The Whale, más allá de la compasión

18 febrero, 2023

La representación de la obesidad mórbida en el cine se merece más que The Whale. En contrapunto, “Distancias cortas”, del director mexicano Alejandro Guzmán, aborda esta enfermedad no sólo desde la compasión, sino desde los deseos, además, con excelentes actuaciones, guion, trama, fotografía y música.

Por: Évolet Aceves

La película The Whale (2022), recién estrenada en cines, es una adaptación de la obra teatral homónima escrita por el dramaturgo Samuel D. Hunter, quien también realizó el guion de esta película protagonizada por Brendan Fraser. El director del filme es el estadounidense Darren Aronofsky, quien ha dirigido películas legendarias como Pi: El orden del caos (1998), Réquiem por un sueño (2000), El cisne negro (2010), Madre (2017), entre otras.

En este caso, The Whale, definitivamente no merece ninguna de las tres nominaciones a los Premios Oscar, reveladas en el mes de enero: Mejor actor (Brendan Fraser), Mejor actriz de reparto (Hong Chau), Mejor maquillaje y peinado (Adrien Morot, Judy Chin y Anne Marie Bradley).

Brendan Fraser interpreta a Charlie, un profesor universitario de literatura con obesidad mórbida, quien da clases a través de su computadora, siempre manteniendo su cámara apagada para que sus alumnos no lo vean. La trama gira en torno a la obesidad mórbida y al comportamiento compulsivo al que Charlie se enfrenta a raíz de la muerte de su novio años atrás, así como a la relación que mantiene con sus seres más cercanos y su vivencia en el encierro, consecuencia de su enfermedad.

La caracterización del personaje, en lo concerniente al aspecto físico, da la impresión de ser un cuerpo real, no obstante, este cuerpo viene siendo un traje, el equipo de maquillaje se encargó de utilizar tecnología 3D para efectuar el volumen del cuerpo de Brendan Fraser. Aquí apunto un primer cuestionamiento, ¿por qué utilizar aditamentos prostéticos 3D, en lugar de someter al actor a una dieta acorde a la que demanda su personaje? Una ayuda en el maquillaje no es lo mismo que hacer un traje entero de una persona con obesidad mórbida.

Se podría justificar que, por cuestiones de salud, se decidió que el actor no se sometiera a dietas rigurosas para incrementar su peso, sin embargo, en el cine ha habido actores que lo han hecho en el pasado, por mencionar algunos: Robert de Niro en Raging Bull (Toro salvaje, 1980), Christian Bale en American Hustle (Escándalo americano, 2013), y mi caso favorito: Jared Leto en Dallas Buyers Club (El club de los desahuciados, 2013), en el que el actor, además de su excelente actuación, se sometió a una dieta especial para bajar más de 50 kilos.

Suponiendo que no hubo tal sometimiento a dietas para salvaguardar la salud del actor, ¿por qué no entonces elegir a un actor que ya cuente con las características físicas que demanda el personaje Charlie? Esto, en contraparte, ya lo hizo el cineasta mexicano Alejandro Guzmán Álvarez, de quien hablo más adelante.

En cuanto al guion de The Whale, el único personaje que realmente logra tener profundidad es el protagonista, fuera de él, los demás personajes son simples, bastante planos, de humor y caracterizaciones deprimentes: la adolescente rebelde y grosera, un misionero ingenuo, una exesposa resentida y una enfermera omnisciente, esta última es la actriz Hong Chau, recién nominada a Mejor actriz de reparto por esta película, y una gran actriz que fue desaprovechada en The Whale, ella misma actúa en la también reciente película The Menu (2022), interpretando a Elsa, un personaje oscuro que funge como asistente primaria y alabadora de un chef tenebroso. Esa nominación le hubiera caído muy bien para The Menu, pero no para The Whale, en donde su actuación es pobre y simplona, quizá sólo en una escena logra ser rescatable, sólo en una y muy forzadamente.

La ambientación, la iluminación y la fotografía de la película, son rescatables. La iluminación, predominantemente oscura, es un gran acierto, al igual que los close-ups hechos a la mirada de Fraser y a los momentos en que come múltiples pizzas, chocolates y dulces. Las escenas más dramáticas son, sin duda, aquellas en las que el protagonista se levanta o intenta levantarse de su sillón, el templo de su soledad. Algo también rescatable, tal vez lo mejor de la película, es la fotografía, que lo hace parecer monstruoso, un monstruo humano que también se preocupa por darle trozos de comida a un pajarito que lo visita en la repisa de su ventana. En conjunto, sí se reflejan sensaciones como la soledad, el hacinamiento, la tristeza, la desesperación y hasta el asco.

Eso sí, es una película conmovedora, es una lástima que los personajes no tuvieran la suficiente complejidad como para complementar una trama que, si bien, es buena, pudo haber dado más de sí.

Si hay una película que aborde la obesidad mórbida, no sólo desde la compasión, sino desde los deseos y, además, con excelentes actuaciones, guion, trama, fotografía y música, es la ópera prima Distancias cortas (2015), un drama dirigido por Alejandro Guzmán Álvarez con guion de Itzel Lara y espléndidas actuaciones de Martha Claudia Moreno, Mauricio Isaac, y el protagonista: Luis Carlos Ortega, cuyo personaje es un adulto que pesa más de 200 kg., y es un aficionado a la fotografía que lleva más de cinco años encerrado y sólo es visitado por su hermana, su cuñado y un joven amigo que trabaja en una tienda de materiales fotográficos.

Esta película, Distancias cortas, es realmente un hecho insólito en el cine mexicano contemporáneo; fue, de hecho, muy aplaudida en los Premios Ariel años atrás, teniendo un total de cinco nominaciones y llevándose el premio a Mejor actriz de cuadro, interpretada por Martha Claudia Moreno. Ésta es una película que sí recomiendo ver ampliamente.

El público que goza del buen cine se merece más que The Whale. La representación de la obesidad mórbida en el cine también.

Twitter: @EvoletAceves
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Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.