Trigal es una película mexicana que nos narra la ilusión del primer amor y el descubrimiento de nuestra sexualidad y deseos, puntos que nos llevan, junto a otras cosas, a descubrir el mundo
Texto: Andrea Sarmiento Pastrana
Foto: Tomada del trailer oficial.
CIUDAD DE MÉXICO. – Recientemente se estrenó en la pantalla grande Trigal, una película mexicana de la directora Anabel Caso que nos narra el proceso de dos chicas que están empezando su adolescencia en el campo, lo que conlleva que comiencen a desarrollar sus gustos y deseos sexuales.
Es un filme que nos muestra el proceso de dejar la niñez y también, enseña la importancia de educar a los niños desde la comunicación y no la prohibición. Refleja las consecuencias que pueden llegar a ocurrir si ciertos temas como la sexualidad y el autocuidado no se abordan comúnmente en la casa.
Esta es la historia de Sofía, una chica que se va de vacaciones a casa de su prima Cristina, ambas de trece años. Ella le habla sobre la persona que le gusta: un hombre que trabaja al otro lado del trigal.
Las niñas se concentran cada vez más en este hombre. Mediante avanza la trama Cristina y Sofía van dejando de lado sus juegos y sus bromas dándole ahora más importancia al maquillaje, la ropa y el coqueteo. Sus conversaciones pasan de ser cuentos de terror en el bosque a fantasías románticas y chismes. Igualmente, aparte de los nuevos intereses aborda la primera menstruación, la masturbación y los cambios de humor.
Es una cinta con la que es muy fácil identificarse, pues no solo representa una familia dentro de un esquema típico mexicano, si no que a su vez, nos remonta a una época por la que todos pasamos, donde descubrimos una nueva faceta de la vida y comenzamos a explorar diferentes intereses que después formarán gran parte de nuestra personalidad.
Nos hace recordar la emoción y la intriga del primer beso, el misterio detrás de lo sexual y los sentimientos que se generaban cuando nos gustaba alguien. Además, nos lleva a los tiempos donde estas sensaciones no solo eran novedosas, si no que igualmente eran más intensas. A la persona que nos atraía la veíamos como el amor de nuestra vida y ante la más pequeña decepción reaccionábamos como si el mundo se acabara, cosas que cuando crecemos las recordamos hasta con risa, pero que en su momento las sentimos con el mismo drama que este par de niñas.
Pero por otro lado, esta euforia provocada por las nuevas experiencias es la misma que suele cegarnos exponiéndonos ante situaciones de riesgo que no percibimos, principalmente en la adolescencia, donde aún no alcanzamos la madurez que nos permite diferenciar entre lo divertido y lo peligroso.
Sumado a esto, está también la presión social que es muy influyente en nuestra toma de decisiones. Sofía sigue cediendo ante los impulsos de Cristina no porque ella esté de acuerdo, más bien por miedo a que su prima la rechace.
Otro factor importante para un sano desarrollo es la información y la comunicación. En este caso podemos observar que ambas vienen de una familia donde las cosas no se hablan, donde se abordan los problemas a partir del regaño en lugar de explicar los temas. Debido a esto, Cristina no acude a su mamá hasta que la situación se sale por completo de sus manos; el miedo y los abusos se pudieron haber evitado si algún adulto hubiera estado al pendiente de dónde estaban y con quién.
Esta situación es muy común en la vida real y además ha sido agravada con el uso de las redes sociales. Debido a ello, es fundamental que los hijos desde que son niños crezcan en un ambiente de comprensión y escucha, que tengan por lo menos un adulto de confianza al que le pueden contar algo sin ser juzgados. Así, los niños aprenderán a confiar en los adultos, pues estos sirven como una guía durante el desarrollo que les ayudará a manejar muchas de las situaciones difíciles que se les presentarán a lo largo de su vida.
Dentro de los descubrimientos en la adolescencia, están también los que nos hacen entender el funcionamiento del mundo. Es aquí donde no solo exploramos cosas nuevas, a su vez, experimentamos situaciones que nos hacen ver que cometemos errores, que hay gente cruel en el mundo que se tratará de aprovecharse de nosotros y que hay situaciones que se van a salir de nuestro control. Trigal representa este encuentro entre la inocencia y la crueldad.
Por último, la película pone sobre la mesa la importancia de no tratar de convertir a los niños en adultos, que todo tiene su tiempo y que crecer es un proceso que no se debe forzar para poderlo disfrutar.
Por eso es importante evitar inculcarle ideas adultas a los niños, esto va desde la educación en casa hasta la mercadotecnia y lo que reciben en el internet. No se debe acelerar ninguna etapa, pues todas vienen con experiencias únicas que debemos ir desbloqueando poco a poco, de lo contrario, se pierde la parte bonita en cada momento y en lugar de gozarlos se tornan angustiantes.
Trigal es un filme que nos hará recordar lo bonito y lo feo de entrar a la adolescencia. Como adultos, permite reflexionar sobre cómo se está criando a los niños y qué herramientas se les está dando para establecer límites y afrontar las consecuencias de los errores que inevitablemente van a cometer en un futuro. Asimismo, demuestra ciertas actitudes de las que no se suele hablar, pero que son completamente normales en los años donde termina la infancia.
Esta película está este mes en la cartelera de la Cineteca Nacional.
Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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