Tertuliana. Se busca ruta para las universidades públicas

26 mayo, 2023

Tersa Rodríguez de la vega, Daniela Pastrana, Federico Anaya y Violeta Nuñez. Foto: Alexis Rojas

Maestros precarizados, una serie de complementos salariales que desincentivan la enseñanza y varios años de políticas tecnificadoras ponen en jaque a los maestros de educación superior. En la Tertuliana de mayo intentamos imaginar maneras de garantizar universidades públicas y gratuitas. 

Texto: Arturo Contreras Camero

Fotos: Alexis Rojas

CIUDAD DE MÉXICO.- En México, donde las universidades públicas ofrecen educación a precios muy bajos, solo el 17 por ciento de la población tiene acceso a ellas. En cambio, en Estados Unidos, donde los pagos por la educación superior implica grandes deudas, el 85 por ciento de accede a ella. 

¿En dónde se perdieron las universidades en México? ¿Qué podemos hacer para garantizar este derecho a más personas y de una mejor manera? Como cada fin de mes, nos encontramos en el TierrAdentro para conversar con nuestras audiencias. En esta ocasión el tema convocó a las comunidades universitarias.

Universidades ¿para el pueblo? 

¿Se está derechizando la UNAM? Preguntó Federico Anaya, quién ha sido abogado general del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. «Decir que la UNAM se ha derechizado es tener la ilusión de que alguna vez estuvo a la izquierda», respondió. 

«El héroe de los universitarios es José Vasconcelos, el hombre más racista en la historia de la educación pública», dice el abogado.

Vasconcelos, recuerda, defendía la idea de que «no todo mundo necesitaba ir a la universidad» y fue un férreo detractor de la idea de la educación universal propuesta por los hermanos Saenz. 

Violeta Nuñez Rodríguez, economista con doctorado en Desarrollo Rural y académica de la Universidad Autónoma Metropolitana, recuerda por su parte que aún la amenaza contra la gratuidad nos ha perseguido durante cuatro décadas. 

«El proceso de las huelgas del 86 y 87, o de la reforma del 92, en la que se eliminaba la gratuidad de la educación superior y media superior de la Constitución, que fue algo que apenas en este sexenio se cambió. Está ese fantasma siempre presente», dice. 

El Sistema Nacional de Investigadores, un parche para un remiendo

El Sistema Nacional de Investigadores, más conocido como SNI, recuerda Anaya, fue pensado como un complemento salarial destinado a paliar los bajos ingresos bajos de los profesores universitarios. 

«Hay que recordar de dónde venimos, de la idea de que había que hacer crecer a México, según Salinas. El panorama general era que en ese entonces había muy poca organización académica y los salarios de la docencia y la investigación estaban por el suelo. El SNI surgió como el complemento salarial de los profesores», narra el abogado. 

Este sistema exige que los profesores universitarios desarrollen algún tipo de investigación en su materia y publique artículos científicos al respecto, además de dar clases. En su nivel más bajo, el SNI puede representar el 53 por ciento del ingreso de un académico, aunque en sus niveles más altos puede ser hasta el 80 o 90 por ciento. Este incentivo no se toma en cuenta al momento de jubilación de los docentes. Hoy los profesores que tienen una plaza subvencionada por el SNI no suelen querer jubilarse por el alto porcentaje de su ingreso que representa esta razón. 

«De alguna forma, el SNI no es un verdadero estímulo a la investigación, e más bien para subvencionar los salarios y ahorrarles pensiones a las universidades», comenta al respecto Teresa Rodríguez de la Vega, profesora de tiempo completo en el Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. 

Para muestra, Nuñez Rodríguez explica que, al interior de la Universidad Autónoma Metropolitana, la edad promedio del profesorado es de 60 años. La UAM, dice, se considera una universidad joven, que debería tener una edad de profesorado acorde, sin embargo, esto no pasa. En universidades como la UNAM o el Poli, el promedio es más alto. 

Mientras las plazas de docencia a tiempo completo en las universidades se cuidan mucho, hay generaciones de personas que se gradúan de doctorados esperando poder ocuparlas. Ante la falta de estas plazas, optan por estudiar posdoctorado tras posdoctorado. 

Que el complemento salarial sea a través de un incentivo a la investigación genera un par de problemas, concluye Rodríguez de la Vega. Mientras vas subiendo en la escala del SNI, vas cediendo horas de clase, lo que tiene impactos negativos, el principal, el descuido de la docencia; además fomenta la cultura del refrito y el plagio, al centrar los estímulos en la publicación de artículos científicos y no la enseñanza. 

Qué se puede hacer

Ante un panorama tan oscuro Anaya cita un par de ejemplos que dan esperanza ante el sistema académico mexicano: la maestría en Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y la propuesta educativos de los Técnico Superior Universitario que ha empezado a implementar la Universidad Iberoamericana, en el que ocupan la subvención de SNI para abrir la educación privada a sectores más amplios.

Aquí puedes ver la transmisión completa de la tertuliana:

https://www.youtube.com/piedepagina

Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.

Soy Alexis Rojas, ex becario del Programa Prensa y Democracia (PRENDE) de la Universidad Iberoamericana.
Aprendiz de fotografía desde la adolescencia con una mirada hacia los pueblos y comunidades indígenas y acompañante los procesos migratorio en el país.
Me gusta viajar en los rincones de México para contar historias desconocidas.