Tlanixco: 18 años de lucha por el agua y la libertad
17 febrero, 2019
Textos: Lydiette Carrión
Imágenes: Ximena Natera
Este domingo, fue dictado auto de formal libertad para tres defensores del agua de Tlanixco: Marco Antonio Pérez González, Lorenzo Sánchez Berriozábal y Dominga González Martínez. presos durante 11 años
Tres de los seis defensores del agua de Tlanixco han sido notificados de su libertad. Los otros tres iniciarán sus trámites este lunes 18 de febrero. La siguiente es una cronología de esta batalla que comenzó hace ya casi dos décadas.
14 de mayo 2001. La Comisión Nacional del Agua cancela la concesión del agua del Río Tlanixco (o Grande) a los pobladores de San Pedro Tlanixco. Y entrega las aguas al municipio de Villa Guerrero, unos 8 o 10 kilómetros río abajo, sede de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero (Asflorvi), donde radican las empresas floricultoras de capital extranjero más grandes del país.
Para apaciguar las protestas de los pobladores de Tlanixco, las autoridades estatales ofrecen un pozo artesanal que resultó con disponibilidad intermitente y capacidad insuficiente. Luego, ante la constante solicitud de respuesta de los indígenas hacia la Conagua, se les otorga una concesión para el uso de cuatro manantiales: el Salitre, el Vellotal, el Tronconal y Puente de Trozo. Sin embargo, años después, desconociendo todo acuerdo y sin previo aviso, se les advirtió que las concesiones de los cuatro manantiales estaban nulificadas, y que eran propiedad del municipio floricultor de Villa Guerrero.
2003. Los representantes de los pobladores de Tlanixco, movilizados, interponen un amparo legal contra la disposición del agua. Sus comisionados del agua luchaban por recuperar el usufructo total del río.
Por su parte, los floricultores de Villa Guerrero acusa a Tlanixco de “ensuciar” el agua.
1 de mayo de 2003. A las 10 de la mañana, 12 personas de Villa Guerrero ingresan al municipio de Tlanixco y bajan la barranca con rumbo al río. Las mujeres –que estaban lavando– los ven pasar y van a pueblo a avisar. Tocan las campanas de la Iglesia, se reúnen unas 300 personas y confrontan a los 12 empresarios, a quienes calificaron de intrusos.
Alrededor de las 12 del día, empresarios y pobladores se encuentran cerca del nacimiento del río. Se hacen de palabras.
El problema se alarga al menos dos o tres horas (durante ese tiempo, las autoridades del Estado de México tuvieron conocimiento, pero no actuaron). El grupo sube por un camino escarpado y peligroso.
Alrededor de las cuatro o cinco de la tarde (la hora es imprecisa), el empresario Isaak Basso cae por la barranca y pierde la vida.
En las primerísimas declaraciones, los testigos señalan únicamente a Rey Pérez, Pedro Sánchez Berriozábal (el principal líder comunitario) y Benito Álvarez Zetina, quien, después se comprobó, estaba en Toluca haciendo trámites aquel día.
16 de abril de 2003. Primeras declaraciones inculpatorias (los 11 acompañantes del señor Isaak) contra los demás detenidos. Previo a ese día (reconocerían después los testigos), se reunieron con autoridades en los que acordaron a quien imputar, basados en videos que captaban a los líderes del movimiento en defensa del agua. Los testigos señalan, con nombre y apellidos, “sin temor a equivocarse”. a Venancio Zetina González. Pero éste había muerto un año antes de los hechos.
También acusan a Faustino Trujillo Perdones, dicen que pateó en el suelo a Isaak, y otros, que lo “cargó” y arrojó. Pero Faustino usa muletas desde décadas atrás, no puede caminar sin ellas, y mucho menos subir la vereda escarpada, patear a alguien ni cargarlo. Además no se encontraba en el pueblo. Trabaja en otro poblado. Logra probar que no se encontraba en el lugar y retiran los cargos.
Lo mismo ocurre con Benito Álvarez Zetina y Eva Olimpia Álvarez Tejeda, los testigos los señalan “sin temor a equivocarse”, pero ellos acreditan que se encontraban haciendo unos trámites al momento de los hechos: presentan videos oficiales y documentos que los situaban en otro lugar.
22 de julio de 2003. Son detenidos Teófilo Pérez González, albañil de 33 años y miembro entrante del Comité de Aguas. Pedro Sánchez Berriozábal, campesino de entonces 38 años y miembro saliente del Comité de Agua Potable de San Pedro Tlanixco.
2003 (fecha imprecisa). Es detenido Rómulo Arias Mireles, de 36 años y mecánico del pueblo, y quien era miembro entrante del Comité de agua al momento de la muerte violenta del floricultor.
