Desde la segunda mitad de 2020, docentes de la Montaña de Guerrero, una de las regiones más pobres del país, aunque siguen subiendo a las comunidades a entregar materiales a los niños o a dar clases presenciales
Texto y fotos: Kau Sirenio
TLACHISTLAHUACA, GUERRERO.- German Cantú Mentado llegó a Rancho Viejo hace dos años como profesor bilingüe con un contrato de seis meses. Pero la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) no le entregó otro nombramiento y hasta la fecha sigue sin cobrar.
En esta comunidad, la mitad de los maestros trabajan por contratos. Durante la contingencia sanitaria de covid-19. los padres de familia pidieron que las clases fueran presenciales por lo menos tres días a la semana porque no cuentan con internet, señal de telefonía celular ni televisión. Además, 80 por ciento de la población no sabe leer ni escribir, por lo que se les dificulta ayudarles a sus hijos con las tareas.
La Montaña es la región más pobre de Guerrero y donde se concentra la mayor población indígena del Estado. También es una de la zonas de mayor marginación de todo el país.
La pandemia y la pobreza no son sus únicos problemas. La primaria donde la primaria Hermenegildo Galeana, donde trabaja Germán Cantú Mentado, permaneció cerrada cinco meses tras los asesinatos de dos profesores a manos de civiles armados, el 5 de diciembre de 2018.
Cinco meses después, en abril de 2019, la escuela fue reabierta por el supervisor escolar de la zona 107, Margarito González Palacio.
En la zona escolar 107 trabajan alrededor de 15 maestros sin contrato ni nombramiento, pero permanecen en sus centros de trabajo, mientras que los directores de las primarias de esta demarcación no tienen clave de director.
Con la entrada en vigor de la reforma educativa de 2012, la SEG entregó plazas por contratos semestrales a normalistas egresados de las nueve normales públicas para cubrir las vacantes que dejaron los maestros que se jubilaron. Sin embargo, a varios de los profesores no les renovaron el contrato.
En entrevista con Pie de Página, el supervisor Margarito González Palacio, donde pertenece la escuela primaria Hermenegildo Galeana de Rancho Viejo, dijo que ya pidió a la SEG la entrega de nombramientos y contratos para 15 maestros que están a su cargo desde junio del año pasado.
“El compañero German Cantú Mentado empezó a trabajar desde el 6 de febrero del 2019 con un contrato de seis meses. Cuando terminó el ciclo escolar se quedó sin nombramiento para reanudar en el ciclo escolar 2019-2020. Luego 2020-2021, y es la fecha que no le reconocen su antigüedad, aun con todo esto, el maestro sigue en el centro de trabajo, porque tampoco le notificaron que no puede trabajar. Es por eso que la zona escolar a mi cargo y los compañeros maestros hemos pedido al gobierno del estado que le entreguen su nombramiento y lo basifiquen”, explica González Palacio.
El nombramiento es la plaza que la Secretaría de Educación expide para formalizar la relación laboral con el docente, puede ser provisional, por un tiempo fijo o definitivo, que es la de base.
El supervisor agrega: “El pago de maestros por contratos es otro tema que el gobierno del estado no ha resuelto, de hecho, hay personal docente administrativo que no han cobrado desde hace un año, mientras que otros no tienen nombramiento para estar frente a grupo, porque la mayoría de estas plazas fueron entregadas por acuerdo políticos de la sección XIV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)”.
Rancho Viejo se sitúa sobre la carretera Ometepec-Tlapa, una zona donde la mayoría de los padres de familia emigran a los campos agrícolas o a los Estados Unidos, mientras que sus hijos quedan al cuidado de los abuelos o las tías.
“Desde el mes de julio de 2020 se vencieron los nombramientos de los compañeros. Como no les llegó su nueva adscripción para el ciclo escolar 2020-2021, pedí a las autoridades educativas que les entregaran los nombramientos que faltan porque los compañeros no han dejado de trabajar, el problema está en que no reciben ni un pago por su trabajo, aun así, ellos suben a las comunidades a entregar materiales a los niños o en su caso dar clases presenciales tres veces a la semana”, explicó Margarito González.
Después de la reunión con los directores de la zona 107, Margarito toma una botella de agua y se sirve un vaso mientras empieza a platicar de su trabajo:
“A partir de las jubilaciones, se suponía que se liberarían más plazas o que estas fueran ocupados por docentes basificados, pero no fue así, esas vacantes las aprovecharon supervisores y delegados regionales agremiados a la sección XIV, para sus allegados. A partir de ahí se abrió un boquete que no se ha podido resolver. Sin embargo, los nuevos maestros que llegaron a la montaña de Guerrero son los que pagaron las consecuencias sin deberlas”.
Con 20 años de servicio en el magisterio, 15 frente a grupo y ahora supervisor encargado de la zona 107 de nueva creación, Margarito González Palacio acusa que el reparto de plazas era problema que venían arrastrando desde que se descentralizó la educación en el país.
“El gobernador en turno aprovechó esta coyuntura para favorecer a familiares y amigos de los altos funcionarios; y cuando ya no tuvieron más plazas que repartir empezaron con maestros de contratos, la política emprendida no es para resolver el problema sino era para aniquilar la educación en Guerrero, porque ese es el fin de la reforma educativa”.
El conflicto del que habla González Palacio va más allá, porque la SEG no ha resuelto un solo problema en el sector educativo. Si bien es cierto que se entregaron plazas por contratos, pero sin nombramiento.
El resultado es el ausentismo en el centro de trabajo, porque los docentes por contratos tienen que tramitar sus nombramientos para poder cobrar. Con la pandemia se detuvieron los trámites y los maestros trabajan sin cobrar.
“El compañero Germán Cantú Mentado no ha abandonado su centro de trabajo porque tiene conciencia de lo que es trabajar en una zona apartada y en condiciones desfavorables. Él y dos más que trabajan en Rancho Viejo son egresados de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa en la generación 2012-2016”.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona