Aldo llegó a Suiza en 1994, cuando estalló la lucha armada del EZLN en Chiapas; este hecho marcaría profundamente al joven tabasqueño, quien desde ese momento comenzaría a involucrarse en los movimientos de solidaridad que desde Europa se organizaban; hoy Aldo se asume zapatista
Texto y fotos: Kau Sirenio Pioquinto
ZÚRICH, SUIZA.- El año que Aldo voló a Zúrich, Suiza, los indígenas zapatistas del sureste mexicano se batían a plomo con el ejército mexicano. Buscaban romper el silencio.
La lucha guerrillera del siglo XX empezó el 1 de enero de 1994. Sin embargo, Aldo no se había involucrado al activismo, sino que se incorporó hasta que llegó a Europa.
La conciencia política me llega después de los 30 años de edad. Después de que me instalé en Suiza volteé la mirada hacia México. Me di cuenta de las barreras culturales y sociales que no había visto. Aun cuando los Altos de Chiapas está a unos kilómetros de Tabasco, donde nací. Como dicen por ahí, de lejos todo se ve de otra manera.” Suelta a bocajarro Aldo Enrique Vázquez Flores.
En su comunidad, Aldo sembraba cacao y cuidaba el terreno de su abuelo. En sus ratos libres organizaba carreras de bicicleta y partidos de futbol. Aunque todo el tiempo participaba en las actividades comunitarias, como las fiestas patronales, no participaba en actividades políticas y menos de resistencia.
Por eso se sorprendió cuando en la radio comunitaria de Zurich, escuchó que en México los pueblos se organizaban para defenderse del Tratado de Libre Comercio (TLC).
Aldo recuerda que, la radio Lora, una estación comunitaria en Zúrich, Suiza, trasmitía un programa que se llamaba Así canta México; producido por un colectivo de mexicanos. En la barra programática de la radiodifusora, todos los martes se dedicaba a la temática latina. Hablaban de música, cuentos, mesa redonda y problemas sociopolíticos en América latina.
“Vivía en un pueblo cerca de Zúrich, como a media hora más o menos. Un día encendí la radio y sorpresa, hablan en español. A partir de me volví un radialiasta apasionado”, cuenta.
Y agrega que “en ese tiempo no tenía permiso para trabajar aquí, así que sintonizaba todos los martes latinos porque la programación era en español».
Aldo recuerda que, en esos momentos, es donde escuchó hablar de zapatismo por primera vez. Este hecho, recuerda, lo hizo ser más consciente de lo que pasaba en México.
«Supe del Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), luego leí la primera declaración de la Selva Lacandona. De ahí me encarrilé con los acuerdos de San Andrés”, recuerda.
Así empezó el activismo de Aldo, como lo conocen lo mexicanos en Zúrich. Primero fue radioescucha. Luego locutor de radio. Después, se convirtió en organizador de actividades de protesta en apoyo al zapatismo y todo tipo de movimiento sociales en México. En 2015 organizó y acompañó a la comisión de padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa en su recorrido en Europa.
De un metro con ochenta centímetros, el tabasqueño luce su larga cabellera blanca. Se mueve como lagartija en el estudio de la radio comunitaria donde hace programas en español sobre temática mexicana.
“Me interesó mucho de lo que hacen los colectivos mexicanos en Suiza. Así que me involucré de lleno desde el primer día que convocaron en la radio a una reunión. Recuerdo esa reunión, era semiclandestina”, narra.
El frío suizo congela a los nuevos inquilinos, entre ellos Aldo. En sus primeros días en Suiza se las ingenió para no volverse paleta. Sin embargo, su vida tuvo un cambio cuando llegó a la reunión del colectivo del FZLN.
“Ahí me encuentro con mexicanos y mexicanas. Todos hablaban de zapatismo, que para mí era Emiliano Zapata, el claro referente nacional. Tenía problemas de cómo entender el zapatismo”, confiesa con una risa ingenua.
Abre el refrigerador, saca una jarra de agua. Va al lavadero por unos vasos. Llega frente a la mesa. Sirve las dos vasijas de agua. Mientras toma su agua, el locutor agrega: “Era la primera ventana por donde me asomo al movimiento zapatista. Cuando decido ser parte de este grupo que se llamaba Unión Mexicana Suiza del Frente Zapatista de Liberación Nacional (UMS-FZLN)”.
Cada que puede mueve su larga melena o cruza sus piernas larguchas para ponerse más cómodo. Ese día era como cualquier otro día. En la radio comunitaria se podía escuchar hasta el zumbido de una mosca ante el silencio que reina en el espacio.
Esa tranquilidad le ayuda a Aldo a recordar más de su conversión zapatista en un país que trae cacao de África por una paga misera para después convertirlo en chocolate.
“Ahora estoy en un grupo de suizos y suizas de solidaridad directa con Chiapas. Desde aquí acompaño a todos los movimientos de resistencia, esto me abre otro mundo en el que ya no quiero salir, por eso me vinculo en primera estancia a través de la radio compañeros mexicanos”, recapitula.
Reflexiona de su pasado en Tabasco, en la zona de cacao. Después se incorpora y suelta:
“Cuando me incorporo me puse a estudiar, toca leerse todas las declaraciones zapatistas, los acuerdos de San Andrés. Hay que saber a qué le voy atorar. Me quedé atrapado de manera voluntaria por esa sencillez tan profunda de entender la realidad indígena dentro del zapatismo, dentro de la resistencia”.
La olla empezó a chillar y la sala se inundó del aroma del café. El músico jarocho extendió sus pasos para apagarla. Sirvió dos tazas de café y regreso a la mesa a continuar la platica pendiente.
“Los textos de Marcos me involucran y me llevan a buscar más. Después leí un chingo, dije quiero ir allá, así que me organizo para viajar México con el fin de acampar un mes en Oventik. A partir de ahí viajo cada año y cada fin de año a celebrar el levantamiento del 1 de enero de 1994”, concluye.
Durante la gira de la delegación zapatista del escuadrón 421, Aldo Vázquez Flores fue parte central para la logística de bienvenida a los zapatistas en Suiza. Junto a César Bonilla cantó el himno zapatista en el campamento de la resistencia en Basilea, Suiza. Un símbolo de despedida de los rebeldes en el rincón de los tres países.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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