23 marzo, 2022
La Jornada por la Memoria en el norte de Veracruz animó a familias a revelar más casos de desapariciones y a ubicar lugares para la búsqueda como terrenos y casas. Se avivó la voluntad popular por organizarse y romper el cerco del miedo
Texto: Rodrigo Soberanes / La Marea
Fotos: Cortesía vía La Marea
VERACRUZ.- La conmemoración de la desaparición del exalcalde de Tepetzintla, Crescencio Vera Vidal, sacó a la luz nuevos casos como el suyo e informaciones concretas de ubicaciones del norte de Veracruz donde podrían estar restos personas.
La familia de Crescencio Vera conmemoró a partir del pasado 17 de marzo un año de su desaparición con un evento de tres días llamado Jornada por la Memoria, que comenzó en el centro de Tepetzintla, y tuvo la participación integrantes del Colectivo María Herrera que también buscan a sus familiares desaparecidos.
“Hace un año sufrimos este terrible dolor, por eso estamos hoy buscando el apoyo de toda la sociedad. Es un dolor que no termina, un dolor constante que daña día con día. Estamos aquí, pero queremos que nos digan dónde está”, dijo Rigo Vera, hijo de Crescencio al inicio del evento.
La última ubicación de Crescencio Vera está registrada el 17 de marzo de 2021 a las 21:21 horas en la comunidad de San Miguel ubicada entre Tuxpan y Potrero del Llano, en una brecha que comunica a Tuxpan y Álamo.
Los hechos ocurrieron en el contexto de un proceso electoral y Vera era un connotado actor político de la región. Desde entonces, hay siete personas detenidas acusadas de desaparición forzada debido a la presunta participación de policías municipales de Álamo-Temapache.
Durante la Jornada por la Memoria, Maricel Torres Melo, fundadora del Colectivo María Herrera de Poza Rica, tomó el micrófono y contó a las personas que estaban presentes cómo, desde hace 12 años, esa organización busca “con nuestras propias manos, rascando tierra en el monte” a sus familiares.
“La vida de nosotros cambia. Jamás será la misma. Así pasan las horas y los años. La vida para nosotros ya no es vida. Invito a la sociedad a que nos vea a nosotras y si tienen algún familiar desaparecido, que se acerquen”, dijo Maricel Torres, quien busca a su hijo desde el 25 de mayo de 2011.
Entonces otras personas pidieron el uso de la voz. Comenzaron diciéndole a los familiares de Crescencio Vera que “no están solos” y después contaron un poco de sus historias:
“Yo soy la señora Alicia Gallegos y este es mi hijo Jesús Armando (mostró una foto de su hijo sobre su pecho). Tenía 21 años cuando fue secuestrado en Poza Rica. El caminar sin él es la muerte, me mataron en vida”.
“Buenos días, mi nombre es María de los Ángeles Ortiz Gómez. Soy de Papantla. Busco a mi hijo Ángel Raymundo Castro Ortiz, ayer cumplió siete años de desaparecido en el tramo Papantla-Poza Rica. Han sido años de lucha, de búsqueda y de no encontrar nada”.
“Muy buenos días, mi nombre es Román Martínez González. Busco a mi Esposa Olga Libia González Simbrón, desapareció el 25 de julio de 2021. Se presentó a trabajar a la casa de su patrona. Desafortunadamente unas personas se metieron a robar a la casa de la patrona. La señora perdió la vida y mi esposa no aparece”.
“Mi nombre es Erlinda Olmedo Pérez y busco a mi hijo César de Jesús Santos Olmedo, desaparecido el 2 de febrero de 2011. Tenía 14 años, iba a la secundaria. Acaba de cumplir 25 años. Sería un jovencito. Llevo 11 años buscándolo. Para toda la sociedad que nos escucha. Créanme que cada uno de nuestros testimonios son oro molido”.
Durante el resto de la Jornada por la Memoria se hicieron visitas a comunidades y más personas se acercaron al evento para contar de sus casos. Nuevos delitos que han quedado impunes. Tres de ellos fueron de desapariciones ocurridas en la región justo el mismo día en que Crescencio Vera ya no volvió a casa, el 17 de marzo de 2021.
“Se acercó una familiar de un desaparecido de Tepetzintla, no saben si denunciar. Y dos casos de Cerro Azul. Estas familias se unieron a la Jornada. En El Humo (una comunidad de Tepetzintla) encontramos un caso más, pero la familia no se acercó. También hubo otro caso de un originario de Tierra Blanca que iba a Reynosa”.
Fueron diversos casos de delitos de alto impacto que han quedado impunes o incluso sin denuncia. “Con el caso de mi papá salen a la luz varios más, de varios tipos de delito”, agregó Rigo Vera.
Sucedió algo más: se acercó un joven que lleva mucho tiempo buscando por sus propios medios a su hermano y durante su búsqueda consiguió información fiable sobre la existencia de un posible centro de exterminio en un rancho ubicado en la región (pidieron no dar ubicación ni pistas).
El joven guió a una comitiva para investigaciones de campo de las familias de desaparecidos y encontraron ropa, tenis, una cabaña abandonada y tambos donde se presume que podrían diluir cuerpos humanos, lo cual confirmó diversas informaciones que las y los ciudadanos han conseguido por sus propios medios.
Óscar Espino, abogado que asesora al Colectivo María Herrera, dijo a La Marea que el hallazgo de ese predio confirmaría un modus operandi del crimen organizado en el norte de Veracruz, donde en 2017 fue descubierto un centro de exterminio llamado La Gallera (municipio de Tihuatlán).
Ahí también fueron encontradas evidencias de métodos para desintegrar cuerpos humanos y alrededor de 25 mil restos óseos.
El hallazgo de otro predio con esas características -señaló Espino- “nos regresa a los sitios de mayor violencia hace algunos años y confirma este modos de operación: el de la cocina”.
Explicó que los esfuerzos de las familias de personas desaparecidas en el norte de Veracruz están dándose en un contexto de “violencia exacerbada” en el que es difícil, o imposible, denunciar los crímenes de alto impacto.
“El contexto del norte es de violencia exacerbada con inercia del supuesto reacomodo del crimen organizado, pero también de los grupos de poder caciquiles del norte de Veracruz que reajustan el mapa electoral”, explicó el abogado.
El Comité de las Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada (CED) visitó 13 estados de México en noviembre de 2021 y expresó su “seria preocupación por la gravedad de la situación de las desapariciones forzadas en México”.
Hasta noviembre del año pasado 95 mil 121 personas estaban registradas oficialmente como desaparecidas en el país.
La Jornada por la Memoria en Tepetzintla destapó la magnitud de las desapariciones en la región norte de Veracruz, pero también ayudó a involucrar a la sociedad en la búsqueda.
Personas que toman talleres de bordado, lenguas indígenas y Son Huasteco se integraron a la Jornada expresando su solidaridad con las víctimas y sus familias. Personal de la Comisión Estatal de Búsqueda se integró al evento y la Fiscalía de Veracruz apoyó dando seguridad. También se desarrolló una marcha de unas 250 personas por las calles de Tepetzintla y surgió la iniciativa de formar un nuevo colectivo que seguirá los pasos del María Herrera. “Fue algo muy emotivo”, concluyó Rigo Vera.
*Esta nota fue realizada por LA MAREA. Aquí puedes leer la original.
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