25 marzo, 2024
La tensión en la frontera escaló este viernes luego de que Texas reforzó su frontera con Ciudad Juárez con la colocación de una segunda malla con alambre de púas y trató de regresar a México a los migrantes que entraron a Estados Unidos por el río Bravo
Texto y fotos: Blanca Carmona / La Verdad
CIUDAD JUÁREZ. – El Gobierno de Texas comenzó a instalar este viernes un segundo alambrado en su frontera con Ciudad Juárez, paralelo al que colocó hace más de un año a lo largo del río Bravo, y con un grupo de antimotines, así como disparos de balas de goma, frenó a migrantes que cruzaron sin documentos a Estados Unidos, en un intentó de regresarlos al territorio mexicano.
“Atención, vamos a empezar a instalar alambre de púas en esta zona, por su seguridad, necesitamos que regresen al lado de México; si dañan el alambre de púas o intentan cruzar serán arrestados”, repetían en español agentes de la Guardia Nacional de Texas, dirigiéndose a los migrantes a través de un altavoz.
En otro mensaje, advertían a los migrantes que tenían menos de una hora para replegarse hacía el lado mexicano.
Esto ocurrió luego de que un día antes, el 21 de marzo, migrantes derrumbaron un tramo del cerco de púas y burlaron la presencia de elementos de la Guardia Nacional de Texas para entregarse a agentes de la Patrulla Fronteriza, por el sector de El Paso, Texas, a la altura del marcador número 36 del muro fronterizo.
Aunque ese día pasaron los migrantes que permanecían en ese lugar, este viernes otro grupo de personas en movilidad cruzó el río Bravo y se concentró en la misma zona, la frontera sur texana. En Texas el límite internacional entre Estados Unidos y México se encuentra justo a la mitad de ese caudal.
Previamente al inicio de la instalación de un nuevo alambrado de púas, ahora prácticamente pegado al río, los soldados dispararon balas de goma a los migrantes extranjeros al ver que varios hombres jalaron un tramo de la malla ciclónica instalada desde hace meses.
Esto aumentó la presencia de oficiales de la Guardia Nacional de Texas y provocó el arribo de elementos de la Policía Estatal de Texas, a la altura del marcador 36.
En el lugar se encontraban unos 150 migrantes, entre mujeres, niños pequeños y hombres, quienes habían improvisado casas de campaña con cobijas y retazos de ropa, junto al cauce del agua de lado estadounidense.
Alrededor de la 1:30 de la tarde, algunos de los hombres en situación de movilidad aventaron una cobija sobre las púas para apoyarse y atar una soga a la parte alta de la malla, y empezaron a jalar en un intento por derribar ese tramo.
En respuesta, los soldados y policías dispararon balas de goma, obligando a los migrantes a dispersarse. Al menos una persona migrante oriunda de Venezuela resultó con lesiones.
A los pocos minutos, a través de un altoparlante empezó a difundirse un mensaje por altavoz, en español, que era repetido de manera constante, donde se les pedía a los migrantes que regresaran a México porque iba a colocar alambre de púas en esa zona.
Un grupo de oficiales de la Guardia Nacional y Policía Estatal de Texas, que llevaban escudos en sus manos y casco en la cabeza, bajaron hacía el espacio donde estaban las improvisadas casas de campaña y los migrantes. Al mismo tiempo se repetía una y otra vez el mensaje en el que se advertía a los extranjeros que deberían retroceder y tenían menos de una hora para hacerlo.
El grupo de uniformados y los migrantes quedaron de frente. Los extranjeros se sentaron sobre la tierra y restos de basura que se encuentra en la zona mientras maquinaria excavadora era conducida hacia la zona.
Entonces la tensión escaló.
“Queremos una solución pacífica. Somos humanos, no queremos violencia”, escribieron los extranjeros en un pedazo de cartón.
Atrás de los militares que portaban los escudos, otro grupo de soldados iba instalando una malla ciclónica que llevaba alambre de púas prácticamente en toda el área.
Con el nuevo alambrado, el espacio donde los extranjeros acostumbran esperar para atravesar la cerca de púas, instalada desde hace meses, quedó reducido a menos de la mitad. Básicamente la nueva malla quedó pegada al cauce del río Bravo.
Minutos antes de que ela nueva malla se instalara, a la altura de donde estaban los antimotines y los migrantes, varios niños fueron sentados en la primera fila de frente a los soldados; uno de los niños ondeaba un retazo de tela blanco acomodado sobre la rama de un árbol.
En lugar de continuar instalado el alambre de forma paralela al cauce del Río Bravo, los soldados formaron una línea vertical pegada hasta el primer alambrado, lo que causó aplausos y gritos de alegría entre los extranjeros.
Hasta el cierre de esta nota, las autoridades de Texas no habían concluido la instalación del nuevo alambrado, con el que la zona quedó reforzada con una doble malla con alambre de púas.
Esta nota fue publicada originalmente en LA VERDAD, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.
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