14 de diciembre de 2006. Es detenido Marco Antonio Pérez González, un albañil de 24 años. También, miembro entrante del Comité de Aguas al momento de la muerte de Basso.
Adolfo Vázquez Carrasco, único testigo denunciante de Marco Antonio Pérez González, admite en el proceso que la hermana del occiso Isaak Basso los instruyó para declarar. Esto lo reconoce luego de aceptar que tuvo desacuerdos con el proceder del grupo de empresarios de Villa Guerrero, al no querer incurrir en la falsedad de declaraciones ante la autoridad judicial y en los careos con los otros denunciantes se demuestra que su dicho es verídico. Sin embargo, el juez no lo toma en cuenta.
14 de diciembre de 2006. Es detenido Lorenzo Sánchez Berriozábal, un obrero de 42 años, quien era miembro saliente del Comité de Agua potable. Él era un actor clave de la comunicación al interior del pueblo y por ello, su persona era relevante en el movimiento por la defensa del agua.
13 de junio de 2006. Teófilo y Pedro son sentenciados a 50 años de prisión, son declarados culpables del delito de homicidio calificado (con planeación, alevosía y ventaja). Un año después, Rómulo Arias Mireles recibe la misma sentencia.
La defensa del agua y el movimiento social en San Pedro Tlanixco queda completamente desarticulada. Durante este tiempo y hasta la actualidad, los floricultores seguirán usufructuando el Río Grande.
A finales de 2006 (es decir, tres años y medio después de los hechos), uno de los testigos asegura que entre la multitud vio a “una señora morena y chaparrita” como responsable de la muerte de Basso. Esto fue suficiente para que se acusara y condenara a Dominga González.
9 de julio de 2007, Una treintena de patrullas invaden la calle sobre la que se encontraba el hogar de Dominga González Martínez, una campesina de 45 años, que había formado parte del comisariado ejidal durante varios años y en su momento firmó el amparo contra el despojo del agua. Ese 9 de julio se la llevaron en medio de un despliegue de fuerza policial monumental, que dejó a su familia y vecinos, aterrados.
Los familiares de los presos habían decidido llevar cada caso separado, pero alrededor de 2014, cambian de estrategia y juntan todos los casos. El Centro de derechos humanos Zeferino Ladrillero se hace cargo de la defensa legal.
Una de las estrategias nuevas es solicitar que los presos sean juzgados como indígenas, que se tome en cuenta sus usos y costumbres, los cuales influyeron mucho en el desarrollo de los hechos.
Marco Antonio, Lorenzo y Dominga son sentenciados también, a 50 años de cárcel, en noviembre de 2017 (pero no se les ratificó la sentencia). El juez negó que accedieran a la justicia indígena, alegó que “sí habían ido a la escuela”. La defensa busca un amparo contra la sentencia.
Los familiares se articulan aún más. Comienzan también a rearticular su pueblo. Lanzan campaña nacional de liberación junto con otras organizaciones sociales.
Marzo de 2018, los seis presos de Tlanixco ganan el premio de Derechos Humanos Sergio Méndez Arceo.
Octubre de 2018. La ONU se pronuncia en contra de la criminalización de los presos de Tlanixco
17 de enero de 2019. Última audiencia de apelación del juicio anterior en contra de Lorenzo, Dominga y Marco Antonio. La defensa de los acusados había metido un amparo por la sentencia de 50 años de cárcel impuesta apenas un año antes.
En esa audiencia, un magistrado de segunda instancia del Poder Judicial mexiquense determina reponer el proceso, ya que en efecto, los presos “sí son indígenas”. Pero no se pronuncia sobre fabricación de pruebas y testigos, ni el resto de irregularidades.
25 e enero de 2019. Congreso del Estado de México lanza un exhorto por la liberación de los presos.
16 de febrero de 2019. En la primera audiencia de reposición del proceso contra Dominga, Lorenzo y Marco Antonio, la Fiscalía del Estado de México se desiste. Esto abre la puerta a los otros tres.
El pueblo de San Pedro Tlanixco buscará recuperar su agua.
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“Este trabajo forma parte del proyecto Pie de Página, realizado por la Red de Periodistas de a Pie. Conoce más del proyecto aquí: https://piedepagina.mx«.
Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).
Periodista visual especializada en temas de violaciones a derechos humanos, migración y procesos de memoria histórica en la región. Es parte del equipo de Pie de Página desde 2015 y fue editora del periódico gratuito En el Camino hasta 2016. Becaria de la International Women’s Media Foundation, Fundación Gabo y la Universidad Iberoamericana en su programa Prensa y Democracia.
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