Ante una sociedad apática con el dolor y los problemas ajenos, un grupo de organizaciones propone un manual basado en acciones relacionadas con actos artísticos

Texto: Ana Cristina Ramos

Foto: Cortesía Frente por la Libertad de Expresión

Las personas ya no voltean a ver la tragedia en los periódicos ni ponen atención a las demandas de quienes marcharon, actúan como vacunados ante tanto dolor; pero lo que sí voltean a ver es el arte, por ello, un conjunto de organizaciones promotoras de los derechos humanos presentaron un Manual de Protesta Creativa.

La propuesta contiene seis capítulos que revelan con una serie de ejercicios cómo  organizar una protesta artística para atraer la atención de la sociedad a una problematica social, política o económica.

El manual busca generar emociones y percepciones en el público objetivo y plantea preguntas como: ¿a qué sector social le queremos hablar? ¿qué emociones o afectos deseseamos movilizar en la audiencia: indignación, rabia, solidaridad, sorpresa, empatía, identificación, interrrumpir su rutina?

El manual surge principalmente por la criminalización y represión que las organizaciones observaron el sexenio pasado; llegaron a la conclusión de que era necesario generar un cambio de narrativa en la protesta para que ésta se vuelva a observar.

Citlalli Hernández, de la organización Serapaz, destaca que desde el siglo pasado en México han existido personajes como Diego Rivera o Frida Kahlo, y muchos poetas y escritores muy vinculados a la política, que hicieron de su trabajo artístico formas distintas de protesta y crítica social.

“Está todo lo de Ayotzinapa, los papalotes de Toledo, están las exposiciones de arte de desaparición, está el trabajo del poeta Javier Sicilia de compartir lo que están viviendo los familiares de las víctimas de esta guerra, pero también está el subcomandante Marcos que con poesía y con cuentos lograba comunicar”, dijo la comunicadora.

Entre las reflexiones que surgieron fue que la gente salió a protestar principalmente por solidaridad; que la gente que sale a marchar tiene que hacer frente a narrativa de odio, xenofobia y clasismo y que la mayor parte de la gente que ha marchado lo considera un ejercicio democrático.

El manual es parte de una estrategia integral que Frente por la Libertad de Expresión ha desarrollado para defender el derecho a la protesta. “Digamos que por seis años estuvimos muy avocados en el trabajo de análisis de la represión y la forma como la criminalización estaba obstaculizando la protesta; desde los últimos años hemos querido generar una estrategia de cambio narrativas sobre la protesta”, añade Citlalli.

Lo que resulto la investigación es que para poder cambiar la narrativa no bastaba con hacer campañas en redes sociales o en medios masivos , si no que teníamos que generar una estrategia con los movimientos sociales que protestan y crear insumos para reflexionar ¿cuáles son los mensajes que estamos dando con las protestas?

Lo que busca el manual es ser un punto de inspiración y promesa para las personas que lo posean, que les permita idear nuevas formas de apropiarse del espacio público.

Citlalli conlcuye: “La protesta va a seguir siempre, no la podemos controlar, nos trasciende a nosotros como personas y como organizaciones en nuestro tiempo. La protesta es inherente a la sociedad, porque la realidad y las sociedades son movimiento, siempre se mueven y sólo a partir del cuestionamiento se pueden encontrar esos elementos que transforman”.