26 marzo, 2020
Más de un centenar de empleados de una empresa de patines eléctricos acusa que la compañía aprovecha la pandemia para ejecutar un tercer despido masivo. Exigen que la empresa se apegue a la ley laboral
Texto: Vania Pigeonutt
Fotos: Moisés Pablo / Cuartoscuro
Al menos 120 empleados de la empresa mexicana Grin Scooter fueron despedidos en el contexto de la pandemia del COVID-19.
Esta empresa, que opera desde inicios de 2019 en Ciudad de México, es una red de movilidad de patines eléctricos que había tenido dos cierres de operaciones previo a la emergencia por la enfermedad. El primero en abril de 2019 y el segundo en agosto, donde despidió al 70 por ciento de su plantilla laboral.
El miércoles, luego de saber la decisión de su despido, los trabajadores decidieron protestar y cerraron la avenida Patriotismo.
Se juntaron en las oficinas de la compañía, en la colonia Nonoalco, contra la decisión, que varios calificaron de sorpresiva, de no sólo suspender operaciones sino correrlos sin las condiciones legales adecuadas. Los despedidos forman parte de la red operativa encargada del manejo de los scooters. Les ofrecen menos de tres salarios mensuales.
En un comunicado, la empresa explicó que tomó la decisión para “proteger” a sus colaboradores, usuarios y posibles usuarios ante el riesgo de contagio por la enfermedad viral que ha cobrado en México la vida de ocho personas y van 585 contagios.
Aunque de acuerdo con esa misiva, la decisión es temporal, varios empleados denunciaron que es un pretexto porque había mala operatividad, robo de patines y riesgos de cierre. No sólo por la contingencia sanitaria por el coronavirus, insistieron varios despedidos.
Diego Hernández, del área de operaciones de Grin Scooter, explicó que este jueves decidieron cerrar durante dos horas desde las 9:00 la avenida Patriotismo para exigir liquidaciones justas. Se retiraron porque acudieron agentes de Tránsito, pero también porque esperan que haya una mejor oferta de la parte jurídica de la empresa. Por lo pronto mantendrán guardias durante los próximos días.
“Nos acomodamos para hacer guardias en turnos, porque esta empresa labora 24 horas. Los tres turnos siguen siendo normales, como siguen las guardias en Patriotismo. En la madrugada salieron las chicas de Recursos humanos a darnos una propuesta, que era darnos como 24 mil pesos pero en tres pagos: dividido en tres meses. No estamos de acuerdo, no es justo”, dice Diego, de quien depende un menor de edad.
Diego dice que esta tercera pausa de operaciones y despidos fue algo que se pudo evitar. La empresa tuvo varios llamados de atención de lo que ocurría. Comenzó a aumentar el número de usuarios a mitad del año pasado, pero iniciaron los robos de patines eléctricos y cada vez las operaciones se reducían un poco más, mientras ellos estaban en la incertidumbre.
“Los transportistas sí ganan 8 mil pesos. Es lo que ofrecen. Ellos sí hacen los 24 mil pesos de retiro, pero falta los 12 días del año, prima vacacional, aguinaldo. Les tocaría como 40 mil pesos para que sea conforme a la Ley”, explica.
Recuerda que, durante agosto, en el segundo cierre de operaciones, el 70 por ciento del personal despedido sí recibió al menos 30 mil pesos, cuando sólo llevaban cuatro meses trabajando y ahora les ofrecen menos.
“La empresa es nueva, no lleva ni un año, porque hubo un crecimiento muy fuerte, a los tres meses esta empresa ya había abierto en siete ciudades en México. Yo soy de operaciones y logística, pero a mí también me mandaron a casa de la chingada. Yo estoy con los transportistas, que son gente que trabaja en campo, esta empresa tuvo un crecimiento muy rápido”, detalla.
En la opinión de Diego, la empresa no tuvo decisiones correctas, “muchas personas no estaban tan preparadas para un cargo tan pesado y no vieron por la seguridad de los patines, ya hasta como hace seis meses se vio la seguridad de los patines, ya cuando había robos al día, se perdían de ocho a 10 patines”.
Ese fue un problema que la empresa no previó y dejó crecer. Dice Diego que mandaban a buscar a los denominados transportistas los patines a colonias como la Doctores, donde llegaron a encañonarlos con armas, a robarlos y golpearlos. Nadie quería seguirle, y aún desanimados continuaban con sus rutinas de trabajo. En una ocasión, dijo, se llevaron un camión con 90 patines, “ya estaban dando golpes más organizados”.
“Nos daban la opción de irnos a Rappi, a un puesto que se llama personal choper, que es como una tienda en una Comercial Mexicana. Te mandan una lista de productos, tú los vendes, llega el repartidor, le das la lista y te esperas. El salario mínimo son 6 mil pesos, cuando estas personas ganaban 8 mil, no hay prestaciones ni nada. Entonces nosotros no aceptamos. Los abogados fueron groseros y nos dijeron que era la opción que daban”, detalla.
No saben qué pasará con la empresa después de que termine la contingencia por el COVID-19, pero cuenta que en la bodega de Patriotismo se quedaron 3 mil patines, algunos tienen fallas, pero en general ese es su stock. Esperarán una mejor oferta de parte de los abogados de Grin Scooter, pero por lo pronto sí consideran una demanda laboral, en caso de no ser escuchados.
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