación plena busca proteger a los niños en el estado de Querétaro y combatir el fénomeno de la violencia sexual infantil. No sólo cuentan con un centro de rehabilitación donde se efectúan terapias psicológicas; también llevan a cabo talleres y realizan manuales de prevención, capacitación para todas las personas que se quieran sumar, consultoría, foros y eventos en relación a la violencia sexual infantil y además dan asesorías.
“Desde hace dos años, se tiene una lista de espera para atender a niños que fueron abusados sexualmente. Esta es una lista permanente, en donde al mes solo se pueden atender algunos casos”, aseveró Fernanda Lazo.
En la actualidad y debido a la pandemia, el niño que vive con su violador sexual evidentemente está más expuesto a su agresor. Del 75 a 80 por ciento de los casos que son canalizados vienen por parte de fiscalías, juzgados, DIF y casas hogar a Corazones Mágicos.
Por otra parte, la Coordinadora de la institución comentó que este confinamiento trajo consigo nuevos casos; pero la variante que ocurre en el estado de Querétaro es con los niños que no viven con su agresor sexual y al estar encerrados se sienten protegidos y los lleva a revelar el abuso que sufrieron.
También, el psicólogo de la fundación, Jose Antonio Prado, recalcó que en el caso de los adolescentes sexuales que son agresores, la pandemia los privó de un contacto físico y psicológico con otras personas:
“El organismo y el cuerpo no entienden un aislamiento. El cuerpo sigue, el funcionamiento de las hormonas sigue, se detuvo esa parte del desarrollo humano donde existía cercanía con otras personas de la misma edad”.
Lo que definitivamente sí existe son más casos de niños y niñas que están expuestos a la pornografía infantil por tener un acceso más fácil a las nuevas tecnologías. Al no estar desarrollando la parte de socialización y contacto físico con otras personas, se pueden llegar a presentar diferentes conductas o actitudes que pueden detonar en agresiones, o que empiecen a descubrir distintos contenidos no aptos para su edad. La suma de todo esto concibe adolescentes o pubertos que se pueden ver perjudicados emocionalmente y terminar siendo agresores.
Solamente en una semana del mes Junio del 2021, se canalizaron 38 casos de violación o violación equiparada sexual infantil.
Se puede decir que el tema de la violencia se agudizó este año y medio de pandemia. Los hogares que ya vivían algún tipo de violencia fueron incrementando. Pero la pandemia no generó nuevos adultos violadores sexuales en hogares donde no existía este tipo de agresión. El encierro no detona agresores.
El verdadero problema con la pandemia en el caso de niños que sufrieron violencia sexual es que tienen contacto por más tiempo con sus agresores. La recuperación o incluso que lleguen a buscar ayuda es más difícil, debido a que los violadores recurren a prácticas de chantaje o manipulación para que no digan nada al respecto.
Según los datos recabados internamente por Corazones Mágicos en el año 2020, el 20 por ciento de los menores aseguró que dentro de su hogar fue donde les llegaron a tocar el cuerpo, refiriéndose a madres y padres biológicos. Por otra parte, el 15 por ciento de sus agresores fueron tíos o tías, el 14 por ciento de estas violaciones se cometieron por padrastros o madrastras y el 12 por ciento fueron primos o primas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que 1 de cada 5 niños son víctimas de violencia sexual, incluido el abuso sexual, y que esto afecta a niños de todas las edades, razas, clases sociales y religiones, en los cuales los entornos son casi siempre cercanos o de confianza refiriendose a tíos, abuelos, primos mayores, profesores, sacerdotes, vecinos o amigos de los padres.
En este sentido Fernanda Lazo, subrayó que:
“La gente no nace siendo agresora, se hace agresora por cuestiones multifactoriales que pueden ir desde temas biológicos hasta circunstancias que se viven y generan un impacto negativo en la vida de cada uno. Por ejemplo, se estima que 1 de cada 3 niños que fueron abusados, se convierten en abusadores sexuales. Es por esto la importancia del seguimiento de la terapia psicológica”.
De acuerdo con el Código Penal Federal, en su artículo 261, señala que toda violación sexual infantil a todos los menores de quince años de edad o personas que no tengan la capacidad de comprender el significado del hecho, aun con su consentimiento, que por cualquier causa no pueda resistirlo, que se le obligue a ejecutarlo en sí o en otra persona, tendrá una pena de seis a trece años de prisión.
En Corazones Mágicos se atienden -aproximadamente- a 172 niñas y niños por mes, de los cuales sólo alrededor de 30 presentan una denuncia, aunque la mayoría quedan impunes.
Corazones Mágicos se posiciona, desde Querétaro, como uno de los 12 únicos organismos que buscan atender o prevenir casos de violación sexual contra menores en todo el país.
A partir de la labor efectuada y tantos años de trabajo es que hoy cuentan con una gran cantidad de voluntarios que se han ido sumando a esta causa. Una de ellas es Claudia Granados.
“Me enteré de la Asociación cuando solicitaban apoyo para vender docenas de donas, que es una de las muchas actividades de procuración de fondos que se organizan para subsanar los gastos de las psicólogas que trabajan allí”.
Claudia explica que el sentimiento de apoyar a esta causa puede llegar a ser contradictorio. Ya que ver a niños que fueron agredidos actualmente rehabilitados, es un motivo de satisfacción y alegría; pero por otra parte, es frustrante saber que existen personas que les hacen daño y los hacen sentir más débiles: “La violencia sexual infantil es algo que existe y que no podemos seguir ignorando”.
Existen diferentes opciones de prevención en el caso de la violencia sexual infantil, pero se necesita dar más información, habilidades y herramientas a los niños y niñas para que tengan la capacidad de detectar un abuso y frenarlo o buscar ayuda a tiempo.
Para hacerlo desde la organización se brindan jornadas virtuales, en las cuales se dan diferentes pláticas de prevención, pues si las niñas y niños no saben de antemano que es lo que sí está permitido que otras personas hagan con su cuerpo, jamás lo verán como un acto abusivo y será más fácil que el abusador los pueda someter.
Por otra parte, el problema que también se tiene que trabajar a través de la terapia psicológica, ya que los y las menores que no reciben un tratamiento a tiempo cargan con secuelas que impactan su desarrollo personal y social, como lo son: depresión, baja autoestima, rechazo a su cuerpo, entre otros.
Es por esto que actualmente, la verdadera prevención es cambiar el pensamiento generado en la sociedad y que se involucre aún más en la educación sexual integral para identificar señales de alerta y frenar a tiempo una agresión.
La violencia sexual debe de ser un tema prioritario. El psicólogo Prado de Corazones Mágicos afirma que varios de sus pacientes le preguntan si podrán olvidar su abuso, a lo que él les responde: “No, no podré hacer que lo olvides, pero trabajaremos mucho para que ya no te duela”.
Este trabajo fue realizado por ZONA DOCS, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar el original.
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